☽TSUKINOME☾ || ❣IchiRuki❣

~Capítulo Treinta y Uno: Ámame con todas tus fuerzas (+16)~

Yo no quiero tener sexo contigo. Yo quiero hacerte el amor de una forma tan fuerte que no recordaras a nadie más que no sea yo.

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Dedicado a: @RukiaDKurosaki @Kia-Kuchiki

||Aclaración, los siguientes acontecimientos ocurrieron después del capítulo 29, digo esto para que no se sientan medio desorientados por el capítulo pasado||

Atención: El siguiente contenido es +16, osea que contiene escenas poco fuerte pero aún así explicitas. Conocido como soft (suave) lemmon. Se recomienda discreción.

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       —Porque yo ya te amo.

       Ichigo desplegó una sonrisa sin despegar la mirada de los coloridos fuegos artificiales que explotaban en el cielo. El cielo estaba completamente oscurecido y la gente empezaba a abandonar la pista de patinaje. El rostro de Rukia esta iluminado por la preciosa luna blanca que yacía en lo alto del cielo, que ahora resaltaba aún más con lo cohetes decorando la oscuridad. La delgada mano de la pelinegra se deslizó hasta alcanzar el borde de la manga de la chaqueta de Ichigo.

—No podemos ir a tu casa, estoy casi segura que Aizen la tiene vigilada, y pues, ahora estoy viviendo con él así que no será conveniente que vayamos a mi casa— comentó Rukia.

—Pareces bastante tranquila.

—Eso es porque serás tú, sí fuera alguien más estoy segura que estaría muerta del miedo en este momento— confesó ella.

       De pronto Ichigo comenzó a reír, no fue una risa burlona o tal vez fingida sino una risa sincera y pegadiza.

— ¿Qué es tan gracioso?

—Creo que esas son las palabras más melosas que te he escuchado decir.

       Rukia le dio un codazo en las costillas al pelinaranja mientras soltaba una risita inocente. Pero a pesar de aquel cálido momento entre ambos, la atmósfera se sentía fría, demasiado como para sospechar que algo malo pasaría en algún momento.

***

       Las copas de los arboles eran acariciadas por el viento, ya era de noche y la oscuridad abrazaba con fuerza a la ciudad. El aire frío, y la vegetación crece conforme el vehículo deportivo del joven empresario recorre la calle. Hace diez minutos ha salido de la ciudad y sus furtivas miradas dan a entender que buscan un hotel lo suficientemente alejado de la ciudad para llevar su plan acabo. Pero la extraña sensación de sentir que alguien los ha estado vigilando no los ha abandonado ni un momento.

      Rukia colocó sus manos sobre su regazo, su rostro permanecía con una expresión de melancolía. De pronto, sin previo aviso, Ichigo maniobró con el volante del automóvil para orillarse y pisó el freno de golpe. La pelinegra se sujeto de los borde del asiento para después dedicarle una mirada furiosa al pelinaranja que ahora la miraba directamente a los ojos.

— ¿Qué sucede?— preguntó ella temerosa de la respuesta.

       Ichigo desabrochó el citurón de seguridad que lo rodeaba y se acercó a Rukia. Las mejillas de ella se tiñeron de un fuerte color carmín, su espalda chocó contra la puerta, en ese momento se había dado cuenta que había estado retrocediendo sin darse cuenta. Los latidos de sus corazones resonaban con fuerza dentro del deportivo, sus oídos zumbaban y el ambiente se ponía tenso. La respiración de Rukia era agitada, sus labios estaban entreabiertos, las manos de Ichigo alcanzaron su rostro. Había pasado al asiento del acompañante y tenía acorralada a la pelinegra entre su cuerpo y la pared, acunó su entro entre sus grandes manos y acercó aún más su rostro. Rukia recargó con fuerza nula, sus manos sobre el pecho de él. El calor aumentaba entre ambos.