En Gotham...

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El cálido vapor de los hogares salían por las chimeneas tornándose en un gélido viento mientras las húmedas y frías calles de la zona más empobrecida se mantenían un tenso silencio del que todo el mundo tenía miedo a romper, aún manteniéndose encerrados en sus casas. En un callejón que parecía ser lugar para no tan amistosas reuniones, cuatro hombres no dejaban de cuchichear impacientes mientras se mantenian en pie fumando cigarros baratos de un estanco. Aunque estos susurraban, el silencio era presente, hasta que uno de ellos decidió intolerablemente romperlo:

-¡¿Hasta cuánto vamos a tener que esperar?!

-¡Shh! No grites... - masculló el que tenía al lado dándole un golpe en el brazo - Ya estará al caer.

-Lo dudo, esto está pasando por cuarta vez y nada - protestó otro que ya lo había hecho anteriormente.

-Pero bueno, ¿es que no véis que parecéis viejas amargadas? - se rió el cuarto hombre con descaro  mirando sin miedo de los tres hombres que enseñaban sus dientes por el comentario.

-Y tú una puta barata con ese chupetón que intentas esconder con la bufanda esa de mierda - cometió el mismo acto de descaro el primer hombre -. ¿Con quién ha sido?¿Con Madeline?

-Que va - respondió con fastidio al recordar a la muchacha -. No la conoces.

-Entonces ten por seguro que no es una puta, Ben - se carcajeó bruscamente el segundo hombre.

De un extremo al otro, los cuatro hombres se dedicaron sin temor a soltar risotadas solo para olvidar el molesto frío que la misma calle hacía.

-¡Eh! - escucharon de mala gana el llamado de una voz más grave que la de los cuatro juntos - ¡Panda de pringaos...!

-¿Otra vez tú?¿Dónde está él? - se molestó en menos de unos segundos el primer hombre.

-No vendrá, payaso.

-Nos dijiste que vedría, ¿por qué ha vuelto a cambiar de opinión? - se encaminó amenazadoramente hasta el corpulento hombre de la grave voz - ¡Estoy hasta los huevos de esperar!

Sin ser consciente por su estado de ánimo que iba subiéndo enfurecedoramente, se acercó al hombre corpulento mirándole a los ojos mientras mascullaba:

-¿Es que tenemos pinta de muñecas para manejar, pequeñín?

Mientras el inconsciente hombre le amenazaba con la mirada, sus otros tres acompañantes sentían que su temor había aumentado en cuanto las palabras ofensivas salían de la boca de su amigo.

-Me ha mandado.

-¡¿Para qué, si se puede saber?!

En menos de un segundo, la cabeza del hombre terminó abatida y triturada contra la paret de ladrillos y la húmeda acera. Aterrorizados, los otros tres se quedaron petrificados, además de saber que no tenían escapatoria por ningún lado contra ese gigante.

-Que os sirva de aviso, nenas. El jefe os verá, pero cuando le de la gana y cuando lo crea conveniente. Si váis escampando por ahí lo que está por venir, acabaréis peor que vuestro estúpido amigo. Si alguien pregunta porqué ha muerto, decid que ha sido un altercado de drogas. ¿Queda claro?

Sus cabezas asentían fugazmente buscando el perdón del forzudo hombre, quién se rió deliveradamente de sus asustados rostros y congelados cuerpos.

-Adiós, preciosas.

Batman: The Dark Is BackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora