Capitulo 15.

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-¿A qué te refieres?
-El obviamente tenía que hacer una vida sin mi, sin mi hermano. Tiene una familia hermosa que lo ha hecho feliz, ¿cómo voy a perder el tiempo odiándolos?
-Eres muy madura para tu edad, yo creo que este hombre del que me hablas te ha pasado algo de sus años. -Sonreí.
-Suena lógico, el es muy antipático, muy serio, a veces es un amargado, histérico. Me saca de mis casillas muy seguido, siente que tiene poder sobre todos y que me puede mandar cuando quiere...
-¿Y aún así lo quieres?
-Mireya, todo eso es lo que me encanta de el. También tiene unos amigos increíbles que me aprecian mucho.
-¿Conoces a sus amigos?
-Claro, son como sus hermanos, tienen tanto tiempo juntos que no conocerlos podría ser un pecado.
-¿Lista? —Entro David casi susurrando.
-Si... —Regrese el susurro. —¿Por qué susurramos?
-Es que tengo miedo de arruinar el momento entre papá y Alex. —Mireya sonrío. Se despidió de nosotros, salimos de la cocina y Miguel se levanto del sillón cuando nos vio.
-¿Ya se van?
-Si, papá. Iremos a comer y tal vez al cine. —Miguel sonrío, yo sentí un hueco en el estomago cuando escuche como le decía papá y yo aun le hablaba por su nombre.
-Tengan cuidado. Te quiero, Alana. —Se acercó y me abrazo, salimos de la casa y subimos al carro. Fuimos al cine, la película con el se paso muy bien, David era agradable, después me invito a cenar, llegamos al restaurante que me encantaba a Pepe, sonreí cuando recordé ese hecho.
-¿Has venido aquí?
-Si, algunas veces... Es bueno.
-Si, siempre vengo para probar suerte y esperar encontrarme a al cantante de una banda que me encanta. —Trague saliva.
-¿Ah si? ¿A quién?
-No se si lo vayas a conocer, no te ves del tipo de chica que los escuches.
-¿Quién?
-¿Panda? —Me reí, saque mi celular y le mostré mi fondo de pantalla. Luego lo desbloquee y le mostré la foto en el mismo restaurante.
-Perdón, al parecer tengo un poco más de suerte que tu.
-¡No chingues! Desde que me dijeron que este era su lugar favorito vengo muy seguido al menos dos veces al mes y nunca lo veo.
-Yo lo encontré de pura casualidad. —Entramos, nos sentamos en una mesa al fondo, apenas nos sentamos mi celular sonó, era Arturo. —¿Me esperas tantito? Es importante.
-Si, esta bien.

"-¿Bueno?
-Mujer, tengo dos días sin saber de ti, por mi podrías estar muerta y yo no lo se.
-La verdad tengo tantas cosas que contarte, en serio.
-Pues no esperes más, si caminas unos metros me veras.
-¿Qué? —Voltee para atrás y ahí estaba. Colgué, voltee a ver a David, estaba distraído, corrí con Arturo."

-Dios mío, te extrañaba tanto. —Lo abrace.
-Y yo a ti, Alana. ¿Quién es el chico? ¿Ya cambiaste a Pepe tan pronto?
-Idiota, claro que no. Es mi hermanastro.
-¿Tienes hermanastro? —Me vio confundido.
-Al parecer ya hasta tengo papá.
-¿Cómo? ¿No me habías dicho que no lo conocías?
-He ahí todo lo que tengo que contarte. Pero Arturo, ya me tengo que ir... Me esta esperando, ¿nos vemos pronto?
-Mierda, que bueno que te veo, mañana le daremos la bienvenida a Pepe, en realidad solo son excusas para verlo y emborracharnos, no me puedes decir que no.
-¿Te mando la ubicación de mi nueva casa y pasas por mi?
-¿Ahora donde vives?
-A menos de dos horas de Pepe.
-¿En serio? —Asentí. —Entonces nos vemos.
-Te quiero, Arturo. —Lo abrace y me apretó.
-Yo también a ti, Alana. —Regrese a la mesa, el no hizo comentarios, ni preguntas. Ordenamos y seguimos platicando un rato, le mande un mensaje a Arturo pidiéndole que no se fuera para que David lo pudiera ver de casualidad.
-¿Y tienes novio? —Pregunto David.
-No, tenía que complacer a mi mamá en muchas cosas como para tener novio.
-¿Crees que ahora puedas ser un poco más libre ya que paso todo esto?
-No espero nada, la verdad. Tengo miedo de este cambio, es algo muy grande...
-Me imagino, aun recuerdo cuando Miguel nos contó todo eso, no lo creía, me parecía algo ridículo, incluso pensé que estaba loco.
-No te preocupes, yo también hubiera creído que estaba loco si no fuera yo la que esta pasando por esto. —Seguimos platicando un rato, terminamos de comer, cuando pasamos a un lado de la mesa de Arturo, David me toco el brazo.
-Es Arturo, Alana...
-¿Dónde? —Trate de parecer emocionada. —Ya, ya lo vi... ¿vamos?
-Pero... ¿No crees que se enoje?
-Ay, claro que no, ven.
-Esta bien. —Me acerque despacio.
-Hola... Arturo... —Me quería reír demasiado.
-Hola... —Se levanto de golpe, estaba ocultado una risa también.
-Es que... Mi hermano y yo somos fans y quería saber si nos podemos tomar una foto contigo.
-Claro, vengan. ¿Cómo se llaman?
-Yo Alana, el David.
-Hola, David. —Le estiro la mano y se saludaron. Le tome la foto con David y después me tomo una a mi. —No, pues... Muchas gracias por el apoyo, David... Alana. —Me sonrió y me comencé a reír.
-Perdón, esta algo nerviosa. —Dijo David.
-Si, nerviosa, perdón. —Arturo trataba de no reírse también, nos despedimos y salimos del lugar.
-Debo salir más seguido contigo, tu tienes suerte.
-Un poco, me considero una persona con suerte. —Llegamos a la casa casi a las nueve de la noche. Me acerque con Miguel. —Miguel, ¿estás ocupado?
-No, ¿qué pasa?
-Es que... Mañana regresa un amigo de un viaje y varios amigos y yo nos queremos reunir para recibirlo y quería saber si me dejas ir. —Miguel me sonrió.
-Puedes ir, claro. ¿Quieres que te lleve o...?
-No, no te preocupes. Vendrán por mi.
-¿Has hablado con tu mamá? —Dijo haciendo espacio en el sillón, me senté a un lado de el.
-Si, platicamos, nos pregunto cuando volveríamos, pero la verdad no supe decirle. Y yo se que no se basa en quedarme contigo y tener la libertad y felicidad que no tuve allá, pero es un cambio impresionante...
-¿Por qué eres tan madura? —Se quedo viendo a la nada. —Es como... Tienes solo diecisiete años, y pareces alguien de no se... Veinte y más.
-Así tuve que ser, tuve que madurar rápido... Tu mejor que nadie sabes lo exigente que es mi mamá, me pedía cosas para las cuales yo tuve que madurar rápido.
-Alana... Solo espero que las cosas cambien después de esto.
-Yo no. No espero nada, mis expectativas siempre terminan siendo erróneas, así que solo dejare que pase lo que tenga que pasar. —Estuvimos un rato hablando, me contó el año que estuvimos juntos, como le había dado tanta alegría tener una hija que cuidar y que amar, como muchas veces no hizo nada legal por miedo. Casi a las doce subimos, el se fue a su cuarto y yo al mío. Conecte mi celular y me avene a la cama, di vueltas casi veinte minutos hasta por fin quedarme dormida.

Mi celular estaba sonando tan fuerte que me desespere, cheque la hora... dos de la tarde, ¿cómo mi cuerpo me había permitido dormir tanto? Cheque las llamadas perdidas eran de Arturo, me mando un mensaje. "Voy por ti a las cuatro y media y me vale madres si no estas lista." Me desperté de golpe, tome una toalla y corrí a bañarme, me seque el cabello con la toalla y tome una pijama cualquiera, le mande un mensaje pidiéndole a Arturo que llevara algo de comida, no iba a tener tiempo de desayunar, baje para revisar si estaba Mireya.

-David, ¿y Mireya?
-Creo que salió con Alex a comprar unas cosas, ¿por?
-Demonios... La necesito.
-Pero esta mi papá arriba. Si te sirve... —Asentí y corrí con el.
-¿Miguel? —Toque su puerta.
-Pasa, Alana...
-Disculpa si te molesto, ¿sabes si Mireya tiene una plancha y una secadora de cabello? Las necesito, es demasiado tarde.
-A ver, relájate. Estas muy acelerada. —Respire hondo y me calme.
-Checa en el baño, ahí debe estar todo lo que necesitas. Te veras hermosa te planches o no, te maquilles o no. —Le sonreí y lo abrace. Seguí arreglándome, a las 3:30 me mando un mensaje Arturo, ya estaba cerca de aquí. Termine de arreglarme, mire la maleta que estaba arrinconada en una esquina, recordé el collar que me había regalado antes de irse, busque rezando por encontrarlo, tenía miedo de haberlo dejado cuando nos vinimos, ni siquiera recordaba haberlo guardado, tal vez solo lo guarde inconscientemente... Esperaba haberlo hecho, encontré la cajita y ahí estaba, me lo puse, sentía que llamaba demasiado la atención, pero amaba el hecho de que él me lo había regalado, baje a la sala cuando por fin termine y estaba David viendo la tele.
-¿Vas a salir?
-Ah, si... Un rato. —Me llego un mensaje, Arturo ya estaba afuera. Subí y me despedí de Miguel.
-Con cuidado. —Ahí estaba el carro de Arturo, corrí y entre, me estaba muriendo de frío.


Gracias por todo el apoyo :) espero les guste el capítulo.🙊 cualquier comentario, sugerencia, etcétera déjenlo aquí abajo o en un mensaje privado. Se aprecia mucho, ya casi llegamos a las 600 vistas.

Los amo💕💕🎈
-Reina de Uxmal.•


Usted. (José Madero)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora