~Capítulo Ocho: Complicaciones~

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— ¡YA TE DIJE QUE NO IRÁS A VIVIR CON ICHIGO, RUKIA!— gritó Renji.

— ¡Idiota!— bramó Rukia — ¡No iré a vivir con Ichigo! ¡¿A demás por qué te tengo que dar explicaciones?!

      Ichigo se encontraba sentando en una de las silla dentro de la habitación de Rukia, mientras observaba a la pelinegra y al pelirrojo gritarse. Habían pasado dos semanas desde que ella había aceptado la ayuda del pelinaranja. Rukia ya casi estaba como nueva pero aún debía guardar reposo, esa tarde la darían de alta en el hospital y desde ese día empezaría aceptar la ayuda de Ichigo.

— ¡¿Entonces por qué te vas a mudar?!— volvió a gritar Renji.

—Haz entendido todo de mala manera— dijo Ichigo, pasivamente, se levantó de la silla y lo miró. Rukia desvío la mirada —. Aunque me gustaría que se quedase en mi casa para que tuviera una buena atención médica no puedo ya que Byakuya literalmente me mataría. Así que ella se quedará en la la casa que le compré a Yuzu hace unos años ya que ella se fue a Tokyo con Karin no creo que haya problema, está a una manzana de mi casa. 

        Renji se abalanzó sobre Ichigo, lo sujetó con fuerza de la camiseta y lo miró con los ojos febriles.

— ¡¿Entonces por qué no sólo se queda en su casa?!— preguntó el pelirrojo intentando no gritar.

—Porque la casa de Rukia está al otro lado de la ciudad.

— ¡Maldito! ¡¿Cómo te atreves a llamarla por su primer nombre si apenas la conoces?!

     Ichigo le soltó un puñetazo a Renji en el estómago. El pelirrojo soltó la camisa de su oponente y cayó de rodillas al suelo echando blasfemias.

—Es realmente increíble que hagas un teatro de todo esto, Renji. Sé que eres su amigo pero, ¿no te estas excediendo un poco?

      Rukia suspiró mientras veía a los dos hombres gritarse de blasfemias.

— ¡¿Y Byakuya está enterado?!— gritó Renji, está vez a Rukia.

     La pelinegra se sorprendió ante tal pregunta.

—Soy adulta ya, no tengo porque decirle lo que hago o deje de hacer— se defendió.

—Pero, Rukia. . .— Renji se acercó a Rukia pero Ichigo lo interceptó, clavandolé sus penetrantes ojos al pelirrojo —. ¿Y qué hay de ti Ichigo? Estás comprometido.

      El comentario le provocó un momentáneo escalofrío al pelinaranja, fue como si todo su mundo se hubiera estremecido, hacía ya dos semanas que Inoue no le hablaba. Ninguno de los dos se habían comunicado. Él estaba tan absorto con brindarle ayuda a la mujer que lo había salvado que se había olvidado completamente del mundo que lo rodeaba. 

***

Narra Ichigo.

      ¿Es posible ser consumido de esta manera? Estoy petrificado, de pie en medio de la camilla de Rukia y de Renji. Creo que de verdad me he excedido un poco. Ahora que lo pienso con más detenimiento he venido a ver a Rukia cada día sin falta, hasta las enfermeras dicen que parezco su novio. 

      El corazón me late con fuerza dentro del pecho, que raro. Una mano me toma del borde de mi saco, haciéndome entrar en razón, desvío la mirada para encontrarme con la pequeña pelinegra mirándome desde su camilla. Tiene las mejillas levemente sonrojadas, la mirada vidriosa y puedo sentir como su agarre tiembla un poco. Algo me oprime el pecho, sacudo rápidamente la cabeza. 

— ¡Vete, Renji!— le dice ella —. No se te ocurra contarle nada de esto a nii-sama.

      Su agarre se volvió un poco más fuerte, casi posesivo. 

—Ya te puedes ir, Ichigo, no hay necesidad de que te quedes hasta tarde hoy también. El doctor dijo que estaré bien, mis cosas ya están en la casa de tu hermana, yo puedo ir sola.

—Me importa un bledo lo que Ishida haya dicho. Yo te llevaré a la casa y me aseguraré de que estés bien.

—Ya haz hecho más que suficiente— me dijo, tajante.

     Su voz sonaba distinta, al principio; cuando hablé con ella los primeros días su voz era dura y sonaba algo molesta pero conforme pasaron estás dos semanas he oído como su voz se suaviza he incluso he escuchado su risa en varias ocasiones. Pero está vez, en este momento, ella ha sonado cortante y fría como la primera vez.

—Nunca será suficiente— respondí, incapaz de meditarlo primero.

      Me solté de su agarre y volví la mirada al frente. 

—Sí, lo es. Ya basta, Ichigo. Esto está llegando demasiado lejos, esto ya no es sólo un relación normal.

— ¡¿Qué es lo que quieres decir?!— pregunté, contraje la mandíbula y apreté los dientes hasta casi hacerlos rechinar.

— ¡Estás llegando demasiado lejos sólo por haberte salvado la vida!

      No es sólo eso. Claro que no. ¡No es sólo eso! ¡¿Pero entonces qué es?! ¿Por qué la sigo visitando a pesar de que pronto no tendremos nada en común? ¿Por qué me aferró a ella? ¿Por qué me aferró a algo que no puedo tener? ¡¿Qué es lo que realmente quiero?! Me duele el pecho, y sient un nuso en la garganta.

—Tal vez tienes razón, Rukia.

/ No. Eso no es lo que quiero decir \

—De ahora en adelante mantendré mi distancia.

/ ¡Cállate, Kurosaki! ¡Eso no es lo que quiero decir! \

—Gracias de nuevo, Rukia.

      Salí disparado de la habitación sin oportunidad de mirar atrás, sin darle a Rukia un momento para responderme, sin poder verle la cara. Ahora lo único que me importa es largarme de aquí.

Fin de la narración de Ichigo

***

—Ichigo, no te vayas. . .— susurró la pelinegra con un hilo de voz ya inaudible para él.




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Konnichiwa♥! 

¡¡¡¡Ya volví!!!!, perdonen mi tardanza y por no actualizar hace milenios pero ya saben. . . el calentamiento global y esas cosas. . . jejeje ok no .-. de verdad me disculpo. Me sorprendí cuando ví cuantos votos y lecturas tenía esta historia, me alegra que les esté gustando. 

   Me gustaría que me dejaran sus comentarios para saber sus opiniones pooooooooooooor faaaaaavooooooor, ¿sí? n///n   De todos modos, muchas gracias♥

Nos vemos luego jejeje. 

*le lanzan un refrigerador* ¡Calmensé! ¡Waaaaah! ¡Parad, no quiero morir!

*la multitud se calma* 

Gracias♥

Besitos. Se cuidan♥

Atte: Hatsuko Yashiro.




☽TSUKINOME☾ || ❣IchiRuki❣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora