Día 87

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OCTUBRE

La constante reveladora

 

21 de Octubre 

16:41. Tengo muchas novedades.

Para comenzar, aún vivo con Polín, aunque hace unos veinte minutos me llamó para decirme que tenía que tener una conversación muy seria conmigo. En sus propias palabras “es de vida o muerte”.

Hace mucho que no tomaba mi diario vida para narrar lo que considero importante.

Después de la última vez que escribí, un par de litros de H2O, han corrido bajo el puente.

Ese día me sentía realmente mal. Estaba horriblemente ahogada. Creí que me reventaría y que le salpicaría el sillón atigrado que tiene Polín en su living, con mis restos orgánicos fluyendo por el suelo. Suerte la mía que nada de eso sucedió.

Tomé el consejo de, mi ahora Editora, Claudia D’Amico y escribí una historia que había vivido y que aún estoy viviendo, de hecho. Escribí más de doce horas diarias durante estos quince días. Ha sido una locura. Polín llamó a nuestros padres cuando me vio frente al computador escribiendo, con un impresionante ataque de llanto, jalandome los pelos a grito pelado… mm… ahora que lo pienso debe haber sido muy terrorífica aquella escena. Marlon y Esteban me querían llevar al psiquiatra en forma urgente, la razón: cuando osaron comentarme que necesitaba un corte en las puntas del cabello, me bajó tal ataque de histeria que los amenacé con castrarlos si me tocaban un solo pelo. Dijeron que tenía los ojos inyectados de sangre por la furia… mm... sé que exageran, ya que si los tenía rojos era porque hubieron días en que solo dormí tres horas. Me levantaba para seguir escribiendo… me sentía como poseída… Reagan era un muñeca de trapo al lado mío en ese momento.

Polín me dijo que cuando encontrara trabajo, me cobraría todas las botellas de licor que me bebí en estos quince días. Mm… dijo que lo asusté mucho, pero que quería que pasara mi pena, para luego re armar mi vida…

Dentro de toda ese enfermizo estado, a Carla se le ocurrió llamarme para ponerme al día en lo que a lo, ahora mi ex trabajo, se refiere. Me contó que la Cote este mes no había llegado a la meta y se había trenzado en una fuerte discusión con Jocelyn. La rubia siliconada, alegaba que le habían cambiado las clausulas del contrato y que por eso no estaba llegando. Incluso andaba diciendo, por los pasillos, que contrataría a un experimentado abogado para demandar a la empresa, por incumplimiento de contrato. A la fecha, no ha pasado nada. Berenice estuvo de duelo, por varios días. Su primer Puto Gigoló se le iba fuera del país, con su pareja. Que resultó ser otro hombre. Cristina tiene a sus hijos con peste y Olguita se tendrá que operar de una fea hernia distal. Carla está bien. Dice que en la última fiesta que asistió se encontró con su ex que estaba con otra chica. Dice que le dolió pero que ese mismo día encontró a un nuevo clavo y dice sentirse feliz. Carla es así… me gustaría ser como ella…

Como es lógico, me contó sobre Katherine. Dice que llegó a supervisar el tema de las evaluaciones, a prestar apoyo y orientación a los equipos que, a partir de la encuesta, salieran peor evaluados. Los temas los trata personalmente con don jefe supremo. “Andan en cosas raras esos dos, Yiyi” me susurró por teléfono “El mes pasado, para la celebración de los cumpleaños, no dejaron de conversar y de reírse muy animadamente durante todo el rato que estuvieron ahí. El lindo de Arturo se excusó, con tener que volver a sus labores y ella lo siguió hasta su oficina. Cuando salimos del trabajo, la vi subir al auto azul de él. Yo creo que tienen algo esos dos. Que pena, Yiyi, ¿tu crees que podrían andar juntos? La Katy es súper linda, es regia. Pucha ¡oh! Se ven tan lindos juntos. Son la pareja ideal...” … mm... No. No voy a gastar una sola neurona en pensar o en reflexionar sobre todo ese asunto, entre la “fea” y Ar... y Art... y ese otro...

Yiyi, La peor de todasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora