–¿Quieres postre? – Me dice un Austin demasiado pensativo, ambos estamos así... No creo que este trato que hemos hecho sea buena idea, divertido sí, pero no puedo evitar pensar que no puede terminar bien.
–No... Gracias, ¿Esta bien si dormimos juntos? – Le digo distraída, siempre lo he hecho y ha sido de lo más normal, pero una semana... y pensando en Nick, de pronto empieza a parecerme mal.
Austin me observa en silencio intentando descifrar mi estado de ánimo.
–Realmente has cambiado, Lexy. Estas...– Doy un salto desde el mármol mirando al suelo y empiezo a recoger lo que ha usado para la cena, no quiero que me diga que parezco perdida o... débil, no quiero que se note en el exterior. Abro el grifo y empiezo a lavar todo en silencio. – ¿De pronto te molesta dormir conmigo? – Me dice y se forma un nudo en mi estómago, su tono es distante y él nunca lo usa conmigo, no es Austin el problema ¡Es Nick! Es como si ahora lo estuviese engañando si duermo con otro hombre, con otro olor, pero todo está en mi mente.
Me volteo cuando termino de limpiar y veo a mi amigo aun sentado en el mármol un poco encorvado y mirando las escaleras con el ceño fruncido, sonrío, es Austin, es mi Austin.
Que Nick se forme las ideas que quiera.
Me acerco despacio y le grito bien cerca para asustarlo, pero no se mueve ni un centímetro, está ofendido, debo usar un Plan B. Me acerco de frente y no me mira así que suspiro y apoyo mi frente en su pecho, sé que aunque esté muy enojado no va a rechazarme, sonrío cuando suelta mucho aire y se acerca un poco para rodearme con los brazos.
–Eres un grano en el culo– Me dice, lo abrazo más fuerte y se ríe.
–Sé que me amas– Se produce un silencio y levanto mi rostro para observar el suyo pero él apoya su mentón en mi coronilla y no logro ver más que su cuello moreno.
– ¿Quieres acostarte conmigo? – Le meto un empujón y actúo parecer ofendida.
–No uses ese tono conmigo, no soy ninguna de tus zorritas siliconadas, ¡Idiota! – Nos miramos un momento y acentúo mi ceño fruncido mientras el pasa por todos los colores hasta que no puede más y suelta una carcajada sonora.
– ¿Le apetece, señorita, darme el honor de acompañarme a mi aposento para no hacer nada indecoroso? – Me mira retorcido y no puedo evitar sonreír aun intentando mantener mi ceño fruncido, como pensé, Austin era la solución para olvidarme un poco de todo... un poco de... – ¿Vienes o te levanto en mi hombro? – Ahora el finge irritación, está haciendo de payaso para alegrarme.
Levanto mi dedo corazón sumado a una ceja de altanera, me volteo y camino sensual hacia las escaleras, pero el maldito de Austin llega hasta las luces y las apaga, suelto un gritito y me apresuro a correr hasta las escaleras y subirlas de dos en dos hasta estar a salvo en la habitación.
Suspiro y allí en silencio vuelvo a la realidad, la realidad que con suerte Nick aún no ha visto mi estúpida relación, que con suerte... Scott, Sam, Connor no la hayan visto, todo mi progreso con ellos se fue a la mierda.
No puedo dejar de pensar que quizás Nick no se merece eso, aunque sea una mentira, estamos así por sus celos irracionales hacia mi amigo y resulta que ahora tenemos una relación pública. Recuerdo su poco humor cuando le hice una estúpida pregunta acerca de su vida, acerca de su "EX – PROMETIDA", bufo y empiezo a tironear de mi camiseta de pijama con más fuerza de la necesaria.
Quizás si se merece un escarmiento y con respecto a la suripanta de mierda, sabrá con quien se metió.
Mi mal humor ha vuelto y empiezo a dar vueltas desesperada para encontrar mi lencería, hace más de media hora que dejé a Austin en la planta de abajo, solo espero que no haya escapado y este en la casa de alguna mujer... porque también me conocerá.
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Aquí y Ahora
RomanceSolemos bromear con la fantasía de un adonis moreno y otro rubio, parece divertido, pero todo se complica cuando se vuelve realidad, o por lo menos eso le sucedió a Lexy quien vivía una vida sin complicaciones pero con muchos placeres... Sin embargo...