Acu me gustaba demasiado, aunque estuve nervioso, ya que no tenía ni un poco de dinero, le pedí a mis padres que mandaran a alguien a recogernos. Ellos por dicha, están de acuerdo. Porqué es la primera chica que llevo mi casa.
Sólo espero que la comida que se preparé le gusté a Acu, se que ella es una muy buena chica y qué no me diría que no le gusto la comida, para no herir mis sentimientos.
Qué podía esperar si todos son así conmigo. Nadie quiere herirme.
En este momento estaba sentado en el sofá, esperando a Acu, que se fue a alistar. Me puedo imaginar que se va a ver hermosa.
De estar tan concentrado en mis pensamientos, no me había dado cuenta que Acu estaba parada en frente mío.
- Distraído ¿he?
Solté una pequeña risa, por la manera tan linda que lo dijo. La vi de arriba a abajo, se ve preciosa.
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- Estás hermosa, Acu.
- Gracias, tú igual.
Acu me dijo que me veía bien. Eso está muy bien.
Que la chica que te gusta te diga prácticamente que te ves bien, eso es bonito y está bien.
En estos momentos estábamos en silencio en el auto, y realmente entiendo eso, ¿quién hablaría, estando alguien que no conoces?
El resto del camino se paso en silencio, que era lo más lógico que pasaría.
Al llegar a mi casa, bajé del auto y le abrí la puerta a Acu. Nos dirigimos hacia la entrada de mi casa.
- ¿Están tus padres?
- No, tenían que salir.
Luego de un rato, Acu se sento en una silla del comedor, le sirvo en un plato de porcelana spaguettis y ensalada de lechuga y fresco de manzana. Me serví a mi también.
Empezábamos a comer en silencio, todo el rato paso así, aunque era mejor ya que si teníamos un resto de comida seria muy incómodo decirlo.
