~Epílogo: Eterno Eclipse~

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Rukia es quién cambió mi mundo, es por eso estoy aquí. . . 

No puedo olvidarte, Rukia.

***

      —Rukia. . .— repitió Ichigo, casi incrédulo por lo que sus ojos estaban presenciando.

      La pequeña pelinegra sonrío.

—¿P-Por qu. . .— pero justo antes que Ichigo pudiera terminar la frase, la planta del pie de Rukia se estampó contra el rostro de él. Éste cayó al suelo con un inarticulado jadeo.

— ¡Me tuviste esperando en más de treinta lugares día y noche por seis meses! ¡¿Y qué es eso de no salir de tu casa porque estás en estado depresivo?! ¡Me doy la vuelta y te conviertes en un cobarde! ¡Es vergonzoso!

      Ichigo apoyó con esfuerzo las manos en el suelo para poder sentarse, Rukia se había vuelto fuerte. Sonrío mientras se sujetaba su sangrante nariz, la cual ya se empezaba a regenerar, limpió con cuidado la sangre y miró a Rukia por una fracción de segundo más. Su corazón dio un vuelco mientras su mente se aclaró por completo; todas las dudas habían desaparecido, las preguntas que él quería hacerle se habían esfumado, todo desaparecía y se centraba únicamente en Rukia.

—Rukia, tengo algo que decirte. . .

        Ella retrocedió unos pasos con sus mejillas encendidas en un fuerte color rojo.

—No sé quien te dijo que estaba estado depresivo, tan sólo descanso mucho en mis tiempos libres, el trabajo es agotador, ¿sabes?— dijo el pelinaranja con aire despreocupado.

        Rukia apretó los puños, furiosa. Con un rápido movimiento desenfundó la katana que llevaba colgada a la cadera, la blandió sobre su cabeza y la dejó caer sobre Ichigo. Quien se quedó quieto y con una gran sonrisa marcada en su rostro, ni siquiera se molestó en liberar su droga. La afilada hoja de la katana se detuvo a unos centímetros de su rostro mientras las pupilas de Rukia se encogían de repente.

— ¡¿Por qué no la esquivaste, idiota?!— gritó ella, molesta pero al mismo tiempo preocupada — ¡¿O al menos por que no intentaste bloquear el ataque?!

— ¿Eh?— Ichigo ladeó ligeramente la cabeza, alzó lentamente los dedos y bajó con cuidado la katana blanca hasta que quedó en el suelo. Se inclinó para acercarse al rostro de ella —. Sé cuando alguien quiere atacarme o matarme, puedo verlo en su mirada, y tú no querías hacerlo, ¿me equivoco?

         Él deslizó la yema de sus dedos por el borde de la mandíbula de la pelinegra. Su tacto era suave al igual que la piel de ella, el rubor se marcó ligeramente en sus mejillas. Ichigo la sujetó con delicadeza del mentón.

—Sabes. . .— murmuró ella, se liberó de la mano de Ichigo y clavó la mirada en el suelo —. . . ahora soy capaz de hacer cosas que la mayoría de las personas no harían. . . pero. . . también. . .— las lágrimas comenzaron a derramarse por sus mejillas —. . . también hay cosas que ya no puedo hacer. . .

— ¿Qué es lo que te preocupa? ¿Acaso es eso de tener hijos?

          Ella levantó automáticamente el rostro.

—No sé porque te preocupan cosas como esa, mientras te tenga a ti no necesito nada más. Creo que soy muy egoísta. ¿Qué dices?— extendió su mano al frente con una sonrisa sincera — ¿Te quedarás a mi lado?

          Sin pensarlo dos veces, ella tomó su mano, depositando toda su confianza en el hombre que amaba y por el cual buscó una redención que le pudiera dar paz para estar a su lado.

          El amanecer amenazaba en el horizonte, pintando de suaves colores el cielo, la tranquilidad llenaba sus corazones, manteníendolos en paz. Rukia había encontrado una redención que le dio el poder para aceptar lo que había sucedido, e Ichigo mantuvo su corazón inmutable en la espera de ella mientras fortalecía su cuerpo para así poder protegerla. 

          El pasado ya no importaba aunque siempre es importante recordarlo ya que sin él no serían las fuertes personas que son ahora. 

          Todo lo que en ese momento importaba era seguir adelante. 

          Y el sol los baño con su calor mientras el viento soplaba y acariciaba con gentileza sus rostros.

'' Hace años el Dios reinaba en la Tierra y se había obsesionado con la Luna Blanca. Pero al ver que ella amaba al Sol Negro y que él la amaba a ella, intentó asesinarlos. Pero con ayuda de Su Majestad, el Sol Negro triunfó y aunque por las noches su corazón se volvía oscuro, siempre estaría la Luna Blanca para iluminar su vida y acompañarlo hasta el fin de los tiempos''.


FIN.

☽TSUKINOME☾ || ❣IchiRuki❣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora