Lib estaba cambiando su ropa por algo más cómodo, bajó a la cocina a preparar algo para comer, tenia una semana completa justificada para no ir al internado, estaba tan cansada la bebé ayer lloró mucho, así que mejor pidió una pizza grande, claro la compartiría con los demás signos.
Desgraciadamente sé encontraba solo con su niña. Subió de nuevo a su habitación para tomar algo de dinero, abrió la puerta y sé encontró a Aries dormido, sé veía muy tierno. Al tomar el dinero algunas monedas sé calleron y eso hizo despertar a Aries.— ¿Qué haces aquí tan temprano, Aries?
— Algunos profesores faltaron por una reunión, ya sabes. Estoy muy cansado, Lib.
— Oh... Yo estoy igual.
— ¿Dónde está mi princesita?
— Durmiendo, hace media hora.
— Voy ir a verla.
— No vayas, me costó mucho que se durmiera.
— Bien.
Lib escuchó a alguien tocar la puerta y enseguida bajó, vio al repartidos de pizzas, le pago y se llevó la pizza hacia su habitación.
— Mmm, delicioso. Dijo Aries olfateando la pizza.
Los dos empezarón a comer la deliciosa pizza.
— Amor. Dijo Aries.
— ¿Sí?
— El sábado cumplimos dos se de estar juntos. Dijo Aries emocionado.
— Lo sé. Contestó Lib sonriendo.
— Reservé en un restaurante, eso definitivamente hay que celebrarlo, Lib.
— ¿Con quién dejaremos a la bebé?
— No sé, la podemos dejar con Cáncer y Acu ó Sagi y Virgo. Hay que preguntarles.
— Sé me hace mal hacer eso, apenas estamos empezando y dejar a nuestra bebé, además de que está muy pequeña.
— Oh por favor Lib, no empieces con eso, no lo haremos siempre, además de que tal solo es un favor.
— ¡No, Aries!
— Está bien, de igual manera lo puedo ir a celebrar con otra.
— Sí quieres vete de una vez, así no te quito más tú tiempo. Lárgate de mi habitación. Habló Lib enojada.
Aries también enojado salio de la habitación, empezó a caminar un rato por un parque que había cerca de la casa.
Lib sé fue a la habitación de Alessia, ya que la escuchó llorar. La empezó a meser entre sus brazos.
— Tú papi es un tonto amor. Le dijo Lib a su bebé.
La bebé la empezó a observar, en silencio ya no lloraba. Sus ojitos sé veían cristalinos debido al llanto.
Ya eran las once de la noche, decidió levantarse de aquel sofá, hoy su bebé dormiría con ella, agarró la franela de su bebé, antes de salir de la habitación. Vio que la perilla se empezó a girar y vio a Aries.
Lib lo ignoró y se dirigió a la puerta, él la agarró de la cintura con cuidado pero con firmeza .
— ¡Suéltame! Exclamó Lib. Quien sabe a cual puta tocaste. Habló con desprecio.
— ¿Enserio piensas que te engañe, Lib? ¿Qué tipo de hombre crees que soy?
— Al que me demostraste hoy en la tarde, muy bien que tú lo dijiste Aries. Ahora dame permiso, voy a dormir.
— Espera, está bien sé que dije eso pero entiende que estaba enojado. Lo siento.
— ¿¡Y porque sé supone que te enojaste!? Pregunta Lib molesta.
— Vengo preparando todo para el sábado desde hace tiempo y me vienes a decir que mejor no. Lo que no sabes es cuanto te necesito, llevamos diez meses sin tener sexo. Y sabes muy bien que el sexo es algo fundamental en una relación.
— Ósea, ¿solo preparaste el sábado para tener sexo conmigo?
— Claro que no, boba. Para mí esa fecha es importante, ¿y qué mejor que celebrarlo en una cena cena muy especial para luego ir a tener una noche de pasión?
(...)
— Hola, Can. Le habla Escorpio con una sonrisa. ¿Te vengo a proponer algo?
— Dime.
— Vamos al baile juntos, claro como amigos. Igualmente ya termine con Ofi. Escorpio le guiña el ojo a Can.
— Creo que iré con Leo, lo siento. Dijo Can.
— No lo sientas, hermosa. Ya le pregunte a Leo y ira con Aria. ¿Aceptas?
— Ah... Este bien aceptó.
— Nos vemos luego, guapa. Escorpio le susurró a Can en el oído.
Can sé quedó extrañada por la nueva actitud de Escorpio. Ella lo conocía tan bien que sabía muy bien que algo pasaba.
Sagi y Virgo sé encontraban en una de las mejores heladerías. Virgo pidió el helado de pistacho y Sagi de chocolate con almendras.
Sé sentarón debajo de la sombra de un gran árbol.
— Virgo, ¿porqué no pagaste por los helados? Dice Sagi con curiosidad.
— La dueña de la heladería es mi mamá.
— ¿Enserio? Vamos a saludarla. Sagi sé levantó y le dio la mano a Virgo para dirigirse de nuevo allí.
— Mi mamá no está allí, sé encuentro en la heladería de Suiza.
— Oh, ¡Qué exitosa qué debe ser tu madre, Virgo!— Ajá. Te traeré todos los días para que puedas probar todos los diferentes sabores, Sagi.
— Gracias, amor.
Sagi le dio un beso a Virgo, estaban tan concentrados en el beso que no sé dieron cuenta que tenían en frente a un policía.
— Jóvenes, aquí no sé permiten escenas amorosas, si quieren pueden ir a algún motel. Habló el policía con indiferencia.
— No se preocupe, porque no pagaremos por un motel, si no un hotel cinco estrellas. Dijo Virgo, respondiendo a lo que dijo el policía.
El policía lo miro mal, para luego irse a otra parte.
— ¿Enserio iremos a un hotel? Dice Sagi pícara.
— No. Le dice Virgo riendo. Pero te llevaré a uno genial otro dia.
La sonrisa de Sagi sé agrando.
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El Internado Del Zodiaco ©
Teen FictionCada signo está aquí por alguna razón. 12 parejas, 24 signos. Entra y lee esta historia y vive todos los momentos con tu signo. T