6. Te veía diferente

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Pasaron días desde la fiesta, y lo único que he hecho ha sido trabajar. Hay cosas que no entiendo, cuentas que no cuadran o sencillamente me parece estúpida su financiación, una financiación que es enviada a nadie. Así como lo digo. Mi padre dando dinero sin intereses... A mí me parece que esto es una gran trola, y también creo que esconde algo.

Ahora me encuentro en el restaurante que ahora se ha hecho costumbre ir con mi padre, y mientras comemos, no paro de hacerle preguntas sobre cualquier cosa, pero lo que de verdad quiero es que me diga a quién va ese dinero. Cosa que no le he conseguido sonsacar en toda la comida. En cuanto acabamos la comida, mi padre y yo entramos en su coche - de nuevo evitando toda clase de cámaras -, y nos dirijimos hacia mi casa.

No dejo de pensar en la fiesta. No por la verdadera fiesta que había con la gente, sino con los momentos que pasé con Bruce Wayne. Realmente me sorprendió, porque parecía que me había encontrado a su hermano gemelo que es un ángel. De verdad me había creído lo que las revistas, periódicos o redes sociales no dejaban de decir de él. A lo mejor era cierto, hasta que ocurrió algo. Algo importante para él, al parecer.

Veo que ya estamos en el asfalto de mi casa, pero antes de que me dé prisa en bajar, mi padre me detiene y dice:

-¡Oh, se me había olvidado! Dentro de una hora y media tendré visita en casa y tú tienes que estar presente.

-¿Qué?¿De quién se trata?

-Ya lo verás, y no quiero más interrogatorios.

-Pero solo quiero saber qui...

-¡Diane...!

Me lo quedo mirando algo aturdida y desprevenida por el grito, pero obedezco al silencio que me pide. O más bien me ordena.

-¿Quieres pasar la hora y media que queda para esa visita? - murmuro cambiando de tema.

Mi padre mira cualquier cosa que tenga en frente algo dubitativo a la propuesta. Por su rostro veo que se arrepiente e incomoda interiormente por el grito que me ha dado. En menos segundos de los esperados, me mira y asiente mientras suspira por la nariz.

-Vale. Bien.

Yo salgo del coche mientras que mi padre apaga el motor e imita mi acción. Ambos - sin muchas ganas, cabe decir - subimos la corta escalera. Saco las llaves para abrir, pero Claire es más rápida en su trabajo y abre la puerta con una ámplia sonrisa.

-Buenas tardes, Señorita Gruff - saluda Claire abriendo más la puerta dándonos paso -. Señor Gruff...

-Buenas, Claire. Hacía tiempo que no nos veíamos - sonríe mi padre quitándose el abrigo y dándoselo a ella.

-¿Le apetece un café o té? - sonríe Claire.

-Bueno... Sorpréndame - le dice mi padre con una sonrisa coqueta.

Me quedo ahí mirándolos. Con mi rostro totalmente asqueado y desconcertado me quedo, y ni me dedican ni una mirada. Soy la dueña del apartamento, pero bueno. En cuanto Claire se va a la cocina, mi padre me observa aún con una sonrisa tonta, pero se le quita en seguida en cuanto ve mi cara.

-¿Qué haces? - le recrimino en seguida.

-¿Qué?¿Que he hecho? - dice confuso.

-Está casada - susurro alarmándome -. Ve al comedor, ya.

-Vale, vale... - ríe mi padre por lo bajo.


* * *


Unas pocas risas invaden el salón mientras tomamos café que Claire ha tardado poco en preparar. Falta poco para que nos marchemos, pero como siempre, mi padre quiere tener la delantera, entonces decidimos irnos de inmediato. No ser que la visita llegue antes que el dueño de la mansión. Yo ya he pasado de preguntar quién es la visita. Después del grito que me ha pegado, paso de enfadarme más de la cuenta con él. Hemos tenido una charla tranquila, y mi madre era el centro de la conversación. Pero mi padre no ha hecho preguntas, no. Solo recordábamos los buenos tiempos, y también los no tan buenos.

Batman: The Dark Is BackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora