Aries se encontraba en la habitación de Lib. Le había preparado su desayuno, ya que ella no se sentía tan mal como la noche anterior.
- ¿Qué querías decirme ayer, Aries?
- Bueno antes que nada quiero disculparme contigo, no debo desconfiar así de ti cuando sé la clase de chica que eres. También perdóname por todas esas palabras que dije, perdóname por favor.
- Me hirió mucho tú desconfianza hacia mí, yo en ese momento lo único que esperaba de ti era que me apoyaras, tan sólo era eso. No era la gran cosa hacer eso.
- Lo sé, amor. En ese momento no pensé ni sabía lo que decía, solo me dejé llevar por la sorprendente noticia. Lo siento mucho, Lib. ¿Qué puedo hacer para que me perdones?
- Prométeme que estarás siempre para mí y para nuestro bebé. Te perdono.
- Claro que sí, amor. Te lo prometo, nunca más los dejaré.
Aries se inclinó a la altura del estómago poco abultado de Lib y le dio un beso, para luego acariciarlo. Lib le sonrió.
- Te vas a ver hermosa, cuando ya tengas pancita.
- ¡Gracias!
- ¿Tienes algún antojó, cualquier cosa te la traeré?
- ...Este sí...papas fritas con helado de vainilla, por favor.
- ¿No te caerá pesado?
- Por favor, amor.
Y con solo esas palabras Aries bajó enseguida a la cocina, antes que todo preparó las papas para luego en otro plato poner el helado. Subió de nuevo a la habitación de Lib y se lo entregó.
- Gracias, Aries.
- De nada, estoy para servirte siempre. Entonces... ¿Seguimos siendo novios ó no?
- Pensé que eso estaba claro, bobo. Claro que sí, me pediste disculpas y eso me pareció bien, aparte de que te amo, Aries.
Aries se abalanzó sobre Lib, dándole un fuerte abrazó y varios besos, pensó que Lib jamás lo perdonaría.
- Amor, amor, amor. Le decía Lib a Aries pero él simplemente no quería separarse. Aries, amor, cuidado con él bebé, nos estás aplastando.
Aries se levantó.
- Lo siento me emocioné mucho.
- Debes saber algo, ayer mi madre me ofrecieron hacer la habitación de nuestro bebé, obvio cuando ya sepamos qué será.
- Ese es bueno...pero yo también voy a colaborar con algo. Quiero ser muy responsable. ¿Cuántos meses tienes?
- Dos pronto tres. Ya quiero que nazca, estoy muy emocionada.
- Yo igual, amor. ¿Cómo es tú madre? Nunca me has enseñado una foto de ella.
Lib se levantó con cuidado de la cama y empezó a buscar en una caja, tomó una fotografía y me la mostró.
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