Capitulo 36.

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-Alana, vamos a calmarnos. —Estaba doblada de la desesperación, Pepe estaba junto a mí tratando de calmarme. Escuche la voz de Elia acercarse. —Iré yo por tu medicina.
-No... Mis vecinas te verán. —Pepe soltó un grito desesperado.
-Entonces no sé que podemos hacer, corazón. —Escuche la desesperación en su voz y me odie a mí misma por ponerlo en esta situación.
-Dame sus llaves, yo voy a su casa por la medicina. —Elia dijo de golpe. Pepe me volteo a ver y asentí. César venía caminando hacia nosotros y yo negué para mi misma, Pepe le entregó la llave y Elia salió corriendo.
-Necesitas calmarte, amor. Por favor, ya no tarda Elia. —Tenía a César cerca, Pepe no sabía quién era y no planeaba decírselo en este momento.
-Veo que sigues con tus problemas respiratorios. —Se acercó Cesar a mí y yo voltee la cara. —
-Vete. —Dije con un hilo de voz. Pepe acariciaba mi espalda y se detuvo en seco.
-¿No acabas de escuchar a Alana? Que te vayas.
-¿Y tú eres? —Dijo César viendo a Pepe, entrecerró sus ojos al verlo, cuando por fin lo reconoció soltó una carcajada. —Vaya, el mismo José Madero, qué suerte, Alana... Tu sueño hecho realidad. Mucho gusto, soy César... Su ex novio.
-¿Tú eres el idiota que la lastimo? —Pepe se acercó a él, César le llegaba poco más arriba de la nariz.
-¿Y tú eres el imbecil que recoge la basura que deje tirada hace años? Pensé que nunca se iba a recuperar, ahora veo que me equivoque... —Pepe estaba apretando las manos, nunca lo había visto enojado y no quería que fuera la primera vez.
-No me hagas hacer una estupidez
-Anda, defiende a tu noviecita, ¿no crees que es un poco menor para ti?
-No te deberías meter en cosas que no te importan. —La voz de Pepe se escuchaba demasiado intensa.
-¡César! ¡Lárgate! Esto no te incumbe a ti. —Escuche a Elia gritando agitada, seguido de un empujón hacia César, Pepe se hizo para atrás y se acercó a mí. Elia traía el inhalador, un bote de agua y mis pastillas. Me entrego todo y me senté en el asiento del copiloto, Pepe estaba arrodillado en el escalón de la camioneta viendo cómo me calmaba.
-¿Estás mejor? —Negué.
-Quiero ir con mi papá... —Pepe acepto. Cuando iba a cerrar la puerta Elia se acercó.
-¿Me dejas hablar dos minutos con ella? —Yo le asentí a Pepe, me ayudó a bajar de la camioneta, camine un poco y Pepe me detuvo.
-¿Segura? Si la escucho gritarte al menos una vez, te juro que no respondo.
-Estaré bien, tranquilo. —Le di un beso en el cachete
-Te espero. —Camine hacia Elia y nos alejamos un poco.
-¿Qué pasa?
-Quiero que sepas que esto no cambia nada, no quiero saber más nada de ti, más no quiero que mueras. Así que, que te quede muy en claro que sólo fue un gesto amable.
-No pensé que fuera una reconciliación.
-Me alegro. —Voltee al otro lado, César seguía ahí.
-¿Qué haces con César? —Dije en un tono bajo.
-¿Acaso te importa? —Negué.
-Bueno... Si es todo lo que teníamos que hablar, me tengo que ir... —Me aleje y ella me detuvo.
-¿Por qué mierda nunca me dijiste? —Dijo ella con un tono fuerte.
-No era algo que pudiera ir diciendo como si fuera cualquier cosa.
-Fui tu mejor amiga toda tu jodida vida, sabia todos tus secretos.
-No era algo fácil. —Baje la cabeza.
-¿Pero a tu madrastra, a tu hermanastro y a los demás si les pudiste decir?
-Fueron situaciones muy distintas... Deja de reprocharlo. Me tengo que ir, sabes que me tengo que checar cada que pasa esto. —Asintió.
-Y no te preocupes, ni de mi, ni de César saldrá algo.
-Gracias. —Me acerqué a Pepe y me abrazo.
-¿Es el, cierto? —Me quede callada. —¿Por qué carajos está aquí? —Estaba muy tenso.
-No se, te lo juro que yo no sé. No tenía ni idea de que se seguían viendo.
-Esta bien, perdón. Mira... Te llevaré a casa de Miguel y quiero que te quedes allá. —Asentí. Subí al carro, recargue mi cabeza en el tablero. Subió al auto y arranco, llame a Miguel y no contesto, opte por llamar a Mireya.

"-¿Bueno?
-Mireya, hola... Soy Alana.
-Mi niña, hola... ¿pasa algo?
-Pasa que... Pues, tuve una complicación respiratoria, no hay nadie en mi casa y voy camino a casa de Miguel... Espero no tengan problema.
-Miguel está de viaje, corazón, pero yo con gusto te recibo. ¿Con quién vienes?
-Con Pepe...
-Esta bien, no pasa nada... Aquí los espero." Colgué y Pepe iba muy serio.

-Yo no sabía que iban a estar ahí... La familia de César vive cerca y supongo que estaba de visita o que se yo...
-No fue tu culpa, tranquila. Pero qué bueno que ya le conozco la cara al hijo de perra. —Tenía meses, si no es que casi un año sin escucharlo decir alguna maldición fuerte en frente de mi.
-José Madero. —Exclamé, Pepe bufo.
-Lo amerita. —Llegamos a casa de Miguel, Mireya ya estaba afuera esperando por nosotros, Pepe se estacionó y me ayudó a bajar.
-¿Qué pasó, mi niña? —Mireya me abrazo.
-Estuve bajo mucha presión y cuando me estreso mucho me pasa eso.
-Ya le llame a Miguel, el llamara a tu mamá para avisarle que estas aquí. —Asentí. —Gracias por traerla, Pepe.
-No hay de que. Solo no olvides más tu inhalador, Alana... Por favor. —Negué.
-Te amo, Pepe. —Aún me sentía algo débil.
-Yo también te amo, Alana. Descansa. Anda, entren para poder irme tranquilo.
-Si... —Nos acompañó a la entrada, me dio un beso en la frente y se despidió de Mireya, ambas nos sentamos en el sillón.
-¿Qué te pasó?
-Vi a alguien de mi pasado que me pone mal y no pude evitar el ataque...
-Debe ser alguien muy malo.
-Algo así, pero prefiero ya no hablar de ello.
-No planeaba presionarte.
-Gracias...

Sonó mi celular, era mi mamá, diciendo que ya no tardaba en llegar con Alex y Fernanda, Mireya y yo estábamos en la sala esperando a que llegaran, mientras me contaba como estaba todo aquí y como había cambiado la vida de Miguel al tenerme aquí. Alex me llamo, ya estaban afuera, nos levantamos y caminamos a la puerta, Alex estaba en la entrada.

-¿Cómo estás?
-Mejor...
-¿Qué pasó? —Negué.
-Me estrese de más y no me pude controlar. —Alex me abrazo y se despidió de Mireya, subimos al auto, mi mamá estaba en el asiento de atrás.
-¿Cómo estás, mi niña?
-Bien, perdón por asustarlos. —Nos dirigimos al hospital, hicieron el chequeo que usualmente hacían cuando me daban secuelas, salimos del hospital, mi mamá iba conmigo, estaba acomodada junto a ella mientras acariciaba mi cabello, cuando llegamos a casa Axel me estaba esperando, Alex me ayudó a bajar, aún me sentía algo débil, me acerqué a él.
-Eres un desastre. —Asentí. Mi mamá entro a la casa y Alex se fue junto a Fernanda. Ambos nos sentamos a la orilla de la banqueta. —¿Qué te pasó?
-Vi a Cesar... —Axel se tensó en cuanto mencione su nombre.
-¿Dónde?
-Estaba en el parque con Elia.
-Esa perra hipócrita. —Abrí los ojos como platos.
-No digas eso.
-Vamos, Alana... Esto que te está haciendo no lo hace una amiga de verdad.
-Yo la entiendo, estaba enojada.
-No le da derecho de tratarte así y de mandar al diablo una amistad de tanto tiempo. —Mire al suelo. —¿Y Pepe?
-Estaba con él cuando pasó todo.
-¿Y no hizo nada al respecto?
-¿Qué querías? ¿Qué se involucrará en una pelea con un niño de veintiún años? —Bufo.
-Malditas edades.
-Bienvenido a mi mundo.
-¿Y qué harás?
-¿Con qué? —Lo mire confundida.
-Sabes que Cesar no se irá tan fácil.
-No me importa. Yo no dejaré que entre de nuevo, el tiene su familia y yo estoy feliz
-¿Cómo vas con Pepe?
-Yo creo que no podíamos estar mejor, ¿sabes?
-Me agrada verte feliz, me agrada que ya no sufras. Tienes a tu familia completa, tienes a un hombre maravilloso a tu lado, no puedes pedir más. —Asentí.
-Cambiaron las cosas muy rápido. — Dije mientras pensaba en todo.
-Demasiado, basta de cambios.
-Por favor. —Ambos reímos.
-¿Y cómo hacen cuando está de viaje?
-Vivimos pegados al teléfono todo el rato, tuve que contratar un plan de datos, bueno Miguel me lo contrató y Pepe aumento el suyo. —Axel soltó una carcajada.
-Y pensar que tu ídolo hoy tiene que pagar más de renta en el celular para hablar con una adolescente que resultas ser tu.
-Cuando lo dice alguien más suena raro.
-Es raro. —Se quedó callado. —Pero bonito. ¿Te puedo hacer una pregunta?
-Claro.
-¿Lo has hecho con el? —Cerré los ojos, sonreí y asentí. —¿Es en serio?
-Digamos que empezamos bien el año.
-¡Cállate! Demasiada información.
-Perdón. —Reí.
-¿Y qué tal?
-¡¿Es en serio?!
-¿Qué? Me gustan los detalles morbosos. —Hizo su gesto típico con media sonrisa.


Sé que soy la peor publicando, perdón.😂 No quiero terminar la historia, pero quiero darles spoilers, pero me van a odiar, así que pues no les daré adelantos, los amo.💖

FALTAN CUARENTA Y TRES DÍAS PARA EL CONCIERTO DE PANDA EN MI HERMOSO HOGAR Y ESTOY MUY EMOCIONADA Y DEPRIMIDA AT THE SAME TIME.

También les quería decir que estoy pasando por un odio/amor a Panda, maldita sea.

Siendo todo por el momento, los amo. Gracias por votos, comentarios y todo lo que ustedes hacen.💖

ItsRockie, te amo bae, gracias por ayudarme a pensar en el final y por no burlarte de mi, ah. Prometo no bloquearte de Wattpad. We are meant to be as fuck.💖

Reina de Uxmal.🙅🏻




Usted. (José Madero)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora