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Cuando llegué al piso cero, el del parking me choque con... el imbécil tatuado. ¡Mierda!

–¿Qué demonios te pasa mujer? ¿Eres ciega o qué?–  Me grita indignado, es la segunda vez que me ve y estoy aturdida, mis oídos zumban y él debe pensar que soy muy tonta. –¡Ahh! Eres la mujer que se metió en mi piso, ¿Has vuelto a confundirte y has bajado con esa cara porque no estaba?

No estoy para estupideces ahora mismo, le doy un empujón y se tambalea un poco pero después agarra mi muñeca muy fuerte y me mira altanero.

–¿Quién te crees?–  Sonrío pensando que será mi fase de hoy... quizás las personas tengan razón, ¿Quién mierda me creo?

Lo reto con la mirada y empiezo a tironear para que me suelte, pero no lo hace, es más me atrae hacia él y me da un beso baboso. Me alejo de golpe insultándolo, como puedo le meto una patada en la espinilla y salgo corriendo. Busco a tientas la llave de mi auto y me meto en el ignorando que a su lado está el de Nick...

Debo pararme dos veces en el camino una para vomitar y la otra porque me falta mucho el aire, Dios, por un momento pensé que me moría por el ardor de mi pecho.

Estaciono en la puerta de Austin y me importa una mierda que la mujer rubia que tiene estacionado el auto rojo delante del mío me mire con ira cuando mis nudillos golpean la dura madera, cuando el abre prácticamente caigo en sus brazos, porque no me di cuenta que mi cuerpo estaba apoyado en la puerta cuando la golpeaba como posesa.

Cuando siento el calor de su cuerpo empiezo a llorar y Austin cierra la puerta de una patada y me sube en brazos a su habitación. Empiezo a retorcerme hasta que me baja.

–No... no me acostaré... allí.– Le digo señalando sus sabanas y sé que quiere reírse pero mi estado no se lo permite, solo me quedo mirándolo con mis ojos inundados mientras el tironea la tela de su colchón, la deja desparramada por el piso y saca unas nuevas color blanco. Las pone con poca delicadeza, sola me acomodo boca arriba y observo mi rostro húmedo en el enorme espejo del techo, mi nariz está roja.

Austin apoya sus rodillas en la cama y recién noto que esta solo con un Jeans desprendido y en cuero, de su cabello caen algunas gotitas, aún no había cambiado las sabanas pero si se duchó, por suerte, no tendré que acercarme a el pensando que esta todo babeado por esa mujer.

–¿Te han contratado para una nueva versión de crepúsculo y tú serás el lobo?–  Mi voz suena un susurro ronco por haber llorado.

Se ríe y sus músculos se contraen, no me produce el mismo efecto que Nick pero en cualquier caso soy mujer y no puedo evitar observar un muy buen cuerpo si lo tengo al frente.

–¿Qué esperabas? Estaba echando un polvo, cuando sonó mi móvil y escuche tu tono no pude evitar atenderte y después ya sabrás. Le dije... a la chica que se vaya y me di una ducha fría, casi tiras mi puerta y tuve que bajar a medio vestir, mujer insoportable.– Me dice con una mirada cómplice y logra sacarme una sonrisa que se transforma en una mueca.

–¿Era un buen polvo?– Se encoje de hombros prende su pantalón y se recuesta a mi lado acariciando mi cabello.

–No estaba lo suficiente concentrado si pude escuchar sonar mi móvil.

–¿Empezó a sonar mi tono?– Asiente.

–¿Eres imbécil? Tu misma te pusiste un tono diferente para que sea distinto del resto.– Pone los ojos en blanco y lo recuerdo.

–Pero eso fue hace años y porque estaba celosa, has cambiado tu móvil unas cuatro veces ya.

–Bueno... es que ya me acostumbré a que sonaras diferente y que bueno que por una vez funcionó, porque estoy seguro que no habría atendido si hubiese sido el tono normal.– Me pongo de costado y lo observo, Austin siempre está para mí.

Aquí y AhoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora