Capitulo 3

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Me quede dormida entre todos mis pensamientos absurdos, desperté casi a las diez de la mañana, busque mi celular en la cama y tenía dos mensajes de él, por lo que me había contestado estoy casi segura que era en verdad su numero, le regrese los mensajes y seguí con mi día, la verdad no pensaba pasar de eso creía que solo me hablaría un rato y después me dejaría de contestar. Seguí con mi día normal, en la tarde salí con mi mejor amiga y fuimos un rato a la plaza.

-Entonces, ¿qué tal tu noche, eh?
-Excelente. La convivencia fue lo mejor, pase un buen rato con Pepe.
-¿En serio? ¡Qué emoción! Me imagino que no supiste ni que decirle.
-La verdad no, pero la platica se dio excelente, y Arturo, ¡Por Dios! Todo lo contrario que creíamos, platica súper bien y es gracioso.
-Que padre, me encantaría haber ido. —Recordé lo de Pepe, ¿le debería decir? No, a pesar de que es mi mejor amiga, se que es algo que no le podría decir, querría sacar provecho de ello, y yo no quiero que Pepe piense así de mi.  —¿Te pasa algo? Te noto muy callada.
-No. Estoy bien... Solo aun no asimilo que los conocí y eso. —Dije mientras apretaba mi cara con mis manos.
-¿Y te tomaste fotos con ellos?
-¡Claro! —Saque el celular y lo desbloquee, tenía como cincuenta fotos de solo la convivencia, Eli las veía mientras se emocionaba.
-Que lindo se ve Pepe así, hasta puedo decir que se ven bien juntos. —Mi celular comenzó a vibrar, le quite el celular rápido al ver el nombre, era él. Me aleje un poco de ella y conteste en un tono bajo.

"-¿Bueno? Conteste con miedo.
-Alana... ¿Pasa algo? Escuche su voz detrás del celular, sonaba mejor que nunca.
-Si, pero... ¿Qué pasa?
-Suenas hasta preocupada porque te llame. Dijo con tono serio.
-Si, lo que pasa es que mi mejor amiga tenía mi celular y me dio miedo que leyera el nombre o algo.
-Entonces estas ocupada...
-Un poco, ¿por?
-¿Dónde estás?
-¿Pasa algo?
-Solo quiero verte y no se si estas ocupada. Eso hizo eco en mis oídos y me puse como loca.
-Ah... ¿Te, te parece si te mando la ubicación?
-Si me haces ese favor, cuando me la mandes te digo en cuanto estoy ahí."

Colgó de golpe y yo me quede pasmada. Mande la ubicación por whatsapp y a los cinco minuto solo recibí un "En veinte minutos estoy ahí, no te muevas." Le dije a Eli que salió algo y me tenía que ir, la acompañe a esperar a que pasara su camión, se subió y yo regrese a la plaza. Aun faltaban al menos cinco minutos para que llegara. Me puse los audífonos y me senté en un columpio. No supe cuanto tiempo habían pasado pero el aun no llegaba, ya habían pasado casi treinta minutos, y no me iba a dignar a mandarle un mensaje, si me gustaba y si era mi amor imposible desde pequeña, pero eso no le daba derecho sobre mi. Sentí que algo me caía en la cabeza voltee a los lados y a menos de un metro estaba ese 1.80 que me tenía como loca desde hace rato ya. Estiro las manos y camine hacia el, me acerque para saludarlo y no pude evitar abrazarlo, tenía una camisa de manga larga gris con negro, se veía particularmente guapo, con el pelo para atrás y una sonrisa bonita. 

-Creo que me extrañaste. —Sonreí ante el comentario, pero no sabia que responder a eso, estaba más nerviosa incluso que la noche anterior. Ahora estábamos solos.
-No se que decir, ¿qué haces aquí? ¿para qué querías verme?
-Solo quería platicar y sonaste una persona muy tranquila ayer, aparte me sentía muy cómodo contigo.
-Lo agradezco. —Supongo. —Y... ¿de qué quieres platicar? Soy toda oídos.
-¿Podemos ir a un lugar mas privado, no me lo tomes a mal, por favor.
-¿A mal? No, claro que no. Te entiendo perfectamente. —Caminamos hacia su carro y me abrió la puerta. Entre y saque mi celular le mande un mensaje a mi mamá, que tal vez llegaría un poco mas tarde de lo habitual. Bloquee el celular y Pepe arranco, estuvo casi media hora conduciendo y llegamos a una plaza que estaba casi en medio de la nada.
-Suelo venir aquí a despejarme, casi no pasa gente y puedo estar solo tranquilamente. —Dijo cuando se acercó para abrirme la puerta y ayudarme a bajar.
-Es muy lindo, ¿cómo lo descubriste?
-Cuando pase por momentos difíciles en mi vida me agarre a conducir como loco, no quería llegar a ningún lado, solo me quería despejar de todo, llegue aquí. Y me baje del carro para respirar, me encanto el lugar, y solo tenía que manejar casi todo derecho para llegar aquí. —Se sentó una banca y me senté a lado de el. —¿Interrumpí algo cuando pase por ti?
-No... Estaba con mi mejor amiga, pero la veo muy seguido. —Sonreí de lado. Comenzamos a platicar, pero hubo un silencio incomodo, ninguno de los dos sabia que decir, no había nada que decir. —Y... Bien.
-En la convivencia estuviste mucho tiempo con Arturo. —Escupió Pepe de repente.
-Pues... Estuve con todos. Es normal, los quería conocer. —Seguíamos viendo al frente.
-Te veías muy feliz con Arturo.
-Es muy amigable. Tu igual te veías muy cómodo con las chicas que casi se te subían encima. —Trate de mantener un tono tranquilo, pero no lo estaba.
-Ellas estaban ahí, no me iba a quitar así porque si.
-Si, yo estaba muy cómoda con Arturo, no me tenía porque quitar. —Pepe me volteo a ver.
-Tal vez fue una mala idea traerte. No hay nada de que hablar contigo. —Dijo seco.
-Entonces hazme el favor de regresarme a mi casa que tengo cosas importantes que hacer.

Abrió los ojos como plato, no se porque esperaba una disculpa si quiera, aunque sabía que eso no iba a pasar. Se levanto y saco de su bolsillo las llaves, camine detrás de el, intento abrirme la puerta pero lo hice a un lado, dio un golpe a la orilla de la puerta y se subió de su lado. Nadie decía nada, solo íbamos viendo al frente, yo tenía mi celular en las manos, lo desbloquee para ver la hora, ahí estaba en el fondo nuestra foto, el sonreía y yo tenía llamas en las mejillas, levante la mirada, ni siquiera sentía que estuviera con el mismo hombre de la foto. El me vio de reojo y vio la foto en el celular, relajo un poco las manos en el volante. Llegamos a la plaza y seguíamos sin decir nada. Me iba a bajar y el me detuvo.

-Ya es tarde para que te vayas sola. Déjame llevarte hasta tu casa. Después ya no tendrás que saber de mi. —Asentí. Le explique como llegar, me dejo a dos casas de la mía.
-Gracias. Buenas noches. —Asintió, me quede esperando una respuesta por mínima que fuera. Nada. Me baje y mientras caminaba seguí esperando algo, saque mis llaves y escuche el motor. No pude evitar soltar una lagrima, me odiaba a mi misma, pero lo odiaba más a él. Entre a casa y limpie mis lagrimas. Mamá estaba en la cocina, preparando la cena.
-He llegado, mamá. —Me acerque y le di un beso en el cachete. Me lave las manos y me entrego una tabla para picar y unos tomates.
-¿Qué tal tu día?
-Salí con Eli pero se tuvo que ir y fui con Adrián un rato. Te manda saludos.

Sonrío y siguió con sus labores domésticos. Aun recordaba las palabras de Pepe y aun dolían, pero dolía más lo que yo le había dicho. ¿Por qué lo hice? ¿Lo merecía? Ya no importaba. Terminamos de cenar y corrí a mi cuarto. ¿Con quién me podía despejar? No había nadie. Luego recordé que podía haber una persona. Entre a Twitter, busque a Arturo subí mil fotos con el e incluso repetía las fotos, lo etiquete en mil publicaciones para ver si notaba mi existencia, era con el único que me podía desahogar y sentía que el me iba a a entender, casi media hora después de spam, me rettwiteo y me comenzó a seguir. El plan iba algo bien. Le mande un mensaje privado pidiéndole ayuda. Me contesto a las dos horas. "pásame tu número, por aquí me tardare dos días para contestarte." Le mande mi numero y a los veinte minutos me mando un whatsapp, estaba nerviosa por hablar con el, ¿Me podría ayudar? ¿Me diría cosas que no quiero saber? Prefería eso a tener que soportar a un Pepe bipolar y absurdo, o al menos soportarlo y saber porque es así. Sabia que no había tenido buenas relaciones, que estaba dañado, pero no debía desconfiar de todas y mucho menos tratarme así como lo hizo. Yo no tenía la culpa de nada, al contrario yo quiero ayudarlo.


Usted. (José Madero)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora