☽TSUKINOME☾ || ❣IchiRuki❣

~Capítulo Treinta y Nueve: Estamos listos~

Elige tu arma y pide misericordia. Estamos preparados para el baño de sangre, ¡que empiece la cacería!

***

      —Aizen Sosuke usa métodos poco comunes para ganar batallas entre mafias. Además nunca juega limpio, siempre tiene un as bajo la manga— expresó la mujer de cabello negro trenzado sobre el pecho.

      La mafia Seireitei compuesta por los principales trabajadores de las empresas Shiba-Kurosaki y el hijo del anterior líder. Tiempo atrás habían sido una de las mafias más grandes de todo Japón, superando por mucho a Xcution o los Sternritter, pero un negocio salió mal y tanto como la segunda al mano, Kurosaki Masaki, así como el contador de la mafia, Shiba Kaien, fueron asesinados junto con la mayor parte de la familia Shiba. Su desplomé se debió a la depresión que su líder, Shiba Isshin (antes), provocando que así Xcution se adueñará del poder.

        Durante años, Isshin intentó hacer que la mafia resurgiera en silencio, desde las sombras. Y lo logró. Pero hace cinco días falleció, se cree que fue un crimen de odio ya que la víctima poseía marcas de tortura por todo su cuerpo, al igual que se cree que fue expuesto a una droga para acrecentar el dolor. Pero no hay pruebas.

        Isshin le había dejado a su hijo su mafia, sus empresas, proporcionadole así una salida a su hijo. 

       Hace dos días, Kurosaki Ichigo se había reunido con los miembros con más tiempo dentro de la mafia. Claro, expuso sus ideas y movimientos que quería hacer para derrocar a Aizen "El Dios" Sosuke. Pero no tenía en mente algo: no sabía absolutamente nada de él ni de lo que era capaz. Desde entonces ha pasado los últimos dos días encerrado con los demás miembros de Seireitei en un cuartel bajo tierra, el cual contaba con una innumerable cantidad de armas así como equipo tres veces mejor que uno militar. 

— ¡ESTO NO NOS ESTÁ LLEVANDO A NADA!— gritó Ichigo, irritado mientras lanzaba un cuchillo contra la pared. Todos en la habitación lo miraban atentamente.

—Isshin tenía razón, eres bastante inmaduro para este trabajo— expresó Mayuri —. Eres una verdadera molestia.

— ¡AMBOS! ¡CÁLLENSE!— disciplinó el anciano —. Kurosaki Ichigo, no puedes actuar de esa manera tan irresponsable, ahora eres el líder de la mafia Seireitei. Y usted, Kurotsuchi Mayuri, cuide sus palabras, él es líder ahora— señaló al pelinaranja —, por lo tanto quiero que se dirija con el debido respeto.

       Mayuri entornó los ojos y dejó escapar un suspiro.

—Encontré información que tal vez nos pueda ser de utilidad— comentó Ukitake acercándose a los tres hombres que habían estado discutiendo.

       Dejó en la mesa central —la cual tenía una circunferencia de dos metros— unos papeles que tenían escritos fechas, horas y cantidades exorbitantes de dinero. Todos se acercaron, se encontraban cansados, estresados y con una gran preocupación recorriéndoles los pensamientos. 

  —Han llegado varios envíos del extranjero a nombre de cinco personas diferentes, pero son recogidos por una sola persona; Kugo Ginjo. Pero eso no es lo más extraño— el peliblanco hizo una pausa y saco una hoja con varias cosas anotadas —. Esto definitivamente es otro nivel. Ise Nanao, nos ha entregado esto hace dos semanas; ella intentó investigar el contenido de dichos envíos, y llegó a una conclusión muy extraordinaria.

— ¡¿Cuál es, Ukitake-san?!— preguntó Ichigo, con urgencia.

—Lo que los envíos contenían era. . .

      Pero se vio interrumpido por un ensordecedor sonido metálico, todas las miradas se posaron sobre la enorme puerta metálica que comenzaba a abrirse lentamente, los seguros se contraían y los cerrojos giraban. Cada persona dentro de la habitación sujetó la primer arma que tuvo a la mano y apuntaron sin miedo a la puerta. Nadie más que ellos tenían acceso a ese cuartel de reunión, se necesitaba una contraseña y un escaneo de córnea para poder entrar.