~Capítulo Nueve: La incertidumbre de la Luna Blanca~

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Al mirar el cielo oscurecido, observé claramente que no había oscuridad pues la luna brillaba. Así que no me sentí solo esa noche ya que ella me acompañaba.

***

Narra Rukia.

      Lo que dije estuvo mal. Él ha cuidado muy bien de mí y sólo quería que me recuperara, pero han pasado tantas cosas estás dos semanas que mi cabeza está totalmente saturada. Las cosas pasaron de manera rápida e impredecible. Soy una idiota.

*Hace una semana*

—Haz llegado muy temprano— le dije a Ichigo al verlo sentado en una silla junto a mi camilla. Eran alrededor de las siete de la mañana, a penas me estaba levantando.

—Hoy tengo unas cosas que hacer en la oficina y estaré ocupado hasta tarde así que pasé a verte ahora— respondió, cerró el libro que llevaba en las manos y me miró.

     Sentí como si mi corazón se estremeciera.

— ¿Cómo te sientes hoy?

—No tienes porque hacer esa pregunta cada vez que vienes, idiota.

       Apoyé las manos en la cama para poder levantarme, Ichigo me tendió la mano pero se la rechacé de un manotazo, frunció el ceño. Logré sentarme en la cama con cierta dificultad pero lo hice yo sola.

—Eres muy terca— espetó el pelinaranja. Lo fulminé con la mirada.

—Desde que empezaste a venir aquí diariamente he querido preguntarte algo, ¿acaso no tienes vida personal?

       Mi pregunta pareció sorprenderle pero no le di importancia. Se rascó ligeramente la cabeza para después soltar un prolongado suspiro.

—Pues tengo una prometida pero salió de gira a Rusia, es modelo. Ishida está muy ocupado aquí en el hospital como para salir a algún lado, Chad está en México en una pelea con un boxeador famoso y Renji está demasiado molesto conmigo. Mi padre vive en las afueras de la ciudad, la verdad no tengo intención de ir a visitarlo por ahora y mis hermanas están en Tokio. Así que usted tiene razón, señorita Kuchiki, por el momento no tengo vida personal. Incluso si quisiera ir con una persona no podría. . .— hizo una pausa, por un momento oí su voz temblar —. . . bueno, al menos no personalmente. . . con mi madre— soltó una estúpida sonrisa que me hizo enfurecer.

       Mis mejillas se tiñeron lentamente de un ligero color rojo, pude sentir calor en ellas mientras mi corazón se encogió y luchaba palpitar con fuerza dentro de mi pecho. Vaya, idiota.

—No tenías porque darme tantos detalles, idiota. Sólo pudiste haberme dado una respuesta concreta y punto— dije, molesta.

—Pero después ibas a querer saber por qué no tenía vida personal, ¿o no?— su seriedad me parecía un chiste de muy mal gusto.

    Negué frenéticamente con la cabeza.

—Sí es algo que no quisieras contar yo no te obligaría, a demás si es algo muy doloroso para ti o algo con lo que te sientas incómodo preferiría no saberlo. Es tu problema. Un problema muy profundo. No tengo derecho a saberlo. Pero si algún día te sintieras preparado para decírmelo yo te escucharía. . . hasta entonces. . . yo esperaría— le respondí.

       Él enarcó una ceja. Sentí la respiración agitada, mis pensamientos martilleaban con fuerza en mi cráneo al igual que mis recuerdos. Pude sentir como los ojos se me llenaron de lágrima pero las contuve, no debo derramarlas.

     De pronto me quedé petrificada, Ichigo me estaba sonriendo. Su mirada era diferente, su rostro era diferente. Me llevé ambas manos al pecho, sentí la cara caliente. Entonces, su mano se posó en mi mejilla, mi corazón estaba a punto de salirse de mi pecho. Su mano es cálida y firme.

—Gracias, Rukia— musitó.

      Tragué saliva.

—Oye. . . creo que tienes fiebre. . .

      Quité su mano de mi rostro con un fuerte manotazo, él se retiró de inmediato.

— ¡Tranquila! Sólo era una suposición. . .

— ¡Eres un idiota, Ichigo!

     Y por alguna extraña razón no pude evitar sonreír.

*Fin*

*Actualidad*

     Le hice daño. Él sólo ha intentado ser amable y yo no he esperado. Le he forzado a renunciar a su promesa. Soy una desconsiderada y una idiota. ¡Carajo, Rukia! Perdóname, Ichigo.

     Las manos me tiemblan, creo que mi temperatura corporal está disminuyendo, puedo sentir algo cálido y húmedo resbalando por mis mejilla, llevó mi mano hasta ellas y veo lágrimas. Suelto una risita nerviosa e insegura, ¿cuándo ha sido la última vez que lloré de está manera? Aprieto los ojos con fuerza, la presión sobre mi pecho es mucha, me duele. . .

     Oh, lo he recordado. . . la última vez que lloré fue. . .


Kaien-senpai. . .


Fin de la narración de Rukia.


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Kyaaaaaaaaaaah♥♥♥!!!

Konnichiwa! 

     Debo admitir que me emocioné escribiendo este capítulo TwT Lo amé. Espero que a ustedes también les haya gustado >u< Kyaaaaaaah♥

     Muchas gracias por sus votos, lecturas y comentarios ¡¡AMO LOS COMENTARIOS!! [Por favor no olvides dejar el tuyo]. Somos cada vez más lectores♥

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Muchísimas gracias ♥w♥

Un beso. Cuídense.







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