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Dormí muy cómoda pero no fue continuo, sentí unas quejas y unos tacones resonando por todo el living y ahora me despertó un sonido en la cocina, abro mis ojos pero no me muevo, siento mi mejilla adherida al pecho de Nick que sube y baja relajado; una de mis manos está apretada en su cabello y la otra descansa en su hombro izquierdo, su barbilla esta apoyada en mi coronilla; que bien que se siente.

Escucho unos pasos, alguien se asoma al living y me tensiono, alguien nos descubrió, escucho una risa desagradable y un farfullo.

-Así es con la zorrita, sabe lo que hace. Mi cuerpo se tensiona entero y Nick lo nota porque murmura unos sonidos roncos y me abraza contra el, no se ha despertado. La voz que escucho es el hijo de puta de Bob. No puedo evitar mi ira.

Me separo como puedo del cuerpo de Nick y me levanto despacio, entro en la cocina preparada para arruinar las vacaciones si es necesario. Cuando me ve aparecer se sorprende y como es costumbre me echa un vistazo lento y asqueroso, se para en mis pechos. ¡No llevo sostén, maldita sea! Sonríe.

-Hola hermanita. Maldito imbécil, me da asco. Asiento y hago café, pienso bien como sacar una conversación tranquila antes de que mi yo psicópata aparezca y rompa todo en su cabeza. Cuando el café ya está caliente me sirvo una taza y me siento en un taburete, el imbécil se acerca demasiado y se sienta en el taburete de mi lado, cuando habla su aliento es rancio y huele a alcohol, es repugnante. -¿Sabes si tu hermana volvió? O estará tirada en alguna calle de la ciudad.

Inspiro hondo y cuento, 1,2,3,4... Nop, mi respiración ya es acelerada y mi cuerpo entero tiembla de odio, me va a conocer.

-¿Sabes que eres un maldito hijo de puta? Supongo que tu seguridad en ti es mucho mas grande que el tamaño de tu pene, aunque no creo que sea difícil de superar. Su cara se transforma e inspira hondo, se sorprende y su boca llega al suelo, no termino de largar veneno. -Que sepas que eres mierda al lado de mi hermana, no mereces ni un suspiro de su boca. Mi voz es tranquila pero tiembla de ira. Se repone como puede y sonríe.

-¿Qué sabes tu de mi? Es raro que tu cerebro piense en algo que no sea en maquillaje. Levanto mi barbilla y pongo cara de asco.

-No te preocupes que mi cerebro no piensa en ti, eres demasiado insignificante. Pienso en que no le sirves a mi hermana. Sonrío y le doy una vista rápida, con cara de asco. -Que sepas que haré lo que sea necesario para que mi hermana te deje.

Agarra mi muñeca y la retuerce fuerte, me duele. Se ríe y se acerca a mi.

-Quizás te hace falta una buena cogida para que dejes de hacerte la defensora de mujeres engañadas.

-Suéltame en este puto instante, imbécil. Levanta mi mano y se la acerca a su asquerosa boca.

-Tu siempre me provocaste, algún día esto tenia que pasar. Me dan arcadas, nunca podría pensar en este idiota como algo mas que el pervertido esposo de mi hermana, mi paciencia se rompe. Agarro mi taza de café y se la derramo en toda su cara y mi mano siente el ardor. Pero no me duele, mi piel ya estaba hirviendo desde un principio.

El imbécil larga un quejido y se tapa la cara, masculla y me insulta. Se para tapándose el rostro y tambaleándose, levanto mi rodilla y golpeo sus genitales. Jadea y se arrodilla, agarra mi talón y caigo al piso, tiro patadas sin sentido y una le da en la cara, me levanto como puedo y cuando voy agarrar un vino que esta acomodado como adorno se levanta y agarra con un puño la parte de adelante de mi musculosa y tira para subirla, cuando llego agarrar el vino... todo sucede de golpe pero la secuencia parece en cámara lenta, aparece Nick con el ceño fruncido; cuando enfoca la escena su cara se transforma y pasa del pánico al horror.

Aquí y AhoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora