Capítulo Treinta y dos

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06 de Junio

16:23. Bueno como era de esperar, hoy las chicas han estado muy interesadas en la vida privada de nuestro jefe supremo: Arturo Mollins. Después del reportaje del día viernes, por acá se han encendido varias luces de alerta entre las femeninas que habitan en esta oficina.

Benjamín me contó que durante la mañana hubo una reunión con la gente de ventas para optimizar su plataforma. Estaba él (como nuevo y flamante líder de grupo, lo felicité nuevamente por su hazaña, obvio), don Pelmazo, Arturo Mollins y Jeremy. Me decía que la Cote se puso al lado de Arturo Mollins y que a cada rato le tocaba el antebrazo o el hombro y le hacía comentarios al oído. Dijo que parecía lapa, que no se despegaba de su lado.

Durante la hora de colación se lo comenté a las chicas.

-Esa muchacha agarra a los hombres por cansancio – comentó Olguita.

-Si. Cuando el jefe guachón caiga en sus redes, lo va a comenzar a manipular igual como lo hizo con el otro viejito ¿cómo es que se llamaba? – señaló Cristina poniendo cara de pregunta.

-Pero chicas, no pueden negar que la sabe hacer muy bien. Es toda una zorra y hay que darle su mérito igual – indicó Berenice.

-En todo caso… - la apoyó Cristina.

-Me daría una pena horrible si eso pasara… se me caería del pedestal en que lo tengo. Pero es tan fresca esa Cote que también pienso que caerá…  – suspiró con tristeza Carla (definitivamente esta chiquilla está enamorada de él)

-Pero cómo es que lo subes a un pedestal pues Carla… - la regañó Berenice – no seas ingenua, es hombre. Como dice Olga, la muy zorrona de la Cote lo podría sacar por cansancio…

-Yo no creo que Arturo Mollins se fije en una mujer como la Cote – dije de pronto sin saber por qué había dicho eso a favor de mi enemigo.

-¿Por qué, Yiyi? – me preguntó Berenice – yo sé que odias a la Cote, pero dale el mérito que se merece. Es bonita, tiene el medio cuerazo de cuerpo y sabe lo que quiere de los hombres… si se empeña, sinceramente yo creo que el guachón cae… ¿por qué dices tu que no?

-Porque Arturo Mollins ha tenido y puede tener a cualquier mujer. Incluso físicamente mucho mejor que la Cote ­– respondí recordando la conversación que sostuve con él el sábado.

-Eso es verdad – dijo con vehemencia Carla.

-Además – continué -, Arturo Mollins es un tipo público. No podría tener un affair de oficina, sabiendo que está siempre algún periodista pendiente de cualquier desliz que cometa para plantar el escándalo. Arturo Mollins no es estúpido. No se pegaría un revolcón con una mujer que sabe que lo usará como escalera a la fama en cualquier minuto.

-En realidad… así como lo plantea, le encuentro toda la razón a Yiyi – dijo Olguita -. Piensen que seguramente ella misma llamaría a gente de la tele, como hacen algunos famosillos con su vida personal, y así lograría que la paparezzeen… 

-Pero es hombre, Yiyi – siguió contrariándome Berenice -. Los hombres no pueden tener su cosita del entrepierna quieta por mucho tiempo. Y la Cote se le está brindando en bandeja…

-Pero a ustedes se les olvida que la Cote es solo la más producida de esta empresa. Arturo Mollins tiene muchas empresas más y tiene contacto con muchas otras mujeres más. Iguales o incluso mejores que la Cote. Y sí Berenice, es cierto, es hombre, pero es un hombre de 41 años. Está estadísticamente comprobado que los hombres de más de 40 son mejores prospectos amorosos por que tienen sus metas claramente establecidas. Las aventuras no trascienden a ellos. Además… véanlo de esta forma: si él es el hombre “más deseado” por qué conformarse con una vendedora mediocre, farandulera, que se le ofrece a cuando ejecutivo prominente llega. Trepadora, falsa y que con suerte termino el cuarto medio… si en realidad él podría estar con esa abogada con una destacada trayectoria y que sin lugar a dudas está más al nivel social e intelectual de un tipo como él. Chicas… francamente creo que sobre estiman y admiran en vano a la Cote. Si me preguntan mi opinión, Arturo Mollins ni siquiera la tiene contemplada para un plan promiscuo futuro… ¿qué? ¿por qué me miran así?

-Yiyi… - dijo Berenice al cabo de un par de minutos que me habían estado mirando con cara de asombro – si no hubieses mencionado a la Abogada, habría dicho que sientes cosas por él…

-No seas ridícula - gruñí -. El hombre es varonil y atractivo, pero estoy muy lejos de hacerme ilusiones con alguien que jamás mirará a mujeres como nosotras. No soy tan lerda, para no darme cuenta que no estoy a su nivel. Sería gastar sentimientos en una persona que simplemente le causaría gracia, que yo osara fijarme en él como prospecto amoroso. No estimada... tengo mis pies muy bien puestos sobre la tierra. Jamás Arturo Mollins miraría a ninguna de nosotras con ojos de amor... 

Las chicas estuvieron de acuerdo con este último punto… y era que no…  

20:31. Hace frío y sigo moquillenta. Me parece que tendré que comprarme otro abrigo. El que uso está tan viejo que ya no siento que me abriga. Mm…

Arturo Mollins llegó hace un rato. Se preparó un café, me saludó tan formalmente como siempre, me regalo una sonrisa cuando me vio envuelta en una manta y con un gorro de lana haciendo zapping y se metió en su pieza. Luego de un rato, salió vestido en forma deportiva y se sentó en el sillón con un lote de papeles.

Me preguntó cómo había sido mi día. Le dije que con los cotilleos habituales y la carga de trabajo normal. Esbozó otra sonrisa y me dijo que había pensado en adquirir una contestadora para que no pasara lo del viernes cuando me llamó Carla. Que nos quedamos mirando como dos venados alumbrados en la carretera. Yo estuve de acuerdo, y recordé que Polín tenía una, así que le dije que el fin de semana se la solicitaría.

Me dijo que me cuidara este resfriado, por que había notado que estaba empeorando. Le agradecí la preocupación y le dije que como enemigo no servía mucho. Él se rió y me dijo “no te creas… en los negocios puedo ser muy malo”… y le creo. Al menos como persona y conmigo se ha comportado de lo más decente, a pesar de lo molesto de la situación.

En realidad, después de tres semanas compartiendo un mismo espacio, nos estamos llevando de lo más bien. Es entretenido llegar a la casa y tener alguien con quien charlar y reírse un rato. Aunque este fuera mi sexy jefe y mi enemigo… mm… Arturo Mollins es una muy buena persona… diablos… se me acabó el papel y se me cae el moco…

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Siguiente entrega: MARTES.

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Yiyi, La peor de todasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora