Capitulo 52

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Mi mundo se estaba derrumbando, todo estaba cambiando, Pepe ya no era mío, ya no estaba conmigo... O tal vez nunca estuvo, y esa duda era lo que más me dolía, él siempre había sido prisionero de su pasado y era algo que yo sabia, pero esto era otro nivel, ahora no solo me estaba dejando a mi, no... Estaba dejando a su hijo, a su sangre.
Pasaron semanas lentas, pero tranquilas, ya no esperaba a nadie, ya no me dolía el alma, el dolor de Pepe había desaparecido poco a poco, Marcelo había sido paciente con mi tristeza, seguí yendo a la escuela, trataba de ocultar todo por lo que estaba pasando. Elia se acercó a mí unos días antes del concierto.

-Ya verás a tu príncipe azul, ¿cierto?
-¿Qué quieres? —Dije viendo a mi celular.
-Hablar, Alana... Hablar. Tenemos tantos años juntas que alejarme de ti es imposible, te quiero demasiado, eres como mi hermana. —Ni siquiera yo me podía alejar de ella, era mi mejor amiga.
-¿Podemos iniciar otra vez?
-Llevo esperando esto por meses. —Me abrazo y sentí un aire de calma enorme, era la única persona que quería en mi vida en este momento. —Ahora... Dime, ¿qué pasa? Puedes mentirles a Jenny y a Sandra... A mí no.
-Yo... —Suspire y trate de calmarme. —Pepe me dejo, o lo deje... No sé como quieras verlo.
-¿Qué? ¿Cómo?
-El... El seguía con su ex novia... Regresó con ella cuando yo me embaracé.
-¿Y ahora?
-Bueno... Ahora estoy con Marcelo. —Elia abrió los ojos como respuesta. —Espera... Me estoy quedando con el, se podría decir que tomó el rol como padre...
-¿Y Pepe?
-Por ahí con Krizia... Supongo.
-¿Tan pocos pantalones puede tener?
-No imaginaba que podía hacer eso.
-No lo necesitas, Alana. Aún cuando estuvieras sola, tú puedes hacerlo, te conozco y eres fuerte.
-Supongo que si. —Sonreí y me abrazo.

Me ayudó a levantarme y me acompañó al salón. Después de clases Marcelo paso por mí como habitualmente, el día estuvo tranquilo, regreso al trabajo y yo me quede en casa. Por fin llego el vienes, Marcelo se veía algo ansioso desde la mañana, pero trate de ignorarlo, por la noche después de llegar del trabajo toco mi puerta y entró.

-¿Pasa algo? —Lo veía algo nervioso.
-Mis papás quieren que vaya a la casa... Y se me hace una oportunidad perfecta para... —Sonreí, sus nervios estaban por quebrarlo. —Si no quieres, podemos esperar más, está bien.
-Tranquilo, está bien... Vamos. —Marcelo sonrió. —Pero... ¿Estás seguro?
-Claro, estaremos bien.
-¿Estará Pepe? —Agache la mirada.
-Tranquila, si está o no, lo tendrías que confrontar en algún momento. —Acaricio mi mejilla y sonreí.
-Me iré a arreglarme.
-Tomate tu tiempo.

No sabía que sentir, iba a conocer a los papás de Marcelo, al papá de Pepe... Evaristo iba a estar ahí, ¿Pepe iba a estar ahí? Dejando a un lado todos mis pensamientos y me comencé a arreglar, media hora después salí del cuarto, Marcelo estaba viendo la televisión, cuando me vio se limitó a sonreír, tomó mi mano y subimos al auto, mientras manejaba yo iba ansiosa en el auto tratando de no volverme loca, cuando llegamos abrió la puerta de mi lado, me ayudó a bajar, respire con disimulo, entramos a la casa y aún no llegaba nadie.

-¿Saben qué está pasando?
-Les comente que tenía una relación y bueno que estabas embarazada. —Exhale y me calme.
-¿Quién estará?
-Nosotros, mis papás, Paty, Evaristo y su esposa... Pepe.
-Esta bien, aquí no va a pasar nada malo. —Bajaron los papás Marcelo, la señora Paty, una mujer de pelo rojo y corto, con una cara hermosa, su papá... Idéntico a ellos. Detras venía Paty, la menor de los Madero.
-¡Alana! Un gusto conocerte, Marcelo no ha parado de hablar de ti desde que nos dio la noticia... Un poco tardía, que seriamos abuelos de nuevo. —Sonreí.
-Que felicidad por fin conocer a la madre de mi segundo nieto. —Me saludaron y plantaron un beso, siguieron con el saludo hacia Marcelo.
-Yo soy Paty, la hermana de Marcelo.
-Mucho gusto. —Me acerqué a saludarla y me entrego un abrazo, me hice para atrás y regrese a los brazos de Marcelo.
-Ya va llegando Evaristo. —La mamá de Marcelo comentó, yo trague saliva. Los papás de Marcelo se dirigieron a la cocina y Evaristo entro con su esposa.
-¿Y Pepe? —Dijo Evaristo al verme.
-No tarda en venir, traerá a Krizia. —Dijo Paty ignorando toda la situación.
-¿Krizia? ¿Cómo que Krizia? —Marcelo negó y Evaristo optó por callarse. —Vaya, qué buena sorpresa.
-Si, me alegra que hayan regresado. —Después de decir esto, Paty camino hacia la cocina, volteo a ver a la esposa de Evaristo. —¿Me acompañas?
-Si, esta bien. ¿Vas? —Me voltearon a ver ambas.
-No... Necesito hablar un rato con ella. -Marcelo interrumpió y ambas asintieron.
-¿Qué carajos está pasando? —Evaristo volteo a ver a Marcelo ignorando mi existencia.
-No quieres saberlo.
-¿Que hace ella aquí? ¿Qué hará Krizia aquí?
-¿Puedes dejar de pretender que no estoy aquí? —Lo voltee a ver retándolo.
-Alana, ¿qué demonios? —Me volteo a ver.
-Yo... Creo que... Bueno... Pepe regreso con Krizia estando de gira, yo no tenía ni idea, y pues eso, básicamente.
-¿Cómo?
-Me engañó... Qué gracioso, ¿no? Tú siempre pensaste que yo iba a ser la destructiva aquí. —Evaristo se limitó a mantener su boca en una línea recta.
-¿Y el bebé?
-Es de él...
-¿Y Marcelo cómo encaja aquí?
-Pepe me pidió que la cuidara mientras él estaba en las giras para no dejarla sola, estuvimos viviendo en la casa de Pepe, cuando nos enteramos de lo que estaba haciendo ella decidió irse y yo no planeaba dejarla sola en esta situación.
-No puedo creer que Pepe hizo eso.
-Evaristo... Te he pedido cosas en la vida importantes, pero esta es la más grande, mis papás no se pueden enterar de esto... Ellos creen que es mío.
-¿Tuyo? ¿Por qué diablos?
-Las razones están de más... ¿Me apoyaras? —Marcelo vio fijamente a Evaristo, él aceptó y Marcelo no dudó en abrazarlo.
-Alana... —Me volteo a ver. —Perdón, sé que te he tratado mal y sé también que no tienes la culpa de lo que Pepe te hizo.
-Entiendo los motivos de tu comportamiento, querías proteger a tu hermano.
-Cuando en realidad te tenía que proteger a ti de mi hermano... Perdón.
-Esta bien. —Se acercó y me abrazo. Caminamos a la sala, yo me decidí por acercarme con la familia.
-Nos alegra tanto que estés aquí, el hecho que traigas un Madero en camino nos hace muy felices. —Dijo la mamá de Marcelo mientras servía la comida.

Cuando escuche la voz de Pepe, mis piernas fallaron, incluso podía sentir que cambie de color, respire y trate de recordar que del otro lado también estaba el hombre que me estaba cuidando y tratando de hacerme feliz, Paty informó que Pepe ya estaba esperando por nosotras, la mamá asintió y caminamos hacia la sala, cuando Pepe me vio salir de la cocina se limitó a tomar la cintura de Krizia...
Krizia, toda una mujer, alta, delgada, pelo rubio, cara casi perfecta... ¿Ella sabrá de mi? ¿Sabrá siquiera que no solo destruyo una relación? Me obligue a mí misma a sacarme todo eso de la mente, Marcelo se acercó en seguida hacia mí y pasó su mano por mi espalda, después de que la señora Paty saludara al hijo mayor de los Madero, me volteo a ver.

-Mira, Pepe... Te presento, ella es Alana. La novia de Marcelo.
-Mucho gusto, Alana. —Pepe se acercó, extendió su mano y después plantó un beso en el cachete. —Ella es mi novia Krizia.
-Mucho gusto, Pepe... Krizia. —Salude a la mujer y me limité a sonreír, ¿cómo podía fingir que no nos conocíamos?
-Supongo que has de conocer a mi hijo ya, al menos por fotos. —Hablo el señor Madero y yo sonreí.
-Si, hace años mi hermano era un seguidor de su banda. —Estaba tratando de ocultar bien mis sentimientos, voltee a ver a Evaristo, quien tenía la mirada más penetrante de la noche, estaba segura que si las miradas mataran, Pepe hubiera muerto justo al entrar a la casa
-¿Estás bien? —Marcelo susurro y yo asentí.
-Estaremos bien.
-En el momento que te quieras ir, podemos escapar.
-Gracias, pero quiero que disfrutes con tu familia. —La cena continuo con un disfraz de tranquilidad, al menos cinco de nueve personas estaban felices y tranquilas.
-Alana y cuéntanos, ¿qué haces de tu vida?
-Estudio y bueno, nunca he podido trabajar, pero en algún momento lo haré.
-¿Y cómo se conocieron tú y Marcelo. —Dijo Krizia con un tono de voz tan perfecto que me daba asco.
-En el centro comercial, la vi por primera vez en Agosto del año pasado y les juro que nada me la sacaba de mi mente. —Algo de eso era cierto, nos conocimos a finales de Agosto para organizar la fiesta de Pepe, al menos no mentíamos del todo.

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Sigo editando los capítulos... 😊💕

Usted. (José Madero)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora