Capítulo Setenta y uno

5.4K 212 10
                                    

17 de Agosto

11:21. Esto me provoca estrés. Yo no soy la cumpleañera, pero Arturo me ha traspasado todos sus terrores.

Solo tengo que preocuparme de un vestido, y Arturo de una fiesta para cientos de personas que no conoce. Es de locos… me dio acidez.

11:42. En ausencia de mi compañero de departamento, he aprovechado de ver cuanto programa farandulero se me cruza. Y para ser honesta, me desilusiono con cada minuto que pasa. No sé qué voy a ir a hacer por allá. En serio que no cuadro. Estoy a punto de decirle a Arturo que me hecho para atrás, que no quiero ir. Pero me da pena… en el fondo sí quiero ir, pero me acomplejo con todas esa mujeres dando vueltas.

Mejor apago la tele… sino me terminaré deprimiendo.

12:28. Me ha llamado Esteban, muy entusiasmado, y me dicho que me ha conseguido un vestido realmente hermoso. Justo para mi talla. Dice que se lo llevarán el viernes junto con unas joyas que se consiguió. Dijo que ese día, realmente me voy a ver hermosa…  mm… esperemos que sea cierto… mientras, iré a depilarme... este evento exige depilación completa… lo cual es horrible.

15:48. Si… es horrible depilarse. Solo en momentos como estos, apoyo a la ciencia en su teoría de que descendemos del mono… mm…  valor…

16:00. Voy a dormir siesta un rato. Estoy cansada de todo el estrés al cual me ha sometido de improviso Arturo…

21:00. Me he despertado solo cuando Arturo Mollins tocó a mi puerta. Fue una siesta con un dormir pésimo. Sé que soñé algo, pero no recuerdo qué. Solo sé que rodaba, rodaba y rodaba por unas escaleras eternas ¿será un presagio?

Desde que Arturo me pidió que lo acompañara a la dichosa fiesta, he estado durmiendo muy mal. Más mal de lo normal. Me duele la espalda, el cuello, los brazos, las piernas. He llegado a pensar que salgo a correr de noche, porque el dolor es igual al haber recorrido 20 veces todo el Forestal…

Arturo me ha dicho que él no estará en el departamento a partir de mañana y que no volverá hasta dentro de una semana. Se tomará una semana de vacaciones para descansar de todo este stress.

-        ¿Estás segura de querer asistir? Si no lo deseas Gabriela, yo lo entenderé… sé que no te gusta, te noto algo complicada y es lo menos que deseo hacerte padecer.

-        Ya te dije que sí… no me gusta no cumplir mis promesas. Me verás por allá. Vestida decentemente.

-        Sé que fui injusto contigo. Llevo meses preparando esto y a ti te pido que me acompañes a  último minuto. Bonita, perdona… - dijo acariciándome el cabello - me vi tan apremiado de pronto, que fuiste la única en quien pensé para sacarme de esa… fiesta… infernal… y convertir todo en algo más llevadero. Lo siento de veras…

-        No te angusties – le respondí bastante abobada por la facilidad con que Arturo me decía “bonita” - . Aún no me has pasado la invitación… así que, formalmente no me siento invitada.

-        No la necesitas. Eres mi invitada especial. Un mozo te estará esperando y él te llevara hasta la mesa que te han destinado. Estaremos muy cerca… así que no te preocupes por nada.

-        Pero, y si alguien da mi nombre y el mozo no me cree después…

-        Eso no pasará… si gustas me llamas cuando estés próxima a llegar.

-        Bueno… oye, oye… no tengo tu número de celular… - me lo dio y yo lo pinché – entonces… mm… ¿a qué hora tengo que estar por allá?

-        Antes de medianoche en lo posible– dijo sonriéndome –. Tranquila, te prometo que no estarás expuesta a ningún peligro, ten fe en mí.

-        Eso intento… esto es nuevo para mí.

-        Lo sé… ahora, tengo que ir a arreglar mi maleta. Nos veremos el viernes… 

-        Sip… el viernes…- me dio un beso en la frente y se marchó hasta su habitación.

Antes de entrar me dijo.

-        Te tengo unas sorpresas…

-        Qué sorpresas – le dije apoyada en el borde de la puerta de mi pieza.

-        Si te las cuento, dejarán de ser sorpresas. Pero te gustarán… - replicó sonriéndome.

-        ¿Cómo sabes eso?

-        Porque lo sé… te gustarán y no te quedará más que besarme.

-        ¿Son buenas?

-        Muy buenas…

-        ¿Me subirás el sueldo?

-        No… creo… son mejores que subirte el sueldo. ¿Acaso si te subo el sueldo nos podremos besar al fin? Porque si es así… dalo por hecho: sueldo subido inmediatamente.

-        No – dije riéndome -, no soy así de fácil.

-        ¿En serio? ¿de verdad? – ironizó - ¿fíjate que no me había dado cuenta lo complicada y difícil que eres?

Con Arturo nos quedamos mirando un rato. No sé… me gusta mirarme con él. Sé que suena tonto, pero es una rareza más en nuestra relación.

Después que nos dijimos buenas noches a la distancia y nos metimos en nuestras respectivas habitaciones, me quede varios segundos disfrutando de un extraño embrutamiento.

El viernes será mi día D… creo que me tomaré una agüita de Carmen para calmar mis nervios… esto es peor que cuando di la PAA. 

*********************

No olvides unirte a nuestra página en Facebook. Con solo dar "Clic" en el botón "Me gusta" podrás ser parte de ella y compartir con muchas lectoras más de "La peor de todas" 

 https://www.facebook.com/Yiyilapeor

Yiyi, La peor de todasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora