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Estaban casi todos los signos, a excepción de algunos. Estos meses se habían unido mucho.

El teléfono de la casa sonó. Tau contestó.

— Hola, ¿con quién habló?

Todos observaban a Tau, hasta que terminó de hablar.

— Chicos, el doctor dice que tenemos que ir.

— ¡Dios mío, no puede ser!
Lib empezó a llorar, pensaba lo peor, ya no iba a tener a su mejor amiga, Tau la abrazo a la vez que se le unía a llorar.

El ambiente se puso triste y tenso, no sabían que hacer.

Hey, tengan calma. No sabemos bien que pasó por eso debemos ir rápido. No deberíamos pensar lo peor.
Habla con seriedad Géminis.

Todos empezaban a salir de la casa para ir al hospital, Pis y Gem se quedaron cuidando a la niña de Lib.

Los primeros en llegar al hospital fueron Lib, Tau, Aries y Sagi. Y poco a poco llegaron los demás.

El doctor llegó y empezó a hablar.

— Bueno la señorita, ha logrado despertar, pero se le va a hacer difícil caminar, con el habla no hubo problema alguno y por lo poco que hemos visto no tiene pérdida de memoria. Que eso es algo muy bueno.

Todos se habían alegrado por la noticia.

¿Podríamos pasar a verla?
Preguntó Lib.

Si, pero sólo dos personas como máximo, las demás pueden pasar en el transcurso del día.

Lib y Tau, pasaron a verla, todos estuvieron de acuerdo con esa decisión.

Al entrar la vieron allí, demacrada, con ojeras, el cabello mucho más largo, estaba incluso más delgada, su pancita casi no se notaba a pesar de tener cuatro meses.

La abrazaron con mucha delicadeza, la habían extrañado tanto.

— ¿Cómo están chicas? Tanto tiempo sin verlas.
Hablaba con dificultad, y les sonríe.

— ¿Cómo te sientes tú más bien? Estamos tan felices de que despertaras.

Dice Lib.

— Muy débil, la verdad y cansada. ¿Escorpio está aquí?

Las dos chicas se volvieron a ver, no sabían que contestar, ya que apenas acababa de despertar.

— La verdad no Can, ningún día a venido a verte y tampoco a preguntado por tú bebé.

Le menciono Tau.

Lo sabía, el no ha hecho cambiado de opinión, pero esta bien, me voy a esforzar por mi bebé, Escorpio nunca va a volver a estar en nuestras vidas. No lo decidí yo, sino él.

— Tienes toda la razón, Can. El nunca te ha merecido, Lib tiene que contarte una muy buena noticia.

— ¿Qué pasa Lib? Yo quiero saber.

— Me voy a casar con Aries. En un mes, al principio no quería que fuera tan pronto, porque estabas mal.

— ¡Felicidades, Lib! No tienes ni idea de todo lo que me alegro por ti, se que los dos van a ser muy felices.

— Gracias, Can.

{...}

E

El Internado Del Zodiaco ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora