~Capítulo Cuarenta y Cuatro: Verdadero propósito~

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El rayo de luz se alcanzó a vislumbrar al final del túnel, pero se vio opacada por una espesa oscuridad.

***

     Ichigo descendió con rapidez por las escaleras ignorando los gritos que se hacían presentes de la habitación que acaba de abandonar. Le parecía imposible que Ulquiorra fuera a sobrevivir a aquello pero debía confiar en él ya que de eso dependía el pasar sano y salvo al segundo nivel, en donde lo estarían esperando algunos miembros de los Sternritter. 

     La herida en su torso ya había sanado casi por completo, tan sólo faltaba una capa superficial de la piel y estaría listo. Con la pistola de plata apresuró el paso saltando de escalón en escalón, con su mano libre se sujetó del pasamanos que se encontraba junto a las escaleras y de un salto logró brincar los veinte escalones faltantes cayendo perfectamente de pie. Al parecer, las fracciones —los subordinados de los Espadas— habían caído en combate contra la mafia Seireitei y no había refuerzos, lo que restaba a los Sternritter a los pisos dos y tres, dejando al cuarto con Aizen, Ichimaru, Tousen, Rukia y tal vez, Grimmjow. 

     Abrió la puerta con una patada frontal, entonces una flecha le pasó rozando por el pómulo. La sangre escurrió por su mejilla hasta el borde de la mandíbula, apretó los dientes y disparó a diestra y siniestras. Dándole a su agresor una lluvia de balas. Una vez vaciado el cartucho lo repuso pero entonces una segunda flecha se disparó y acertó en su abdomen. Retrocedí, sin embargo logró mantenerse de pie, sólo entonces notó que el dolor se agudizaba exponencialmente a tal punto de arrancarle un alarido de dolor. Intentó frenéticamente extraerse la flecha pero el sólo roce con su piel le provocó un nuevo alarido.

—Ya está haciendo efecto, eso contrarrestará a ''Fornicaras''— masculló una voz familiar —. ¿Cómo se siente, Kurosaki?

      El albino estaba muy ocupado como para responderle al hombre que se acercaba con sigilo hasta él. Y en un arranque de furia rodeó el torso de la flecha, con un feroz movimiento la extrajo completa. Ahogó un jadeo.

—Vaya, lo asimilaste muy rápido— dijo el hombre.

     Ichigo elevó la mirada, sus tejidos comenzaba a sanar poco a poco, bueno, en realidad parecía sanar más rápido de lo normal. Su frente estaba sudorosa y su respiración agitada. De pronto sus pupilas se contrajeron y la voz le tembló.

—Ishida...

— ¿Quién diría que tu médico de cabecera te salvaría la vida, eh?— sonrío con satisfacción, de repente el puño de Ichigo golpeo con fuerza el pómulo del peliazul — ¡¿POR QUÉ CARAJOS HICISTE ESO, KUROSAKI?! ¡TE HE SALVADO LA VIDA!— gritó furioso y con la nariz sangrante.

—¡¿PORQUE CREES?! ¡¿A QUIÉN CARAJOS SE LE OCURRE DISPARARLE UNA FLECHA A ALGUIEN A QUIEN SE QUIERE SALVAR, PEDAZO DE IMBÉCIL?!

—Sabía que te regenarías, por eso lo hice.

—Hijo de...

     Ichigo lo volvió a golpear pero ahora con más intensidad. ''Esto venganza por no pagar la cuenta del hospital a tiempo... lo sé...'', pensó el albino, ''Maldito Ishida''.

***

Narra Bambietta.

     Jugram está impaciente aunque su semblante no lo muestre, ayer —antes de toda esta mierda— me dijo que había terminado de escribir su bitácora pero que no cree que sea lo suficientemente buena como para entregársela a Su Majestad. Giselle, Meninas, Jugram, Äs Nödt, Gremmy y yo nos encontramos en el tercer piso del búnker subterráneo de Aizen. 

☽TSUKINOME☾ || ❣IchiRuki❣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora