Capítulo Cuarenta y dos

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22 de junio

16:23.  Ridícula. Berenice es muy tonta a veces. Todos estos días he estado dándole vueltas a lo último que me dijo en la reunión de féminas que tuvimos el otro día. Eso respecto a Arturo Mollins. Y siento que la odio, porque ella me odia a mi primero. Supongo que dijo todo eso porque está molesta al no querer contarle más detalles de mi vida personal.

Berenice tiene la mente bastante retorcida, aunque generalmente tiende a tener muy buen olfato en lo que a gente se refiere… aunque en este caso yo sé que esta totalmente equivocada.

Por ejemplo, su instinto de mujer araña ha estado fallando en lo que a Jeremy se trata. Hace dos años, cuando mi historia con él se comenzó a gestar ella fue la primera en darse cuenta. Ahora no… quizás está envejeciendo… mm… y ahora le ha dado con lo de involucrarme con el jefe supremo. Cada vez que puede, me lanza algo como lo de ese día. 

Ayer cuando llegué de la oficina encontré a Arturo Mollins tomándose un café y con un bolso de mano esperándolo en el living. Me quedó mirando. En eso sonó el teléfono y saltó la grabadora. Era la estirada que le dejó un mensaje: “Arturo, corazón, voy un poco atrasada. Llegaré al aeropuerto mejor. Revisé el contrato de arrendamiento y está todo en orden. Corazón, es factible que mandes al chófer por mi… ¡ah! Tu madre me llamó. Quiere saber si iré a tu fiesta de cumpleaños… lo hablamos en el…”, y se cortó.

Sin mayor alteración Arturo Mollins, durante todo el mensaje no apartó jamás la vista de la grabadora. Tampoco hizo ademán de ir a contestarlo. Cuando terminó solo se volteó, lavó su jarro, se puso el abrigo, tomó su bolso y antes de salir me dijo que me había estado esperando para decirme que viajaría y que estaría de vuelta el viernes. Genial, pensé, podría haber viajado el fin de semana completo para haber traído a mi Jeremy al departamento y habernos hecho cariñitos... pero por lo visto, eso no pasará... 

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26 de junio

20:05. ¡Haij! ¡Esto ha sido realmente fabuloso!… increíble… en serio magnífico… si pudiera gritar de felicidad, juro que lo haría….

Bueno… acabo de llegar de la casa de mis padres. Estuve casi todo el día con ellos, pero la verdad es que este resfriado me ha empeorado. Mamá me ha pedido que me quedara en casa, para cuidarme. Dijo que tenía muy mala cara… tan exagerados que son. La verdad es que estoy tan, pero tan feliz que no existe bicharraco que me haga sentir mal.

Bueno con papá estuvimos viendo los nuevos títulos de libros que andan en el mercado, me ha enseñado muchas cosas de las Editoriales y los libreros que no me las habría imaginado jamás. Me ha dejado comprometida para el miércoles y el viernes para asistir a unos lanzamientos. Bueno… habrá que ir….

Ahora sí… ahora quiero contar lo mejor de mi vida… ¡yes, yes, yes!

El jueves fue un día laboral como cualquier otro. Con Jeremy hablamos de varias cosas y le dije que sí podíamos salir por el fin de semana, porque me había logrado organizar. Se mostró bastante contento aunque me dijo que no sabía si podía hacer reservas aún.

En cambio el viernes… ¡Dios!… ¡que nervio contar esto!... bueno, en la mañana me envió un correo diciéndome que gracias a mi demora habíamos perdido la reserva. Así que tendríamos que podíamos hacer otra cosa. Igual me dio un poco de cosa, pero haciéndole un poco de caso a Carla, me lancé a la piscina. Le dije que él viera qué hacíamos… que yo era materia dispuesta… ¡Uy!

Por la tarde me dijo que no había encontrado nada bueno para pasar un fin de semana romántico, así que me preguntó que qué me parecía si teníamos un encuentro en un motel. Mm… la idea no fue tan agradable, pero bueno… Esta vez le hice caso a Berenice, mis hormonas no podían esperar más, así que acepté la invitación.

Yiyi, La peor de todasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora