Capitulo 50

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-Sí, lo siento.
-Pero todo estará bien, sigue viniendo y pórtate bien.
-Siempre. Se terminó la cita, llegamos al estacionamiento, Marcelo me abrió la puerta, me ayudó a sentarme y me vio fijamente.
-¿Qué quieres hacer?
-Quiero ir a casa de Pepe, recoger todas mis cosas, después ir a mi casa, a casa de mi papá y no saber nada de nadie a partir de hoy. —Marcelo se recargó en la puerta y respiro.
-Está bien. —Llegamos a casa de Pepe, mi celular sonó, era el, apague el celular y lo guarde, después sonó el suyo. —¿Contesto?
-Como quieras. —Lo apago y me volteo a ver.
-No subas, yo traeré tus cosas. —Asentí, estaba completamente destrozada. Encendí mi celular y llame a Mireya.

"-¿Qué pasa, mi amor?
-Voy para allá, en unas horas estaré ahí. ¿Me podrían recibir un tiempo?
-¿Qué pasó? ¿Te peleaste con Marcelo? ¿Y Pepe?
-Te explico todo allá, aprovecharé para decirle todo o al menos lo que puedo decirle.
-Bueno... Aquí te espero, hermosa." Colgué y apague el celular rápido, después de un rato Marcelo comenzó a bajar cosas, yo revisaba que no faltará nada, cuando termino de sacar todo, llame a un taxi y él lo comenzó a subir al carro.

-Listo, ya terminamos.
-Solo ayúdame a subir a revisar que no se quede nada, no pienso volver aquí. —Me ayudó a subir y no quedó nada, deje el anillo que compartíamos en la mesa de noche, me quite el collar y lo deje junto a él, busque algún papel y pluma, escribí la dirección de la casa de Miguel y la guarde en mi bolsa.
-¿Estás segura de esto?
-Jamás había estado tan segura de algo... No dejaré que este bebé viva en un ambiente tan confuso y catastrófico.
-¿Y qué harás? Tienes que hablar con él.
-Ya veré qué hacer, Marcelo. Por ahora solo quiero salir de aquí.  —Lo mire fijamente y sonreí.  —Fuiste un gran acompañante, te agradeceré eternamente.
-Te extrañare, fue bonito todo este tiempo.
-¿Necesitas dinero?
-No, estaré bien. —Le di un beso y me despedí. Le entregue el papel con la dirección de la casa, subí al taxi y le di la dirección, encendí el celular y llame a Mireya para informarle que ya estaba cerca, salió y junto a David bajaron las cosas del taxi.
-¿Qué pasó? —Dijo mientras me veía sentada en el sillón.
-Pepe está con su ex novia desde no sé cuándo.
-¿Cómo? —Dijo Mireya. —¿Cómo sabes?
-Tienen la hipocresía de publicar fotos juntos. —David tragó saliva y Mireya volteo a verlo.
-Pensé que sabías... —Mi corazón se aceleró.
-¿Cómo?
-Llevan al menos dos meses publicando fotos juntos.
-¿Es una broma cruel, cierto?
-No, Alana... Perdón. —David se acercó. El tiempo pasaba lento y no sentía mi cuerpo, todo estaba dando vueltas y todo estaba cambiando. Tocaron la puerta y Mireya corrió a abrir, yo tenía los ojos cerrados, David estaba sentado a un lado mío tomando mi mano.
-Ahí está. —Dijo Mireya dirigiéndose a alguien más, abrí los ojos y estaba Marcelo frente a mí.
-¿Qué haces aquí, Marcelo?
-No te podía dejar sola, llevamos juntos poco tiempo y en este mismo llevo tomándote un cariño enorme, no te puedo dejar sola.
-No es tu responsabilidad. —Dije y él se acercó.
-He tomado esta responsabilidad desde hace ya dos meses, ¿crees que me importaría tomarla por muchísimo más tiempo?
-No es tu hijo, es de tu hermano.
-Hombre que tiene los huevos de decirte te amo mientras está con alguien más. —Fue un golpe bajo, pero cierto.
-Pero él es el papá de este niño, no tú.
-No me importaría serlo.
-¿Qué va a pensar Evaristo? ¿Qué va a pensar Pepe?
-¿Importan? Evaristo es un punto y aparte de todo esto... Y Pepe, vamos... No va a tener derecho a poner un solo reclamo. —Mientras yo trataba de asimilar lo que pasaba, llego Miguel, trate de no volverme loca con tanta información.
-Alana, ¿qué haces aquí? —Una almohada tapaba mi panza y yo sonreí.
-Vine a verte, papá. —Él se acercó y me abrazo.
-No he tenido razón de ti en meses.
-Yo lo sé, perdón. —Lo abrace y se sentó junto a mí, Marcelo estaba parado junto a Mireya quien tenía tanta rabia escondida detrás de una sonrisa completamente falsa.
-¿Qué pasa, Mireya?
-Creo que Alana tiene algo que decirte.
-Cuéntame, mi niña. —Hubo un silencio sepulcral.
-Estoy embarazada. —Los colores en Miguel se fueron, se notaba en su cara que no esperaba eso.
-¿Es broma, cierto?
-No, Miguel... —Quite la almohada y mi panza se hizo completamente notable.
-¿Y quién es el papá? —Me estaba preparando para decirle lo que estaba pasando con Pepe.
-Soy yo. —Marcelo se acercó a nosotros, Mireya abrió los ojos como platos y yo no puse ni un reclamo.
-¿Y tú eres? —Miguel se levantó y vio fijamente a Marcelo.
-Soy... Marcelo, Marcelo Madero. —Quise dar una negativa pero algo en mí no pudo, algo en mí me detuvo. —Yo soy el papá del hijo que espera Alana.
-¿Por qué nunca me dijiste esto, Alana?
-Perdón, Miguel...
-¿Y qué hacen aquí?
-Discutimos por una tontería. ̶Dijo Marcelo.
-Yo estoy muy hormonal... Y me salí de la casa sin pensar las cosas.
-Si... Eso. —Miguel soltó una carcajada y la tensión que estaba sobre mis hombros desapareció lentamente.
-Corazón, no puedes salirte de tu casa cada que pelees con Marcelo... ¿Marcelo, cierto? —Ambos asentimos.
-Perdón... —Marcelo sonrió.
-Pero ven, Marcelo... Tú y yo tenemos que hablar algunas cosas. —Marcelo salió junto a Miguel de la casa y yo solté un suspiro de aire.
-No sé qué voy a hacer, le tengo que decir la verdad, él no es el papá del bebé.
-A mí no me molestaría que lo dejaras así. —Dijo Mireya.
-¿Qué? ¿A qué te refieres?
-Tendrás una vida completamente distinta a con Pepe. —Mire al suelo.   ̶Yo sé que tu corazón aún está con Pepe...
-No. —Interrumpí. —Mi corazón está conmigo y con mi bebé, Pepe se puede ir al diablo.
-¿Qué?
-Lleva meses tratándome como la mierda, poniéndose de malas por nada, ¿cuánto le iba a durar la mentira? Ya no importa.
-¿Y lo encararas?
-Claro, tiene muchas cosas que saber.   ̶Prendí mi celular, cuando estaba decidida a llamarle, ya estaba recibiendo su llamada.

"-¿Corazón, porque no me contestas?
-¡Corazón tu puta existencia! —Grite y en mi panza sentí un movimiento.
-Alana, cálmate, ¿qué pasa?
-¿Creíste que no me daría cuenta? ¿O me ibas a dejar en cuanto el bebé naciera? Si Krizia está publicando fotos en su Instagram era obvio que me iba a dar cuenta.
-No sé de qué hablas.
-Sabes de qué hablo. Pepe suspiro.
-Perdón.
-¿Es todo lo que vas a decir? "Perdón"
-No sé qué quieres que te diga.
-Me hubieras dicho la verdad, yo me hubiera valido por mí misma y no estar como puta cornuda esperando por ti.
-Alana... Voy para allá
-Ni vengas, ya no estoy en tu casa.
-¿Dónde estás? ¿Estás con Marcelo?
-Claro que estoy con Marcelo.
-¿A qué te refieres?
-A que estoy con él, únicamente.
-Voy para allá.
-Atrasaras un concierto para nada, yo no quiero verte." Colgué de golpe y solté un grito en la almohada, estaba mareada, hace menos de cuatro horas, aún tenía mi vida tranquila, no estaba tratando de decidir entre el papá de mi hijo o el hermano del papá de mi hijo, no tenía nada que decidir. Entro Marcelo y con él, una calma en mí, Miguel venía sonriendo.

-¿Se quedan a comer? Después pueden irse y arreglar sus cosas tranquilamente. —Sonreí y asentí. Mientras Mireya y Miguel acomodaban la mesa, David seguía sin decir una sola palabra.
-¿Estás bien? —Le dije mientras acariciaba su espalda.
-No, el ídolo de mi vida lastimo a mi familia, a mi hermana.
-Estaré bien, él sabe lo que hace...   ̶Hice una pausa. Voltee a ver a Marcelo. —¿Estás seguro de esto?
-Creo que ustedes dos merecen una vida tranquila.
-¿Y dónde carajos nos vamos a quedar, Marcelo?
-Tengo un pequeño apartamento, no es como estas casas, pero estaremos bien los tres.
-No tienes que hacerlo.
-Quiero hacerlo. —Tome su mano y el la beso. —No tenemos porque ser una relación y tú te puedes ir cuando quieras.
-¿Seguro?
-Más que seguro.
-¿Y tu familia?
-Ya veremos qué haremos con todo esto.
-Gracias, Marcelo. —Llego Mireya con Miguel, comimos mientras Miguel trataba de esconder la felicidad que le provocaba ser abuelo, después de un rato demasiado tranquilo, Miguel ayudó a acomodar mis cosas en el carro de Marcelo y yo trataba de calmarme. —Ya hablaré yo con Alex y Fernanda.
-No tienes que darle explicación a nadie más.
-Supongo que no.
-Las cosas están listas. —Dijo Miguel.
-Perdón por no haberte dicho antes, Miguel.
-Está bien, Marcelo me dijo que no estaban listos y que las cosas salieron mal con tu mamá. —Re-apareció el hueco en el corazón cuando pensé en Pepe.
-Si...
-Luego harás las pases con ella.

Estupidas malas noticias... No se como empezar, pero bueno... Por problemas técnicos (mi celular se descompuso) subire todos los capitulos que tengo escritos de una, ya que una amiga me hizo un favor de guardar en wattpad los que tenia escritos, pero bueno, esto significa que les publicare 2-3 capitulos más y no les publicare creo en una semana o algo así, mientras trato de arreglar mi telefono, tambien habra un cambio drastico en la edicion, como esta escrito y todo esto, ya que esto esta editado desde mi celular y editarlo en wattpad en escritorio es el triple de tedioso que en mi celular, estoy pudriendome en odio al Iphone... Me deprime mucho esto ya que estamos cerca del final, pero bueno...

6 días para el concierto de PXNDX, en Mexico. #HASTAELFINAL.

Gracias por su apoyo, por su entendimiento, por todo, la historia ha tenido un vuelo que nunca imagine... damn. Los amo.

Reina de Uxmal.🐼🙅🏻❤

Usted. (José Madero)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora