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Me sobresalto cuando suena mi despertador, ¿Cuánto dormí? ¿Poco menos de cuatro horas? Bostezo y toco el torso de Nick que no se mueve del lugar, me adapto a la oscuridad que hay y me separo de su cuerpo aun cansada, no he dormido del todo bien, voy al baño y al salir me siento inquieta, hace pocas horas me dejo necesitada y no puedo evitar desearlo con locura ahora, allí, desprevenido y dormido, aunque no todo tiene dormido...

Me acerco a él con una sonrisa, despacio bajo su babucha hasta pasar sus caderas y levantado el elástico de su cinturilla saco su pene semi erecto.

No debo hacer mucha ciencia para que en poco tiempo y con unas sutiles caricias este como lo deseo. Levanto la mirada y veo a un Nick con los ojos cerrados, frunciendo las cejas por momentos y largando pequeños jadeos somnolientos ¿Estará soñando?

Cuando siento que su pene esta lo suficiente duro, me acomodo entre sus piernas y lo guío en mi interior, Oh Demonios, si si. Lo necesitaba. Él se remueve un poco pero no se ha despertado aun, me siento un poco sucia, ¿Esto no se consideraría violación o algo así?

Apoyo mis manos en su pecho y empiezo a moverme encima de él despacio, oh esto es genial. En un momento que cierro los ojos para concentrarme en la sensación dejo de escuchar su respiración relajada y en un segundo me encuentro recostada boca arriba y sus ojos verdes me observan aun parpadeando para acostumbrarse a la poca luz que sale de la puerta abierta que deje de su baño.

–¿Estabas abusando de mí?– Bueno, si lo dice así me hace sentir un poco mal.

–Solo un poquito.

–Pude sentir que era entera– Sonríe un poco por mi expresión arrepentida. – ¿Me harías un favor?–  Suspiro mientras acaricio sus labios.

–Dime.

–Quiero que me despiertes así de ahora en más.

Me río por su seriedad.

–No dormiré todas mis noches contigo, así que no puedo cumplir el favor– Finge una cara triste y sus comisuras bajan teatralmente.

–¿Los días que durmamos juntos si lo harás?

–Son pocas las veces que me despierto antes que tú– Sonrío.

–Bueno... entonces será de ambos, el primero que despierte abusa del otro.

Suelto una carcajada y después me tapo la boca, pensando que quizás alguien podría descubrirnos.

–¿Sabes que estamos solos y por más que grites como una demente nadie nos escuchará?

Eso era justamente lo que deseaba el otro día, no estar en esa casa cubriéndome como si lo que hacíamos estuviera mal, aquí estamos solos y podemos hacer lo que queramos. Sonrío feliz y lo empujo hasta que está de nuevo debajo de mi cuerpo.

–Es verdad, ahora vas a poder gritar como niñita– Le digo en un ronroneo. Me da un azote fuerte y me dejo caer en su pene.

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–Maldición Nick, ya me he retrasado 10 minutos y aun no me he duchado– Intento salir rápido de la cama pero me enredo con el edredón y caigo de cara al piso, el suelta una carcajada cuando se asoma desde el costado pero después se asusta cuando tardo demasiado en levantarme.

–¿Estas bien, preciosa?–  Vuelvo a la realidad y me duele la frente, demonios salgo corriendo y enciendo la ducha. Siento otra carcajada de Nick. – ¿Qué problema hay? Exageras.

Aquí y AhoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora