15 de Agosto
16:21.
- ¿Pero cómo no te avisa antes ese pinche tuyo Yiyi? - dijo Marlon poniéndose las manos en las caderas.
Llevaba horas con los brazos puestos en cruz, tomándome las medidas y probándome un montón de zapatos, cada uno con un taco más enorme que el anterior. Plataformas y tacos agujas, que me hacían caminar como bailarina. Cada zapato me aumentaba como quince centímetros de estatura. Rojos, beige, con mostacillas, de plástico, con agua, celestes, con escarcha, etc., etc. Ninguno era de mi gusto, ninguno me acomodaba y con todos me sentía torpe y ajena a ese mundo de vanidad y belleza… bastante alejada de mi realidad. Mm… otra razón por la que no entiendo qué fue lo que me vio Arturo “lindo trasero” Mollins. Supongo que un día se lo preguntaré… mm… detalles, quiero detalles… ¿a qué mujer no le gusta saber “ese” tipo de detalles? ¿Eh?
Mientras metía un pie en un zapato, tenía a Marlon haciéndome peinados y a Esteban y Polín mostrándome vestidos de fiesta y looks de un montón de revistas que habían traído, especialmente para la ocasión. Muchas revistas venían en inglés e incluso en francés. La mayoría era española ¡Joder! Que buenas eran…
Todo eso era muy nuevo para mí. No diré que me sentía del todo mal. La verdad es que igual era entretenido. Sobre todo porque los chicos me hacen reír demasiado. Aunque yo, seguir un ritual de belleza, se me hace realmente algo imposible de llevar a cabo. Me aburre y no tengo paciencia. ¡Vivan las poleras XXL!
- Es verdad Yiyi, cómo no te avisó un mes antes por lo menos – Esteban ojeaba y ojeaba un montón de revistas de modas.
- Es que no se le ocurrió no más… pero chicos esto no puede ser así de complicado…
- Para nada Yiyi… es una fiesta. – de pronto los tres cesaron en sus labores y se sumaron a la lección que Esteban pretendía comenzar a darme -. En una fiesta, debes causar impacto, ser el centro de belleza, sin acaparar lógicamente. Pero debes verte atractiva aunque no más hermosa que la anfitriona. Sino sería una descortesía…
- La idea – lo interrumpió Marlon – es que todo el mundo se vaya diciendo “que buena estuvo la fiesta” y que sumen en seguida “Que hermosa la mujer que llegó pasada las 23:00”, “Que distinguida la que llegó acompañada de fulano de tal”…
- Bueno y que no haya hombre heterosexual en esa fiesta que no se pase una película contigo. Oye, tu – dijo Esteban enterrándole el dedo índice en el hombro a Marlon – por qué me interrumpes cuando trato de enseñarle modales a nuestra mini Catalina Minola…
- Hay… perdona, yo también le quiero enseñar algo. La hermanita de Polín necesita dosis extras. Muy bruta, muy bruta… ya tú sabes. No te ofendas ¿bueno? – a Esteban, se le había pasado lo ofendido, después de apoyar la moción de que yo era la bruta… qué mal…
- Mm… saben qué - repliqué al ver que mis opiniones no tenían demasiado peso -…lo dejaré en sus manos.
- Ok… - saltó Polín entusiasmado–. Mi hermanita les ha dado libertad de acción. Ya chicos, ¡manos a la obra!
- ¡Ah! No. No, no, no y no. Mala idea. Es mejor que ponga un par de parámetros. Si no, me harán pasar el peor ridículo de mi vida. Y sepan que soy experta en ridículos – no sé por qué se me vino a la mente el primer día que conocí a Arturo. La vez que me caí en la oficina y él me ayudó a ponerme de pie. Mmm… el incidente de las nachas… mm… y pensar que sus ojos me encantaron… emm…
- A ver Yiyi ¿cuáles son esos “parámetros”? - preguntó Marlon haciendo unas cremillas sobre el aire.
- Quiero algo sencillo, pero elegante. En color negro. Tiene que ser en negro ¿ok? Debe ser un vestido largo, pero sin un escote que se me vea hasta el desayuno de ese día.
- Desayuno quiere la perla – murmuró Esteban con un toque demasiado irónico como para que lo pasara por alto -. Si come una aceituna el día de la fiesta será mucho…
- Yo jamás dejo de comer – dije con decisión. Era verdad, jamás dejo de comer.
- Es verdad – me apoyó mi lindo hermano pequeño – cuando dio la PAA tomó desayuno de campeones. Claudio estaba tan nervioso que no comió nada y más encima vomitó. Esta petisa se zampó el mismo desayuno de todos los días.
- Te creo – dijo Marlon – pero en el día de una fiesta, eso es diferente. Oye… te hinchas ¿cómo te metes el vestido?
- Peor… dónde te tiras el peo – los tres se rieron. Yo me conservé digna y seria. No me gusta cuando hablan de mis órganos gastrointestinales, para causar jocosidad. No es chistoso estar hinchada. Mm… creo que evaluaré lo del desayuno para el día de la fiesta…
- ¿Puedo continuar? – Aunque Marlon lloraba de la risa, lograron volver a ser los estilistas serios que intentan tener a alguien famoso entre sus clientes - Los zapatos – continué -, no pueden ser muy altos, porque no sé caminar con tacos. No quiero nada con esas plataformas, ni tacos cuadrados, ni nada de eso. Sencillez, sencillez. Quiero unas joyas simples, pero que luzcan…. ¡Ah! y consíganme un abrigo lindo, porque el que tengo está muy viejo.
- ¿Algo más my Lady? – ironizó Esteban.
- Si… - dije.
- Qué sería eso…
- Piensen en que es la primera vez que necesito verme linda. Pero linda de verdad. Se los he pedido a ustedes, porque confío en que me ayudaran, me apoyaran y su consejo es muy importante para mí. En mi corazón… sé que desean verme como siempre lo han soñado. Sé que desean los mejor para mí. Y ahora… soy yo la que se les pide asesoramiento y ayuda en un ámbito, que me es totalmente nuevo. No podría confiar en nadie más… ustedes… son el único apoyo que tengo en estos temas…
Los tres se quedaron callados. Marlon y Esteban se miraron, y me pareció que casi se pusieron a llorar. Son tan exagerados para todo.
- ¡Haij! Polín… tu hermana es una yegua maldita que me tiene el corazón agarrado… - replicó Esteban emocionado.
- Es verdad… - acotó mi hermano – yo no sé que le pasa a esta loca. Ayer me dijo que me quería.
- ¡Oh! Eso te dijo… - replicó Esteban.
- Si… me llamó y me dijo que yo era su hermano favorito y que me quería. Oye, Yiyi… ¿no estarás enamorada del chico de voz sexy?
- ¿El pinche que la invitó?
- Si… - dijo Polín entrecerrando los ojos – mi hermanita amiga del hermetismo, se trae algo entre manos. Más que algo es un “alguien”… - odio cuando Polín se las de Poirot.
- No seas tonto… solo intento ser amable con ustedes, y me tratan como si fuera una cavernícola… ¿saben qué? Los detesto… y me voy… nos vemos… me consiguen lo que les pedí por favor… besitos…
Preferí emprender la huida antes de someterme a un interrogatorio que de seguro, sería muy incómodo.
Reflexionando. En algún momento tendré que decirles sobre la fiesta. En algún momento tendré que contarle a Polín que el chico de voz sexy es Arturo Mollins, con el cual llevo viviendo meses bajo el mismo techo. Lo que más miedo me da, no es contarle, sino… que sepa que le he ocultado algo. Eso jamás lo había hecho con él… y temo que me odie por el resto de su vida.
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Siguiente entrega: ¡¡VIERNES!!.
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Yiyi, La peor de todas
RomanceComedia Romántica. Yiyi, es una mujer normal. Ni tal delgada, que bebe, no fuma, le gusta leer, viste de negro, escucha Apocalyptica, usa lentes y jamás se preocupa por su imagen. Trabaja en un lugar que detesta, pero su grupo de "secuaces" amistad...