Capítulo Veinte

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8 de mayo

15:09. Ok… juro por Dios que esta vez, yo no he hecho nada para provocar la situación que se está empezando a desencadenar.

El día jueves después de la reunión, ya dije que me quedé pasmada por una mirada que me lanzó Jeremy.

El viernes, llegué atrasada y con una cara de sueño que daba espanto. Ese día don Pelmazo andaba de un humor bastante especial. No se molestó por mi llegada tarde, canturreaba y decía a los cuatro vientos que al fin su equipo de trabajo tendría la re estructuración que hace tantos años estaba pidiendo. Por Benjamín me enteré, que le había dicho a Cristián que se venían cambios importantes y que había gente que no pasaría de ese día. Menudo alcahuete…

A las 11:00 citaron a todo el equipo a reunión con Arturo Mollins y Jeremy. Cuando entramos a la sala, los dos estaban enfrascados en una conversación de trabajo. Yo no supe a cual de los dos mirar, porque se veían igual de estupendos. Me senté cerca de Benjamín, mi buen amigo y protector.

La reunión comenzó. El corazón me palpitaba como loco. Pensé que me daría la Chiripiolca ahí mismo. Tenía a Jeremy tan cerca, a solo un metro de distancia de mi. Pude comprobar que seguía tan guapo y seductor como siempre. Me deleité observando cómo se movía a sus anchas en la reunión, todo dueño de la situación, inteligente y perspicaz. En cambio Arturo Mollins, parecía tenso y molesto. Estaba sentado escuchando con atención lo que el resto hablaba, solo se limitaba a observar. Aunque… se veía igual de bien que siempre. ¿Jeremy?… ¡haij! Jeremy se veía simplemente como un galán cautivador. Mm… bueno… creo que me desvié del tema…

Jeremy, dijo que se iba a re estructurar el área de computación. La primera medida era que de ahora en adelante el departamento se dividiría en tres equipos. Que contaría con tres jefes de proyecto, con máximo cinco personas a su cargo. Arturo Mollins puso énfasis en que era una oportunidad para desarrollar liderazgo y aumentar así sus oportunidades profesionales. Las tres personas que asumirían el reto serían: Don Pelmazo, Cristian y mi buen amigo Benjamín, los cuales habían sido elegidos por su desempeño y teniendo en mano su curriculum. Don Pelmazo tenía doble trabajo ya que tendría que supervisar a parte de llevar proyectos.

El segundo punto consistía en que aumentarían la planta en cuatro personas más. Una por cada equipo y otra para la sub unidad en la cual se comenzaría a trabajar. Hasta ese minuto, yo no me contaba para ninguna de esas cosas, ya que lo mío no es desarrollo, sino revisión y análisis de lo que los chicos hacen.

Uno a uno, mis compañeros comenzaron a ser nombrados en los grupos en los cuales quedarían. Entonces don Pelmazo, con una afectación que rayó en lo burda, le susurró a Jeremy que qué pasaría conmigo y mi cargo, ya que no me había ubicado en ninguno de los equipos.

- Estamos estudiando el caso…– dijo Jeremy.

- Pero… no la pensaran despedir ¿verdad? – viejo falso e hipócrita ¿cómo pregunta algo así delante de todos? me odia ese hombre, yo sé que me odia - o sea… ese cargo… mm… ¿lo pensaran eliminar, verdad?

- No – respondieron Jeremy y Arturo Mollins al unísono. Reconozco que el énfasis con que los dos dijeron que no, me llegó a sorprender a mi. Ambos se miraron por el rabillo del ojo. Arturo Mollins tomó la palabra -, hemos descubierto que el cargo de la Señorita Gabriela, es muy importante. Ella no solo es la que más conoce el funcionamiento del sitio, sino que es la más cercana a clientes y a la generación de productos. Hemos pensado en aumentar la dotación y dejarla como jefa de la unidad - ¿qué? ¿yo? ¿jefa? ¡plop!

- El único problema – continuó Jeremy -, es que no sabemos si es un área que pertenece a productos, servicio al cliente o computación. Pero estamos claros en que es una unidad necesaria. Ahora lo de la jefatura es algo que debemos discutir aún, por que hay que evaluar muchos puntos: habilidades, experiencia, desempeño, capacidad real del candidato, etc.…  pero por ahora la dejaremos donde está y traeremos a otra persona para que aprenda su oficio también…

Si no hubiese estado sentada y en una reunión formal me habría tirado al piso para reírme de buena gana… ¡jajaja!... Quiero aclarar que el puesto de jefe no me es para nada atractivo. Mucha reunión, mucha pega, mucho reto. No tengo espíritu de líder. Me gusta más el bajo fondo, el perraje, trabajar a mi tiempo, tener mi espacio, mis libertades. Sin embargo, ver cómo el viejo don Pelmazo comenzaba a palidecer y me miraba con ojos inyectados de furia, es una situación que agradecí y sin lugar a dudas disfruté demasiado. Quedé realmente extasiada. Ahora… no creo que la idea prospere… no tengo el perfil que necesitan. Aunque no por las razones que Jeremy lo puso en duda…

Cuando la reunión finalizó, felicité a mi queridísimo Benjamín por su nombramiento y le prometí que un día de estos iríamos a celebrar. O que quizás, podríamos organizar algo en mi nuevo departamento. Bueno el contrato recién lo firmamos ayer, y estoy de lo más emocionada, con todo. Me acompañó toda mi familia al magno evento, Claudio llevó Champaña y celebramos, aunque la señora Guarello (ahora ex dueña ¡yes!) se marchó inmediatamente después de la firma. Dijo que tenía pasajes para viajar a Argentina… en fin… volviendo al tema (como que ando dispersa hoy). Lo de mi nuevo departamento lo dije lo suficientemente fuerte para que Jeremy se enterara de que tenía departamento nuevo, que era una mujer libre e independiente, y que no lo había necesitado jamás para hacer mi vida. Bueno… suena tonto decir todo esto, solo para causar algún impacto en quién te ha rechazado, pero siento que debo demostrarle que él no es lo más importante de mi vida y que si me habla no estaré allí, lista y dispuesta solo para él.

Estaba segura que me había escuchado, pero no dio muestras de ello.

Arturo Mollins se había ido a encerrar de nuevo a su oficina. Antes le había dicho a su secretaria que lo comunicara con el norte urgente y que pospusiera una reunión que tenía el fin de semana.  

Yo me fui a mi puesto. En la hora de colación les conté a las chicas todo lo sucedido y estuvieron muy de acuerdo que el viejo Pelmazo debe estar ardiéndole hasta el culo con lo que se dijo de mí en la reunión. ¡Ja! ¡Genial!

De pronto… pasó lo que no quería que pasara. A eso de las 17:00 me llegó un correo electrónico, el cual tuve que dejar en bandeja por 15 minutos, ya que estaba buscando cortes de pelo en internet. Me tiene aburrida esta chasca… cuando lo abrí me llevé una horrible sorpresa. Era un correo de Jeremy, el cual lo único que tenía escrito era un escuálido “hola”. ¿Qué hacía?, ¿lo borraba?, ¿lo contestaba?, ¿qué?, ¿qué?, ¡¿QUÉ?!... fui al baño a tomar agua y a pensar. Después de darle vuelta al asunto, de evaluar los pros y los contras, decidí que no tenía nada de malo, ilícito o dañino contestar un inocente correo como el que me había enviado. Cuando llegué, le contesté con otro escuálido “Hola”. No habían pasado ni dos segundos cuando me llegó otro de vuelta con un “¿por qué la demora? ¿Haciéndote de rogar, jefecita?”… no puedo negar que el correo me causó gracia. Era el típico tono de Jeremy… en realidad no había cambiado tanto. Le respondí que tenía mucho trabajo, cosa que era mentira ya que había terminado todo hacía mucho rato, y que por eso me había demorado. Él me respondió que estaba bien preocuparse así por el trabajo. Entonces salió con algo que me desequilibró por completo el resto de la tarde, del día y el fin de semana entero… me dijo “Gómez… te digo una cosa… te extrañé muchísimo durante estos dos años. Te prometo que no hubo día que no me acordara de ti.”… ¡DIOS MÍO! No me había olvidado, después de todo no era tan bastardo como yo pensaba, me había querido, me había extrañado, se había acordado de mi… ¡Dios!... mm… ¿será verdad?

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Próxima entrega: Miércoles.

Yiyi, La peor de todasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora