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Me despierto exaltada y me odio por el jaleo que he hecho, Austin se ha despertado por mi culpa.

– ¿Estas bien, preciosa? – Me dice desperezándose.

Asiento y tranquilizo mi respiración, no sé qué habré soñado, pero por la necesidad que tengo de abrazar a Austin, supongo que tiene que ver con perderlo de nuevo, pensando que se ha ido o que nunca ha regresado. El abre sus brazos y yo me subo a su cuerpo, aun puedo sentir mi corazón acelerado. Aquí está, no se ha ido... Austin volvió a mi vida para quedarse.

Reparto besos en el hueco de su cuello y el murmura sonidos excitantes, observo mi mesa de luz y no está mi móvil, me he olvidado por completo de él. Observo la mesita de la izquierda y diviso un reloj de mano, sonrío. Estiro mi extremidad y achino mis ojos para ver la hora: 7:30. –Es tarde...

– ¿Tarde? – Mi pecho vibra por el sonido ronco y grueso que sale de su cuerpo, creí que se había dormido de nuevo.

–Mmm... Debería estar duchándome para ir a trabajar.

El suspira y estira sus brazos antes de limpiar sus ojos, después apoya sus manos en mi espalda desnuda y me acaricia, sus manos están calientes. – ¿Y qué esperas?

Hago una mueca y apoyo mi rostro en su pecho, observando la claridad que sale del gran ventanal. ¿Qué habrá pasado con el pesado? ¿Barry se habrá hecho cargo como prometió? –No quiero ir... Quiero quedarme contigo aquí todo el día.

Austin se ríe y hago un esfuerzo para enderezarme, termino sentada a la altura de su cintura, largo un quejido cuando estiro mis extremidades y me desperezo. –No puedo moverme. – Caigo sin delicadeza de nuevo a su pecho y el continua riéndose mientras me aprieta fuerte, le diría que me apriete aún más y que no me deje ir.

Bostezo y apoyando mis brazos en el colchón me levanto un poco, lo observo desde arriba, flexionando mis brazos para besar su rostro. –Debo aprovechar tu momento de dulzura...– Dice y me hace sonreír, baja sus manos y aprieta mis nalgas con fuerza, observo que sus ojos se desvían de mí y levanto mi rostro hacia arriba, está concentrado observando mi cuerpo encima del suyo en el reflejo.

Mmm. Empiezo a desplazarme hacia abajo, probando su mandíbula dura, dejo un pequeño beso en su boca y bajo más para chupar su cuello, no me entretengo allí, sigo desplazándome marcando primero el recorrido de mi lengua con mis manos, succiono sus tetillas y el gime ronco. Hermoso. Me observa intensamente, ya ha leído mis pensamientos, sabe cuál es mi próximo movimiento... mi boca húmeda se abre a la altura de sus abdominales, rasguño sus caderas con mis dientes, mi piel se estremece al saber lo que tengo cerca de mi boca, al fin haré lo que deseo hace tanto tiempo.

O quizás no... Escucho un murmullo desde mi pasillo, ¡Oh Por Dios! El maldito va a entrar, llego a tiempo para arrancar el edredón y taparnos con él. Luke entra en mi habitación y se queda a cuadros con la escena.

– ¡MA-MALDICIÓN! – Se da vuelta, pero primero se pasa su tiempo viéndonos, está con su móvil en el oído.

–Le... Ehh, Alex. – Carraspea, no puede recuperarse. –Barry nos espera en el bar dentro de una hora. – Sale huyendo y se siente el portazo de la puerta de entrada.

– ¿Es que no vio el desastre de ropa y tu maleta? – Largo un insulto tirando el edredón al demonio y cuando me volteo hago una mueca. Su expresión da miedo.

– ¿Así que él es tu vecino el "ligue"? ¿Cada mañana viene a recordarte que debes levantarte?

¿Por qué todo se ha ido a la mierda en un segundo? Siempre he sido yo la que entraba a casa de Luke a importunarlo. –Aust, el solo es mi amigo...

Aquí y AhoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora