Capitulo 21

814 57 3
                                    

Llego Miguel con la cena y nos pusimos a platicar, aunque sonara algo cruel, cuando estaba con mamá extrañaba todo esto, la unidad, que no había incomodidad si llegaba alguien, solo estábamos juntos y Miguel siempre estaba tratando de recuperar todo el tiempo que perdimos, me acosté un rato, en realidad no planeaba dormirme aún, sabía que si no era Pepe, sería Alex o mis amigas quienes me llamarían para felicitarme. Puse la tele un rato, estaba viendo una película mientras jugaba con mi celular, cheque mi celular "11:59 p.m." Exactamente a las doce, entró la solicitud de vídeo llamada de Pepe.

"-Tan puntual, Madero. —Aún no se veía nada en su cámara, cuando se vio estaban los cuatro sentados en sus respectivas sillas, Arturo tenía su guitarra y Ricky tenía el bajo. —En realidad no creo merecer tanto, ¿sabes?
-Mereces esto y más. —Comenzó a cantar mientras lo veía —... Hasta ser ancianos te celebrare, no me iría de tu lado y moriremos después de que juntos lleguemos a la conclusión que ya es hora de partir. —Trataba de no gritar, pero se salieron varias lágrimas.
-Me van a hacer llorar, carajo.
-Feliz cumpleaños, me quito el bombín, con todo respeto te deseo a ti, nunca nadie podrá festejarte jamás, como yo lo haría acá... —Cuando termino de cantar, solo me quede callada, estaba llorando un poco.
-Chicos, muchas gracias. En serio, que hagan esto para mí es impresionante, que se tomen tanto tiempo por mi, la molestia y todo.
-Gracias a ti por soportar a Pepe ya por tanto tiempo. Y feliz cumpleaños. —Comentó Arturo, hizo un gesto de despedida y fue a otra parte.
-No te conozco mucho aún, pero si estás con Pepe debes ser muy especial, feliz cumpleaños, Alana.
-Yo... Pues, creo que no hemos convivido mucho, espero eso cambie. Felicidades. —Kro y Ricky salieron, Pepe se acercó a la cámara y se me quedó viendo.
-Estas llorando.
-De felicidad. Nadie había tenido ese gesto conmigo. —Tocaron la puerta. —¡Ya voy! Pepe, ¿hablamos en un ratito?
-Claro, te adoro." Colgué y corrí a abrir la puerta, estaban Mireya, Miguel y David con un pastel y un regalo. Entraron y me senté en la cama, me cantaron un poco, y después me acercaron el pastel para apagar la vela.

-Muchas gracias por el detalle. En serio.
-Ya tienes dieciocho años, Alana. Aún recuerdo la última vez que te vi, eras solo una bebé, ahora ya eres toda una adolescente con la mentalidad de una anciana, pero una adolescente al final.

Me abrazo y mis ojos se inundaron, Miguel se despegó y me limpió las lagrimas. Mireya se acercó y me abrazo, David repitió el acto, comimos un poco de pastel, se fueron y cheque mi celular, tenía varios mensajes de chicos del salón y de mis amigas, Alex me llamó para felicitarme, me desesperaba tanta atención, pero al parecer "me lo merecía", conteste algunos mensajes y por fin me quede dormida, desperté casi a las once y nos pusimos a acomodar entre todos, me mandaron a arreglarme, me puse un short, una blusa gris con rosa y unos tenis, llegaron mis amigas y Axel con su novio a la una, estuvimos un buen rato juntos. A las ocho se despidieron todos y se fueron, ayude a Miguel a limpiar un poco, y subí para arreglarme otra vez, Pepe me mando un mensaje diciendo que ya venía para acá, me senté en la sala a comer pastel mientras llegaba Pepe, Miguel estaba viendo la tele y Mireya en el celular. Miguel siempre tenía una cara de tranquilidad, la misma que yo puedo ver muy seguido al espejo, aún me sorprende pensar que ese hombre tan bueno y calmado pudo casarse y aguantar a mi mamá por amor, notó que lo estaba viendo.

-¿Pasa algo? —Dijo Miguel acomodándose.
-¿Te puedo hacer una pregunta?
-Claro, las que quieras.
-¿Por qué te casaste con mi mamá? Digo, siendo yo su hija no encuentro ni un motivo para estar con ella y se supone que la debería ver con "ojos de amor"... Ahora tú que no eres nada de ella, que estabas con ella por amor.
-Fácil, cuando la conocí, su actitud era algo parecido a la tuya, muy madura para su edad, de hecho Alex es muy parecido a ella en aspecto, ella era hermosa, su actitud a veces era un poco fuerte pero yo sabía manejarlo, con el tiempo se volvió peor, pero me gustan los retos y no me importaba estar con ella.
-Dios, no se.
-¿Hay alguien en tu vida?
-¿A qué te refieres? —Dije yo viendo a Miguel.
-Sabes a qué me refiero, si hay algún hombre a tu lado.
-Oh, pues algo así... Estoy saliendo con alguien, pero no es nada serio, de hecho.
-¿Por ti o por el?
-Por los dos, aún no podemos estar juntos. —Miguel sonrío de lado.
-Que no te lastime, Alana. Sé que eres muy fuerte, pero no me gustaría que te hirieran. —Negué. Mi celular sonó, Pepe ya estaba afuera.
-Ya llegaron por mí, Miguel. —Asintió, nos levantamos y salimos. Se quedo en la puerta con Mireya y yo corrí a donde estaba la camioneta, entre y Pepe traía el pelo hacia atrás, una camisa negra algo pegada y una sonrisa.
-Mi cumpleañera.
-Hola, te ves... Hermoso. —Me acerque y le di un beso.
-Aprovéchame que pronto me voy de nuevo.
-Lo sé, me desespera tanto. —Llegamos a su casa y estaban los tres carros, entramos y Kro estaba tomando en el sillón, Arturo veía la tele, mientras Ricky acomodaba algunas cosas en la mesa. Arturo me vio y se levanto corriendo para abrazarme.
-Ya eres cancha reglamentaria. —Me dijo al oído, ambos nos reímos. —No te muevas, te tengo un regalo.
-Hey, muchas felicidades. —Se acerco Ricky y me abrazo, me entrego una pequeña cajita, lo abrí y venía un anillo con una "X" —Supuse que te gustaría.
-Es muy hermoso y original, gracias.
-A ver, voy yo. Quítense. —Kro se acercó y me abrazo. —Felicidades, yo compre el pastel, ese es tu regalo. Fin.
-Lo aprecio mucho. —Regreso Arturo y tenía otra caja. —Después de esto tendré más accesorios que cuerpo para usarlos. —Lo abrí y era una pulsera, era plateada con algunos dijes negros con rojo. Abrace a Arturo y me regrese a mi lugar junto a Pepe.
-¿Entonces cómo festejaremos? —Dijo Kro, decidimos llamar a algunos amigos de Pepe, y yo me quede sentada en el sillón mientras llegaban.
-¿No quieres llamar a nadie? —Dijo Pepe viéndome. —Siento que no te la pasaras bien si no estás con alguien de ti.
-Estoy bien, estando contigo estoy genial. —Me abrazo y sonrío. Llegaron los amigos que más me conocían, la reunión paso muy agradable, Pepe estuvo a mi lado casi toda la noche, a veces le pedía que también estuviera con sus amigos, yo estaba con Arturo o Kro, Ricky se veía muy distante, me acerqué con el.
-¿Pasa algo? —Me volteo a ver confundido.
-Solo... Tengo muchas cosas en mente.
-Podrías contarme si quieres.
-Es algo idiota.
-Dímelo.
-Pepe y tú se conocieron en esa convivencia, yo conocí a una chica y no le pedí absolutamente nada, y los veo a ustedes tan felices y me arrepiento. —La chica de la convivencia, ¿cómo olvidarla?
-Daniela... —Solté de golpe. Saque mi celular y busque la foto grupal. —¿Ella?
-¿La conoces?
-La conocí ese día, pero tengo su numero.
-Es broma, ¿cierto?
-¿Crees que jugaría con eso? ¡Vamos a llamarla! —Dije de golpe, busque entre mis contactos y ahí estaba.
-No, no, no. Alana, ¿qué le vas a decir? "Hola, soy la chica que conociste en la convivencia, estoy saliendo con Pepe y Ricky te quiere ver." —Dijo fingiendo la voz de mujer.
-¿Y por qué no? Anda, ya. No seas marica. —Apreté el botón y salimos al porche de Pepe.
-¿Y si no contesta?
-Lo intentamos mañana por la tarde. —Lo puse en altavoz y estaba timbrando.

"-¿Bueno? —Se escuchó una voz algo confundida.
-¿Daniela?
-¿Si? ¿Quién habla?
-Soy Alana, ¿me recuerdas? Nos conocimos hace un rato ya, en el concierto de Panda, la convivencia. —Hubo unos segundos de silencio.
-¡Claro! Ha pasado un buen rato, ¿qué te da por recordarme a las once de la noche?
-Disculpa la hora, pero era una emergencia, lo que pasa es que... —Ricky me veía nervioso. —Es que... Conozco a alguien que al parecer también conoces tú y digamos que te quiere ver.
-¿Ah sí? ¿Y quién es?
-Es digamos una sorpresa, ¿estás ocupada?
-¿Ahora? No... De hecho se me canceló una fiesta y estoy en casa.
-Da la coincidencia que yo estoy de cumpleaños y ahora estoy en mi fiesta y me encantaría y a mí amigo también que estuvieras aquí...
-Si me pasas la dirección podría ir. —Ricky se veía ansioso.
-¿Te parece si mejor pasamos por ti?
-Oh, pues está bien. Te mando la dirección de mi casa.
-Genial, nos vemos en un rato, Dani."


Usted. (José Madero)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora