Capitulo 46.

671 61 6
                                    

-Alana... ¿Podemos hablar? —Elia me sonrió tímidamente y Jenny me vio fijamente.
-Si... Eh... ¿Te veo en clases? —Me dirigí a Jennifer y ella asintió, despidiéndose con un saludo al aire. Voltee a ver a Elia. —¿Qué pasa?
-¿Por qué no me dijiste que te cambiaste de casa?
-Elia... Tenemos meses sin hablar, ni siquiera te has dignado a voltear a verme y aún así te dignas a reclamarme porque no te dije que ya no vivo con mi mamá, ¿en serio?
-Fui tu mejor amiga, creo que merezco algo de respeto aún...
-¿Cuál respeto? Mandaste al carajo una amistad de años por una idiotez. —Elia se encogió hombros algo apenada. Negué y camine por el pasillo hacia mi salón.
-¿Vas a dejar todo así?
-Creo que lo dejamos "así" hace muchísimo tiempo... Te agradezco tu amistad tan incondicional por tantos años, pero creo que terminó.
-Vaya... Se te pego la actitud fría de Pepe. —Dijo algo fuerte.
-Tu no lo conoces... Tú no sabes quién es el.
-¿Y tú si?
-Al menos más que tu, si.
-Espero no te de una sorpresa. —Eso hirió mi orgullo.
-¿Cómo tú a mí? —Bufé y me fui sin esperar una respuesta.

El resto del día continuo normal, sin ningún percance más que Jenny preguntando qué había hecho en mis vacaciones, sería agradable contarle a alguien mas todo lo que estaba pasando, pero ya había demasiada gente involucrada como para meter a alguien más en esto. Al parecer mi panza aún no era totalmente notoria, nadie hizo algún comentario o me lanzo una mirada con curiosidad.
Pepe tardaría al menos un mes en venir, lo cual me tenía frustrada, ¿cómo iba a funcionar nuestra vida en general con el viajando el noventa por ciento del tiempo? Si, había movido muchas fechas para poder estar al menos dos meses conmigo, pero eso no iba a ser siempre.
Marcelo llevaba casi veinte minutos de retraso, Jenny estuvo un rato conmigo hasta que llegó Efra por ella, me despedí y seguí sentada en la orilla de la banqueta tratando de saber algo de mi novio, cuando por fin vi el auto de Marcelo, me levante del suelo y el bajó del auto, duró casi todo el camino disculpándose, trate de hacerlo entender que no había problema, que entendía que su escuela estaba algo retirada de la mía.
Las primeras semanas pasaron muy bien, Marcelo era un buen compañero y Pepe se mantenía en contacto cada que podía... Pero cada vez lo sentía un poco más distante, tal vez solo estábamos cansados de la distancia o tal vez solo estaba exagerando todo. Con el paso de las semanas también llegó el inevitable aumento de mi panza y con el, los chismes.

-Ya no quiero ir a la escuela, me rindo. —Dije mientras bajaba del auto con Marcelo.
-¿Por qué lo dices?
-Ya me harté de que todos hablen mierda de mi, es ridículo, ellos no saben nada de mi, no tienen porque hablar... No conocen nuestra situación. —Marcelo se acercó y me dio un abrazo.
-Tienes que calmarte... Déjalos que hablen. Mientras tú y tus cercanos sepan que pasa, ¿qué más dan los demás? —Entramos a la casa, aún esperaba ver a Pepe sentado en el sillón esperando por mi, pero al menos Marcelo amortiguaba el hecho de que Pepe no estaba.
-¿Qué vamos a comer?
-¿No quieres salir un rato?
-¿A dónde?
-A comer, a donde sea... Para que te despejes.
-Creo que estaría bien. —Sonrió.
-Te doy tiempo de que te arregles. —Asentí, subí al cuarto, busque alguna otra blusa, me fijé en el espejo y mi panza se comenzaba a notar, tenía una mezcla de sentimientos. Termine de analizar cosas idiotas y baje a la sala.
-Lista. —Salimos de la casa, me llevo a un lugar totalmente distinto, sentía un aire distinto con Marcelo, no había secretos, no nos debíamos esconder de nada ni nadie.
-Te ves muy bien embarazada.
-¿Tú crees?
-Si, Pepe debe estar muy feliz con esto. —No conteste nada. —¿Pasa algo?
-No... Todo está bien.
-Cuéntame.
-Yo creo que Pepe no está feliz.
-¿A qué te refieres?
-Si... Mira dónde está, mira quién es y viene una niña a cambiarle todo. —Mire al suelo.
-Tienes que dejar esos pensamientos atrás. —Suspiro.
-No puedo... Todo esto es demasiado para mí.
-¿Por qué lo dices?
-Porque tengo 19 años, estoy embarazada del que fue mi ídolo desde la primaria, nadie sabe que estoy embarazada, mi mamá me odia y mi papá ni siquiera sabe que estoy embarazada.
-Vaya... Tu vida es todo un drama.
-Creo que me puedo dar cuenta...
-Pero esta bien, tienes que mostrar que eres fuerte. No a los demás, a ti. Que todo lo que haces es por ti... Y por el bebé que viene. —Me estremecí, aún no procesaba todo lo que estaba sucediendo.
-Gracias por tu apoyo, Marcelo... Me estoy muriendo.
-Son muchos cambios en poco tiempo, pero tú podrás. Tienes el apoyo de todos nosotros, tu madrastra, tus hermanos, Pepe, la banda, yo...
-La banda aún no sabe...
-¿Cómo?
-Ni Ricky, Arturo o Kro saben...
-¿Por qué no?
-No lo sé... Pepe no ha dicho nada. —Marcelo asintió.
-Ya llegara el momento, Alana...
-¿Tú crees que lo dirá?
-Al menos al público aún no... Pero no te ocultara. —Bufé como respuesta. La comida pasó sin ninguna queja más de mi parte.
-¿Cómo te va en la escuela? —Dije mientras revolvía lo que tenía en el plato.
-Bien, es mi último año por suerte
-Que bien...
-Si... y bueno, me ofrecieron un trabajo.
-¿En serio? ¿Y lo aceptaste?
-Aún no... Quería contártelo.
-¿Por qué?
-No lo sé...  Estoy viviendo contigo para cuidarte y creo que deberías ser la principal en saber que está pasando. —Sonreí con ese gesto, Marcelo realmente se preocupaba por mí, incluso un poco más de lo que yo creía...
-Yo creo que deberías hacerlo... Una cosa es quedarme sola por meses y otra es quedarme sola un par de horas mientras tú trabajas. —Marcelo sonrió y guarde esa imagen para mí... En el podía ver a Pepe, pero de alguna manera tenía ese aire fresco, relajado, pero con esa misma madurez que al parecer caracterizaba a los Madero.
-Gracias por tu apoyo, Alana...
-Gracias a ti, Marcelo. Esto se ha vuelto un poco menos pesado por ti... ¿Te puedo preguntar algo?
-Lo que quieras.
-¿Qué pasó con tu novia?
-Vaya... Pues... No teníamos las mismas metas, nuestros caminos se separaron, ambos queríamos cosas distintas, creo yo.
-¿Y qué querían?
-Ella no sabía aún lo que quería.
-¿Y tú?
-Supongo que algo estable... No es que me quisiera casar de golpe... Pero digamos que ella aun no lo veía como algo serio. —Asentí al no tener alguna respuesta en concreto. —¿Ahora te puedo hacer una pregunta yo a ti?
-Claro... La que quieras.
-¿Cómo pasó todo entre Pepe y tú?
-Fue complicado, fue aceptar su pasado, tener peleas internas sobre qué debía hacer, miles de golpes sentimentales de parte suyo... En fin, fueron muchas cosas, pero estar con Pepe siempre es la mejor recompensa. —Terminamos la cena y regresamos a la casa, Marcelo trataba de solucionarme la vida para que no tuviera alguna complicación con el bebé, casi a las once me gano la curiosidad y llame a Pepe.

"-¿Bueno? —Su voz hizo que un calor recorriera por todo mi cuerpo.
-Hola, mi amor.
-Alana, corazón, hola.
-¿Cómo estás?
-Bien, los conciertos me han tenido muy ocupado pero feliz.
-Me alegra que estés feliz, mi amor...
-¿Cómo se porta Marcelo?
-Bien, ha sido demasiado amable conmigo.
-¿Y el bebé?
-Tranquilo y sereno, puede dejar de moverse por horas y ahí me tienes apresurando a Marcelo para ir al hospital por miedo.
-Pero todo ha estado bien con el, ¿cierto?
-Claro que si... Te extrañamos.
-Y yo los extraño a los dos... Muero por verte... Por verlo. —Sonreí con eso.
-Te amo, Pepe. Te amo demasiado.
-Yo también te amo y me parece cruel que no te pueda acompañar en estos momentos.
-No es por elección...
-Aún así, toda mujer merece que el padre de su hijo comparta con ella los mejores momentos.
-Compartiremos buenos momentos juntos solo tenemos que esperar un poco.
-Nunca terminare de agradecer tu paciencia conmigo.
-Es fácil hacerlo cuando sé que todo tiene su recompensa."

No podía demostrarle a Pepe lo mal que me ponía que estuviera tan lejos, al final de todo tenía a Marcelo y al bebe junto a mí.
Al día siguiente Marcelo me dejo en la facultad y bajo conmigo mientras esperaba a que se llegara la hora.

-¿Estarás bien?
-Si... Gracias. —Sonreí y lo abrace, el puso sus brazos al rededor de mi cintura y acaricio mi espalda. —Anda, ve a clases. Aquí estaré esperándote.
-Nos vemos. —Me entrego un beso en el cachete, subió al carro y arranco. Cuando voltee, note a Jenny y a Sandra viéndome fijamente, me acerqué a ambas y sonreí.
-¿Y "ese"? —Dijo Sandra, yo bufé por mis adentros y suspire.


No quiero que llegue el final, pero bueno... Gracias por tanto, la historia ha estado subiendo de maneras impresionantes y no sé cómo reaccionar ante eso.

Solo dos semanas para el concierto, para la gente que me estuvo preguntando: Soy de Monterrey, Nuevo León, si iré al concierto, si alguien me quiere conocer en este mismo, sería algo súper cute.❤️

Los amo.🙋🏽

Reina de Uxmal.🐼❤️🙅🏻

Usted. (José Madero)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora