Unknown Known 1: White |BTS|

Capítulo 37

Era nuestro quinto día aquí. Por suerte me había hecho amiga de dos personas aquí. El doctor Jin Young quien me recordaba mucho a Kevin. Solo que había algo que diferenciaba. Jin Young tenía chocolates. Y el teniente Jun.

Hoy iría a practicar al campo de tiro con él. Faltaban dos días para que regresemos a la base. Al menos no ha sido una pérdida total de tiempo.

— ¿Hoy iras a verlo? — pregunto Rebecca mientras se asomaba por la puerta de mi habitación.

— ¿A quién? — pregunte.

—A ese flacuchento teniente...— me fulmino con la mirada.

— ¿Jun? —Ella asintió. —Sí, ¿Y?

—Nada...— dijo con una gran cantidad de sarcasmo en su tono de voz y luego se marchó.

***

Al salir de mi habitación y dirigirme a la cocina escuche a esos dos murmuras a mis espaldas.

—Si Yoon Gi se entera se enfadara. — dijo Rebecca.

—No hay que decírselo. — añadió Mark.

—Pero tarde o temprano se enterara...— musito.

Di unos cuantos pasos hacia ellos.

— ¿De qué hablan? — pregunte. Ellos se alarmaron y se callaron en el instante. — ¿Chicos? — insistí.

— ¡Nada! — gritaron al unísono.

***

Mi último día en la base. Había empacado mis cosas. Había realizado muchos amigos aquí. No solo chicos. También mujeres. En esta base habían pocas, tenientes, y las demás eran refugiados.

Me hubiera encantado quedarme más tiempo para poder ayudarlas.

—Por favor entréguele estos chocolates a Jackson. — afirmo el general. Quien nos había acompañado hasta la salida para despedirse de nosotros. Tome la caja e ingresamos al auto.

Fueron otras 3 horas de regreso a la base. Pero en el camino el auto se quedo sin combustible. Por suerte había un galón en la maletera. Mark bajo para sacarlo. Yo y Rebecca nos quedamos en el interior del auto. Estaba mirando la ventana. Con la cabeza hacia atrás, tratando de dormir un poco en el camino. Pero en eso vi algo moverse a lo lejos.

—Mark...— exclame.

— ¿Sí? — se detuvo.

—Voy a bajar...— musite.

—Claro que no. — se enfadó.

—Hay algo por allá. — señale el horizonte. —Iré a ver.

Abrí la puerta y me acerque a Mark, del maletero tome un rifle, le quite el pestillo de seguridad. Camine entre los arbustos hasta poder estar más de cerca del lugar de donde provenían unos extraños ruidos. Eran bajos, pero aún así podía escucharlos. Hasta que en eso me encontré con un lobo. Había caído en una trampa y estaba desesperado por liberare. Al veme trato de huir, pero solamente se hacía aún más daño.

—Cálmate...— trate de tranquilizarlo.

Tire el rifle al piso y corrí hacia este. Tome su cabeza y le acaricie. Este se fue tranquilizando poco a poco. Inmovilizándose.

—Te quitare eso. — mire la trampa. Eran unas sogas con púas. De mi bolsillo saque un cuchillo y empecé a cortarlas. En eso el lobo comenzó a cambiar. Lo mire fijamente a los ojos. Aquellos hermosos ojos de color amarrillo se convirtieron en un marrón tan oscuro que parecía negro.