☽TSUKINOME☾ || ❣IchiRuki❣

~Capítulo Cuarenta y Cinco: Sternritters VS Aizen~

La lluvia se convirtió en una tormenta. La oscuridad se volvió densa. Y mientras sus espadas chocaban, sus almas se apagaban progresivamente.

***

       Nada estaba bien. El oponente de Ichigo, aquella persona que había detenido su golpe mortal contra Aizen, era Rukia quien en vez de llevar una espada o katana portaba una gigantesca guadaña con el filo color carmesí. Pero los ojos del albino ya no tenían ese brillo que poseía cuando entró sino que ahora eran completamente opacos, carentes de vida.

       Por supuesto, su objetivo estaba más que claro pero, ¿si Rukia es la que interfiere en el rescate de Rukia? ¿No sería ella un enemigo al cual eliminar ya que se está oponiendo?

—Acaba con él, Rukia— ordenó Aizen.

       La pelinegra apoyó con fuerza el pie derecho en el suelo, se impulsó y con un poderoso brinco se le dejó ir a Ichigo. Con la guadaña por delante tiró un golpe mortal a la cabeza, que el albino esquivó con éxito.

—Esto es malo— dijo Bambietta.

—Está es nuestra oportunidad— masculló Jugram —. ¡Ataquen!

        Cada uno de los Sternritters estaba armado hasta los diente, casi tanto como la mafia Seireitei, sólo que Ishida y compañía optaban por los arcos y flechas explosivas. Jugram desenfundó una espada corta con empuñadura plateada, esta era su oportunidad para atacar ya que si se llegaran a enfrentar a Rukia podrían perder. Su cuerpo asimilaba demasiado bien las drogas pero no podía controlarlas.

***

Narra Bambietta.

        Unas gordas gotas de sudor resbalan por mi frente y sienes, me he preparado física y mentalmente para este momento pero no creí que el ambiente aquí fuera a sentirse tan pesado. Puedo ver como Aizen se mantiene tranquilo e inmutable. ¿Cómo puede estar así después de ver que lo traicionamos y qué Kurosaki Ichigo es un arma mortal de batalla? Ese hombre no parece humano.

         Tragué grueso. Jugram ya está en posición para atacar, está decidido, firme, sin dudas. En cambio yo temo por la vida de mis compañeros, quiero protegerlos a todos, pero al mismo tiempo debo obedecer mis órdenes: "Entreguen su vida si es necesario". Cuando me uní a los Sternritter tenía todo esto en mente, ahora estoy dudando. Entiendo a Kurosaki, esos lazos que formas jamás de rompen, que pena que haya sido tan tarde.

          Desenfundo mi arma de alto calibre que guardaba dentro de mi gabardina blanca, tomé una bocana de aire. De pronto, Jugram salió disparado hacía el frente, contra Aizen. Lo sigo de cerca, soy su segunda al mando, debo protegerlo a él y a Ishida.

       Tousen, con una katana corta —se asemejaba a un cuchillo largo—, bloqueó el ataque de Jugram. Jalé el gatillo dos veces, las balas recubiertas de oro salieron de prisa pero se estamparon contra la pared. Chasquee la lengua, este no era momento para fallar. El peliplata que se encontraba junto al moreno desenfundó una katana de igual tamaño que la del ciego y lo cortó en el abdomen.

—Ichimaru...— masculló Tousen —. . . ¡¿Que carajos haces?!

         El aludido esbozó una gran sonrisa.