~Capítulo Treinta y Ocho: ¿Aliados Enemigos?~

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Hoy nuestros enemigos se han convertido en nuestros aliados...

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     La mirada de Rukia estaba clavada en el suelo, la sangre escurría por sus sienes debido a un no muy profundo corte en su cabeza, tenía moretones frescos en las piernas y los brazos, pero a pesar de eso ya casi no poseía sensibilidad en el cuerpo, tan sólo unas cuantas pulsaciones en sus muñecas atas por las cadenas y en su cuello, que había estado sometido a constantes cuerdas que la asfixiaban pero no mataban. Aizen se había esmerado para hacerla sufrir de la manera más cruel posible. Byakuya estaba atado frente a ella, sus condiciones eran tres veces más crueles que las de Rukia; tenía cortes tanto en mejillas como en sus extremidades, sus perpetradores habían intentado detener su sangrado y ahora le había puesto una transfusión de sangre. No los querían muertos, eso era seguro.

—N-Nii-sama— lo llamó ella, pero este seguía inconsciente.

     De pronto la puerta se abrió de un golpe, sus perpetradores aparecieron en el umbral con su natural y cínica sonrisa: Nnoitra Gilga y Szayelaporro Granz. Rukia elevó la mirada lentamente, sentía como su cuerpo pesaba cada vez más, incluso las cadenas que aprisionaban sus extremidades parecían más ligeras.

—Ya es hora de aplicar las drogas— declaró Szayel, caminando a lo que parecía ser un refrigerador de cristal que se encontraba junto a la puerta.

—Es una suerte que Aizen-sama me dejará jugar con ellos un poco antes de aplicarles esas porquerías— dijo Nnoitra —. Pero hubiera sido más divertido si les hubiéramos inyectado una dosis de "Fornicaras".

     El pelirosado lo miró sobre su hombro mientras suspiraba.

—Era natural que Aizen-sama te dejará divertirte. Hiciste un buen trabajo con Kurosaki Isshin, hasta yo lo reconozco— hizo una pausa y miró sus diferentes frascos de muestra.

      Las pupilas de Rukia se contrajeron y su ritmo cardíaco se disparó. ¿Había escuchado bien? ¿Esos dos estaba hablando del Kurosaki Isshin que ella conocía? 

—A demás, sólo podemos inyectar una droga por paciente. Si les hubiéramos inyectado "Fornicaras" y estas nuevas drogas juntas habrían muerto al instante— cotinúo Szayel mientras tomaba las dos jeringas con diez mililitros de las drogas en cada una —. Aunque debo admitir que Rukia-san es muy resistente, mira que aguantar cinco días sin probar bocado o tres días sin dormir gracias a los electroshocks que le dábamos. Sobrevivió un mes en está pútrida habitación, eso es respetable— sus ojos se posaron en ella—. Usted será primero, señorita Kuchiki. La liberaré de este tormento.

      El corazón de Rukia dio un vuelco, se retorció en la silla, incapaz de escapar. El miedo la estaba consumiendo, ellos habían asesinado al padre de Ichigo y ahora le harían lo mismo a ella y a su hermano, después quizás seguiría el mismo Ichigo. Más que nada, se sentía desesperada por no poder proteger lo que amaba.

      Nnoitra le tomó la cabeza y la ladeó suavemente, pero ella no cedía, continuaba moviéndose violentamente. Jadeó. Con el puño cerrado, Szayel la golpeó en el abdomen, provocando que ella se inmovilizará momentáneamente. Aprovechó esto y le clavó la aguja en el cuello, empujó el émbolo y el líquido se deslizó por su torrente sanguíneo.

      Aturdida, mareada pero más que nada enfurecida, Rukia miró a sus dos atacante quienes ya le estaban inyectando una sustancia viscosa a su hermano en el cuello. Tragó grueso. Sentía la garganta seca y el cuerpo cada vez más ligero. "Algo no está bien", se dijo a si misma.

—Kuchiki Rukia— le llamó el pelirosado, con dificultad ella lo pudo observar, sentía que se desvanecía a cada momento que pasaba —. Lo que le hemos inyectado a usted es la droga experimental "Brujería", que al igual que todas las drogas experimentales han sido creadas por mí— sonrío —. Su cuerpo empezará a experimentar los efectos de dicha droga, así que por favor relájese.

☽TSUKINOME☾ || ❣IchiRuki❣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora