Capitulo 33.

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-¿Un año, Alana? —Dijo Alex sorprendido.
-Si, desde septiembre... —Alex abrió los ojos de un golpe.
-¿Pero qué el concierto y convivencia no fue en Septiembre? —Asentí. —¿Me puedes explicar eso?
-Eh, pues... Digamos que ese día me dio su numero y a partir de ahí comenzamos a salir, a pelearnos... Pero, no tuvimos nada hasta unos meses después. —Alex seguía viéndome confundido.
-¿Estuviste guardando eso todo un año?
-Sí... No sabes lo difícil que ha sido.
-¿Quién más sabe? —Pregunto mientras llegábamos al lugar donde comeríamos.
-Ustedes, David... Arturo, Ricky, Kro, la esposa de Kro... —Alex se detuvo en seco.
-¿También conoces a los demás?
-¡Claro! Con ellos me festeje cuando cumplí dieciocho.
-¿Tú sabías? —Volteo a ver a Axel.
-Si, creo que fui el segundo en saber.
-¿Y el primero?
-Arturo. —Dijimos al unísono Axel y yo.

Alex seguía haciendo preguntas sobre todo lo que pasaba con Pepe y yo, aún era algo difícil para el procesar la información, su hermana menor saliendo con el mayor ídolo de ambos, ¿cómo podía ser eso posible? Pasó la noche muy tranquila, cuando terminamos de comer y regresamos a casa, Pepe siguió con la misma pregunta toda la noche "¿Estás bien?"
El siguiente concierto que tendrían sería hasta Marzo, así que teníamos el suficiente tiempo para saber que pasaría, aunque por alguna razón yo ahora estaba muy tranquila, no tenía miedo de lo que pudiera pasar.
Estábamos en su casa viendo películas, mientras yo jugueteaba con su cabello.

-¿Te diviertes?
-Pues algo, tu cabello corto no es tan divertido como el largo.
-Alana... Siempre me querías hacer trenzas con el cabello largo. —Dijo con cara de pocos amigos.
-Por eso era divertido. —Soltó una carcajada y sonrío.
-No me quiero ir...
-No te vayas...
-Estoy muy cansado...
-Piensa que ya falta poco para terminar con el tour de Sangre fría... —Dije tratando de animarlo.
-Y empiece el de los XV años... —Dijo fastidiado.
-Cállate, te quiero animar. —Bufó.
-Aún faltan algunas semanas, tenemos tiempo de disfrutar.
-Así es. —Me acerqué y le di un beso. —¿Y sabes cuál es la mejor parte?
-¿Cuál? —Me miró confundido.
-Que no estoy embarazada... —Soltó una risa un tanto nerviosa.
-¿En serio? —Asentí.
-Así que podemos estar tranquilos. —Sonrío.
-Oye, he olvidado decirte que llames a Arturo.
-¿Para?
-Quiere hablar contigo, tienen rato sin hablar, ¿no? —Asentí.
-Si, tenemos algunas semanas... Pero esta bien, en la noche le hablare. —Bese su cachete. Mientras seguía jugando con su cabello él veía la tele. —Sonó su celular, me enseñó el celular, era Ongi. Mientras hablaba con el yo trataba de ver la película.
-¿Estás ocupada? —Lo voltee a ver y negué. —¿Quieres ir a ver un partido de Rayados?
-¿Seguro?
-Que si, vamos. —Sonrío contento y se levanto.
-¿A dónde vas?
-A ponerme mi camisa. —Solté una carcajada.
-Anda, ve a cambiarte.

Subió las escaleras y yo me puse a merodear su casa, llevaba casi un año viniendo aquí y no conocía ni la mitad de su casa, me puse a ver algunos cuadros que tenía y unas fotos que estaban en un mueble. Había demasiadas fotos, estaba su familia, su mamá, Evaristo y él, en otro cuadro estaban sus hermanos, su hermanita menor, su papá y él, había otra foto en la que él tenía como mucho diez años, se veía tan tierno... Regresé a la foto de sus hermanos, me fijé en su hermana y me estremecí al pensar que era al menos unos tres años menor que yo, sentí los brazos de Pepe detrás de mí.

-¿Me veo bien de traje? —Lo voltee a ver.
-Te ves bien con lo que sea. —Sonreí, caminamos al carro y se detuvo.
-¿Eres Rayada? —Me encogí de hombros.
-No soy muy fan del futbol.
-¿Si te compro una camisa de Rayados te la pondrías?
-¿Para qué me quieres comprar una camisa?
-Para que no vayas sin camisa al estadio. —Suspire.
-Anda, cómpramela.
-¡Vamos! —Llegamos a un local y compro una camisa de Rayados, era bonita y si a Pepe le gustaba verme con ella, por mí no había problema, me la entregó.
-Gracias. —Cuando iba a arrancar, me levante la blusa que tenía.
-¿Te la vas a cambiar aquí?
-Si, ¿tiene algo de malo? —Soltó una risa.
-No, está bien. —Me levante la blusa y me puse la que me había comprado. Guarde mi blusa en una bolsa que traía y me quedé viendo a Pepe.
-Me gusta cómo te ves con esa camisa.
-A mi también me gusta cómo te ves con esa camisa. —Llegamos al estadio y estaba Ongi con su esposa esperando por nosotros. Caminamos hacia el, se veía muy sonriente.
-Madero. —Se saludaron muy efusivamente.
-Garza. —Yo estaba detrás de Pepe. —Te presento a mi novia... Alana. —Ongi sonrió y me saludo.
-Mucho gusto, Alana. —Aún me sentía un poco intimidada cuando Pepe me presentaba gente de su alrededor que tiempo atrás yo solo veía por fotos, caminamos hacia los lugares, Pepe me quería tomar de la mano y me negué.
-¿Pasa algo? —Hablo a lo bajo y me detuvo.
-No quiero tener un inconveniente aquí. —Pepe suspiro y me abrazo por los hombros.
-Tranquila.

Seguimos caminando, llegamos a los asientos, Pepe se sentó en medio de Ongi y yo, ambos estaban muy concentrados en el partido, yo solo veía como Ongi y él se llevaban tan bien y convivían de una manera tan relajada, cuando por fin llego el medio tiempo, Pepe me abrazo por los hombros otra vez, yo sonreí y le di un beso en el cachete.

-Te amo. —Susurre en su oído.
-También te amo. —Ongi nos volteo a ver.
-¿Y de dónde se conocen? —Dijo su esposa.
-Yo, el... —Pepe soltó una risa.
-En una convivencia de Panda. —Dijo Pepe y yo respire profundo.
-¿En serio? Que lindo.
-¿Y cuántos años tienes? —Estoy cien por ciento segura que empalidecí después que Ongi pregunto eso.
-Yo... —Hice un silencio corto y Pepe acaricio mi mano. —Dieciocho... —Trague saliva, estaba nerviosa de una manera excesiva.
-Tranquila. No pasa nada. —Se acerco la esposa de Ongi a mi.—No pasa nada, no somos nadie para juzgar, si Pepe y tu son felices, no hay nada de malo.
-Gracias, eso la tranquilizara un poco.—Pepe hablo y yo sonreí.
-No soy quien para arruinar momentos bonitos, pero están empezando a tomar fotos hacia acá, y obviamente querrán fotografiar al gran Pepe Madero en el estadio.
-Yo... iré al baño. —Dije de golpe. Pepe me miró triste.
-Te acompaño. —Se levanto la esposa de Ongi conmigo y caminamos hacia el baño. —¿Estás bien?
-Si, ¿por?
-¿Por qué te quisiste ir tan de repente? —Me miró mientras entrábamos al baño.
-Yo... Simplemente no quiero que alguna foto mía salga y el termine en un problema... O ya no podamos estar juntos, ¿es ridículo?
-Yo lo veo algo razonable, pero tal vez a Pepe no le importen ese tipo de cosas. ¿Puedo saber cuánto llevan juntos?
-Nos conocimos en Septiembre del año ante pasado, y tú sabes pasaron demasiadas cosas antes de poder estar juntos y hacerlo oficial, eso pasó hasta agosto del año pasado...
-¿Te puedo hacer una pregunta un poco más personal? —Por alguna razón reconocí ese tono.
-Ya... Ya estuvimos juntos. —Ella abrió los ojos como platos.
-¿En serio?
-Sí, hace poco menos de un mes... —Ella sonrió. —Solo cuídense mucho y si necesitas con quien hablar, puedo darte mi número.
-¿En serio? —Intercambiamos números y regresamos a los lugares, el segundo tiempo ya había comenzado, Pepe estaba concentrado al cien, pero cuando me senté tomo mi mano.

Cuando terminó el partido, Pepe y yo caminamos al carro de Ongi con su esposa, nos despedimos, Ongi se veía muy cómodo hablando conmigo, caminamos hacia la camioneta y Pepe se veía relajado, hasta feliz.

-¿Te agrado Ongi?
-Si, fue muy amable y su esposa aún más.
-Tu les agradaste, lo note. —Me encogí de hombros.
-Aún no me acostumbro, lo siento.
-Lo noto cada que te tengo que presentar a alguien.
-Para mí no es fácil, ¿sabes? Estoy conociendo a gente que jamás creí conocer, gente que veía en fotos años atrás y me emocionaba, no se, no es fácil.
-¿Te exijo mucho? —Me encogí de hombros.
-Un poco, pero te entiendo, no debe ser fácil para ti tampoco. —Llegamos a mi casa, se despidió y me siguió por la calle hasta que entre a la casa, Alex estaba cenando con Fernanda y mi mamá.
-¿Y esa camisa? No sabía que te gustaba el futbol. —Dijo Alex aguantado una carcajada.
-Me la regalaron mis amigas y no la pude negar. —Sonreí.
-Se te ve bien. —Dijo mi mamá. —¿Te quedas a cenar?
-Sí, está bien... —Me senté a un lado de Alex mientras mamá me servía de comer.
-¿Y a dónde fuiste con tus amigas?
-A... Al centro a comprar algunas cosas.
-Que bien. —Alex seguía molestando y estaba perdiendo mi paciencia.
-Te voy a terminar dando un buen golpe, querido hermano mio.


¿Tres veces en una semana? Debe ser un récord, la verdad es que este capítulo me inspire de esa foto, y aparte quería meter a Ongibebe💖 si de casualidad alguien sabe el nombre de la esposa de Ongi, los amaría si me lo dicen:).

Solo para recordarles que no falta mucho para el gran final, ah, no. Al menos quedan unos quince a diez capítulos, sorry, not sorry. Pero aún tengo planes que les diré al final. :')

Por ahora creo que es todo, como siempre, gracias por el apoyo, votos, comentarios, los amo demasiado.💖🌝

Reina de Uxmal.🙅🏻

Usted. (José Madero)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora