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Narra Sagi

Hoy todos los signos estábamos felices, éste día se haría la despedida espiritual de los de último año y todos los profesores irían, la razón por la cual no tendríamos clases.

Los signos armaron una salida: en la playa. ¡Dios, por fin una buena salida! Nos quedaríamos solo tres días, eran pocos pero...fue lo que digo la directora, como también celebraremos el cumpleaños de Tau, tuvo suerte. Yo tenia todo preparado así que fui a ayudarle a mi novio en lo que necesitará.

- Amor...¿tienes ya todo listo?

- Claro, exactamente desde ayer.

- He...que apresurado.

- Lo sé, pero me emociona ir y más contigo, eso lo hace todo mejor.

Me senté en las piernas de mi novio y lo bese, sus labios son deliciosos. ¡Los mejores!

Observaba la habitación de Virgo, mi novio.

- Tú habitación si es linda y ordenada. El estilo es muy interesante.

- ¡Siempre dices lo mismo,amor! La tuya es linda pero un poco colorida, ya sabes.

- Es que es de admirar, a mi me encanta los colores y que se vea alegre.

- Eso se nota perfecto.

- Ajá.

- Sabes deberíamos irnos ya, no sería nada lindo llegar tarde.

- ¡Vamos, c'mon c'mon!

- Que infantil.

- Si.

A veces odiaba que Virgo piense que solo me preocupo por divertirme y no en otras cosas. ¡Cómo si me faltará seriedad! Ush...

Logramos ver a los demás signos en el autobús. Apresuré mi paso y le di un gran abrazo a Tau.

- ¡Feliz cumpleaños, Tau! Qué sigas cumpliendo muchos más.

- Gracias, Sagi.

Tauro ya había cumplido años, su novia se encargo de hacerle el pastel.

Vi a Virgo felicitando a Tau, sinceramente creí que no lo haría, pero me equivoque.

Ya el autobús hay había iniciado su recorrido.

Había pasado un gran rato y me encontraba e un estado de aburrimiento increíble, no podía empeorar más cuando mi celular se quedó sin batería. Y Virgo estaba acabando un trabajo.

- Amor, ¿me prestas tú teléfono para jugar? Estoy aburrida.

Estaba tan concentrado que sólo saco su celular y me lo entrego.

El único juego que tenía era criminal case, bueno algo es algo.

(...)

Él viaje no acababa, pero el autobús se detuvo para que todos fueran a desayunar.

- ¡Por fin! Por poco me muero de hambre. Decía Tau, mientras que agitaba su cadera y concluía su pequeño baile.

- No puedo creer que tengas hambre, estuviste comiendo en el camino, puras gomitas. Negaba Capri con su cabeza.

El Internado Del Zodiaco ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora