☽TSUKINOME☾ || ❣IchiRuki❣

~Capítulo Cuarenta y Nueve: Rukia vs Ichigo (+15)~

La inquietud en sus corazones los llevó a la desesperación, y de ese profundo abismo resurgieron unos demonios con una sed insaciable de sangre. La luna blanca ya no reconoce al sol negro, y el sol negro se tiñó de carmesí para atacar a la luna blanca.

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     Rukia apretaba con fuerza el soporte de la guadaña mientras ejercía presión contra la katana de Ichigo, quien cuyos ojos carentes de vida miraban fijamente a su oponente. Las peleas a su alrededor había comenzado, pero ellos se mantenían absortos en su propia pelea, sedientos de sangre, con los corazones latiendo tan rápido que se podía asemejar a un zumbido.

    La pelinegra recargó la punta de la guadaña en el suelo y con un poderoso brinco acertó una patada en la mandíbula de su oponente. La sangre se derramó por los labios de éste último, pero en su inexpresivo rostro parecía que no sentía dolor. Todo era demasiado irreal, confuso y hasta cierto punto aterrador. Ichigo, quien alguna vez había profesado amor eterno por ella ahora se encontraba absorbido por una droga, y Rukia, una hermosa mujer que se enamoró de una persona prohibida ahora carecía de vida y sentido común. 

     Ichigo apoyó la espalda en la pared al igual que la planta de su pie derecho y se impulsó para atacar a Rukia. Ésta colocó su guadaña al frente e interceptó el corte, ambos inhalaron y exhalaron al mismo tiempo. Incluso en una situación como esa parecen estar sincronizados. El albino apretó su puño y lo estampó contra la mejilla de ella, su expresión facial había cambiado de repente; dejándose ver ahora como un lunático sediento de diversión.

—No es suficiente, no es suficiente— susurraba Ichigo con un hilo de voz a penas audible —. Todo aquel que interfiera en mi objetivo debe morir.

     Estaba fuera de control. Hundido en un pozo de desesperación.

     De pronto, la piel de Rukia se volvió más blanca de lo que ya estaba, sus ojos se tornaron en un color azul profundo y las venas de sus brazos se hicieron visibles. Apoyó el pie en el suelo, y cuando se impulsó para salir disparada hacía su oponente, el concreto bajo su pie se partió al menos cinco centímetros de profundidad. Su guadaña cortó el pecho de Ichigo, la sangre se abrió paso nuevamente a través de su albina piel, pero ella no era la única que había causado un exitoso año sino que Ichigo también la había cortado en el antebrazo derecho.

—Debo eliminarte— masculló Rukia, con voz mecánica. 

     Ichigo soltó una estruendosa carcajada mientras contraía su brazo para extraer su arma de la extremidad de su enemiga.

—No si lo hago yo primero— musitó el albino. 

      La fuerza de Ichigo no había disminuido ni un poco mientras que, al parecer, Rukia estaba incrementado su fuerza, ya que una persona normal no rompería el concreto como ella lo había hecho. Pero a pesar de todo esto el albino no flanqueaba, manteniendo su cruel sonrisa. Con la mano abierta la sujetó del abdomen y con un feroz impulsó la alejó apenas unos tres metros. Ella se reincorporó con prisa y tomó nuevamente posición de batalla.

      Pero entonces, justo antes de volver a atacarse, el sonido seco del peso muerto cayendo al suelo resonó en la habitación y el gorgoteo de la sangre saliendo de la boca del inerte cuerpo que yacía ahora en el suelo hizo voltear a Ichigo y Rukia. Se trataba de Aizen.

       De pronto, los ojos de Rukia retomaron su color violeta, su piel permaneció blanca pero sin las venas resaltando en ella, y un ligero brillo pasó por su mirada.