1º de mayo
16:38. Muerta. Muerta de cansancio. Muerte cerebral. Muerta de miedo. Estoy muerta.
Se me ha hecho que esta semana será la más dura que me toque vivir durante toda mi vida. Mmm… si, ya ok… exagero… probablemente esto no sea así, y sólo sea la más dura de este mes…
Mmm… voy a recapitular un poco. El día miércoles después del choque con Arturo Mollins en las escaleras, cuando llegué al primer piso me encontré con las chicas que ya venían de regreso de su paseo. Se habían aburrido de esperarme y decidieron salir a caminar sin mí. Les conté lo que había sucedido y del quiebre de mis lentes. Sin embargo, no les dije con quién había chocado. Después del interrogatorio al que había sido sometida la última vez, cuando me resbalé, no me encontraba del todo dispuesta a pasar por el mismo cuestionario.
Por la tarde logré conseguir una hora para ir al oftalmólogo y que me hiciese una receta nueva para mis lentes.
El día jueves… mmm… me dio sed… voy por un vaso de agua… ya vuelvo…
17:14. Ok… fui por un vaso de agua y descubrí que había una botella de vino abierta. Me he servido una copita de señorita, y no de la forma grosera que siempre lo hago, para que mamá no me trate de alcohólica… supongo que es el primer paso para transformarme en una Dama… ¿o no?
En fin… el jueves me llamó la señora Graciela y me ha dicho que ha surgido otro comprador para el departamento. Mierda. Me dijo que su respuesta va a demorar un par de días más, ya que está evaluando la nueva alternativa. Mierda, mierda, mierda. Tenía cogido en maldito departamento y me ha arruinado toda la ilusión la señora juanetes guarenes…
Le conté a papá, cuando llegué a casa y… mm… se me he acabado la copita de vino de señorita que me serví… creo que iré por otra… una más no tiene nada…
17:31. Ya… estoy aquí nuevamente… ¡Ops! Me acordé que la camiseta del uniforme tiene que sufrir un “accidente” con la plancha… la de los lunes era la camiseta blanca parece… mmm… no lo recuerdo… mmm… en fin…
19:03. Volví… me quedé pegada comiendo queso y frutillas… tenía hambre… bueno… en qué estaba… ah, sí… cuando llegué a casa ese día, papá iba de salida a una cena a la asociación de libreros, así que me invitó ya que mamá estaba en su cita de los días sábados con las damas del centro de ayuda comunitaria (en realidad… nunca he sabido de ninguna de sus ayudas a nadie… mmm…).
Los círculos literarios son bastante entretenidos, porque hay gente muy extraña. Hablan grande y ceremoniosamente… parece ser que todo mundo entiende lo que dice, cuando en realidad no captan una puñetera idea de lo que se está hablando…
Cuando asisto a ese tipo de reuniones, tiendo a divertirme mucho analizando a las personas. Siempre hay uno que otro falso arribista tratando de entrar en el círculo, para impresionar a la novia o encontrar un novio. Es como cuando mi hermano lanzó su colección de pinturas y un montón de gente esnob se quedó mirando atentamente una de sus pinturas. Cuando comenzaron a lanzar impresiones, cayeron en las típicas retóricas de grandilocuencias, con frases elaboradas y retorcidas para dar muestras de sus gustos e intelectualidades… yo, por más que miraba el pintura, más se me hacía que era un pene invertido… cuando le pregunté a Pablo que era me dijo: “El pico de Jonathan… ¿no te parece excitante?”… Mi hermano no tiene remedio…
En fin… cuando uno va a ese tipo de eventos, solo tiene que hacer una cosa: no dejar de moverse. Si uno se detiene en uno de los grupos, puede correr el peligro de que le hagan una pregunta que lo deje pasmado, y que por lo tanto quedé como una perfecto idiota si responde una burrada. Después te censuran. Ahora si lo que se desea es encajar, se hace un poco lo contrario. Se une a un grupo y pone la debida atención a lo que se habla, mueves la cabeza con cada frase del interlocutor asintiendo pensativamente, achicas los ojos y estiras la trompita de vez en cuando, como si estuvieras masticando lo que se esta diciendo, luego te cruzas brazos y te das un aire de supremacía intelectual, como si fueras alguien tremendamente ilustrado. Si por alguna razón alguien te pasa la pelota y te pregunta algo, la clave no está en responder lo preguntado, sino en agarrar la última frase dicha y llevar la conversación a tu lado de la cancha… si lo haces en forma de pregunta ¡oh! Valor, te admiraran aunque nadie sepa realmente sobre el jodido tema de las plantas radioactivas en el interior de una cueva en Nepal, de los lustres de la política neozelandesa o sobre la teoría de estados de Hobbes.
Esta es la parte que me entretiene. Hay mucha gente que se ha hecho realmente muy habilidosa en este tipo de fingimientos culturales. Ser llamado “culto” por un grupo de personas, es un real punto de validez social. Alguien que es tachado de “culto” siempre es tratado con admiración y deferencia en todo lugar, aunque lo que muy en lo profundo siempre se piense que es un tipo tremendamente aburrido, frígido y retorcido. Como sea el caso… siempre en estas reuniones sociales, me dedico a analizar a las personas.
Cuando éramos chicos y mis padres organizaban ese tipo de Meetings en casa, con mis hermanos teníamos un verdadero deporte en torno a esto. Apostábamos quién sería el primer arribista en enganchar con la plática de los Literatos y cuales, a causa de una estúpida opinión, no volveríamos a ver… era en serio, muy, muy, divertido.
Lo que la gente esnob o que se cree culta no sabe en verdad… es que es imposible que sepas de todos los temas y por lo tanto si metes la cuchara en todas las cosas, siempre quedaras como tarado, porque la naturaleza humana es ser selectiva… pero ante todas las cosas… es imposible sostener la careta por más de una hora… la bobería intrínseca la gente la huele y la repudia.
Así que consejo, si vas a escribir… mmm… no te bebas una botella de vino al seco porque comienzas a reflexionar sobre pelotudeces…
Me voy a dormir… zzzz… zzzz…
¡Cresta!... ¡¡¡LA PLANCHA!!!
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Hoy, para dar el punta pie inicial y en agradecimiento a todos los que siguen mi trabajo, decidí regalarles dos capítulos :-) Así que: capítulos dieciséis y diecisiete ¡On-line!
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Yiyi, La peor de todas
RomanceComedia Romántica. Yiyi, es una mujer normal. Ni tal delgada, que bebe, no fuma, le gusta leer, viste de negro, escucha Apocalyptica, usa lentes y jamás se preocupa por su imagen. Trabaja en un lugar que detesta, pero su grupo de "secuaces" amistad...