40. Nuevas vidas

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Gotham Stadium. 10.26 am.


Los pasos de los ciudadanos de Gotham se aceleran concentrándose en el estadio de fútbol de Gotham, donde el Joker les había ordenado que fueran para "una gran sorpresa". De todos los que van, una pequeña cantidad compuesta por niños, ancianos y adultos se dirigen en un convoy secreto hacia la Mansión Wayne, dirigido por James Gordon y R. John Blake.

Los que se encuentran en el estadio, pueden ver un objeto de grandes dimensiones en medio del campo de juego. No hay nadie, aún, pero no tienen buenas vibraciones de lo que vaya a pasar. El estadio se llena en cuestión de minutos, aunque algunos lugares están vacíos. El lugar se encuentra en completo silencio, ya que nadie se atreve a articular palabra para no llevarse un tiro en la cabeza. Algunos lloran en silencio, aferrándose a sus pertenencias como si éstas les fueran a salvar, otros se resignan a aguantar seriamente, pero todos están tratando de ser fuertes.

Todo el mundo, incluso los armados criminales, se ponen tensos en ver el grupo que sale de la entrada que conecta los vestuarios con el campo de juego. Se divisan al Joker, Harley, y en primera posición, Bane.

-¡Ciudadanos de Gotham! - dice Bane, con un sonido potente gracias a un micrófono - ¡Hoy... os explicaremos la situación!¡Y cuando digo "ciudadanos de Gotham": sí, los que han matado y robado también!

Se oye en un diminuto eco la risa del lunático del pelo verde, seguida por la de su compañera.

-¡Bien...!¡Éste aparato que veis aquí... os voy a contar qué es y qué hace exactamente!¡Es, en pocas palabras, una mina!¡No está activada... aún!¡Lo que va a hacer ésta maravilla es explotar si cualquiera intenta salir de la ciudad por el medio que sea!¡Quién sea tan egoísta de querer salir e intentarlo, esto lo detectará y no solo moriréis todos sino que Gotham dejará de existir...!¿Sí?

Bane iba a pronunciar otras palabras, pero el Joker le roba el micrófono en cuestión de segundos.

-¡BIEN, BIEN, BIEN!¡YO QUIERO ACLARAR... que nadie va a salir, y os voy a contar porqué: ESTO ES PERMANENTE!¡Estáis encerrados en vuestras nuevas vidas, así que... ADAPTAOS!¡Si os roban, lo aceptáis!¡Si os matan, TAMBIÉN!¡HA!



La Mansión Wayne. 10.43 am.


Mientras los nuevos líderes anarquistas de Gotham dan su aterrador y crudo discurso, Gordon hace bajar de varios coches con un aspecto más civil que policial. De ellos salen primeramente los críos que, aún aterrorizados, observan la mansión como un gran tesoro encontrado.

-Ma, ¿aquí vive Bruce Wayne, cierto? - murmura un niño a su madre.

-Sí, cariño, pero no lo veremos. La policía ha dicho que Bruce Wayne está escondido en otro lugar - le responde con el mismo tono de voz.

El grupo policial que ha podido ayudar en la misión van armados por si las moscas. Sus manos se encuentran apoyadas en el mango de las pistolas, las cuales están en las fundas de todos. Solo por si las moscas. La puerta es abierta por Alfred y, con sus manos y una sonrisa, señala que entren.

-Pasen, por favor.

Los adultos, ancianos y niños entraron con cierta prisa para estar en un lugar el cual les prometieron que era seguro. Mientras, en la cueva, Diane se encontraba entrenando. Estaba ya bien enterada de lo que sucedía arriba gracias a los mensajes de Gordon. Ahora Diane, cada vez que bajara hacia ahí, tenía que tener precauciones para que nadie la viera ni a ella ni a la pared del ascensor. Todo esto está en su mente en estos momentos, mientras no para de golpear un muñeco de entrenamiento. En eso, Alfred ya no suponía un problema ni impedimento moral para Diane. En la noche pasada ya le mencionó todo de la cueva y su entrenamiento que alivia su dolor. A Alfred no le parecía la mejor idea del mundo, pero esperaba y confiaba en que Diane no tomara una mala decisión que pudiera lamentar.

Sin que Diane sepa, Alfred y Gordon están bajando el ascensor. Por alguna razón, Alfred confía en Gordon para guardar el secreto. Las puertas se abren, dejando ver a un más que sorprendido James Gordon.

-De acuerdo. Realmente no estabais bromeando... sobre... Bruce - murmura.

Diane oye esa reconocible voz y se asoma alarmada. Ve a Alfred y Gordon, así que baja las escaleras rápidamente.

-Hey - alza la voz Diane una vez ha bajado las escalera, y no para de mirar a Alfred tratando de buscar una respuesta.

-Em... Hola, Diane. Te abrazaría pero estás llena de sudor, así que mejor no - bromea Gordon.

-No es por parecer antipática ni nada pero... Alfred, ¿qué...? - señalo a Gordon y ambos ríen levemente.

-Lo sé, Diane, pero creo que a estas alturas ya da igual.

-No, no da igual. Igualmente no se puede saber de Batman.

-Diane - les interrumpe James -, no diré nada. Te lo aseguro. Mantendré alejada a la gente del pasillo en que está la puerta, ¿de acuerdo?

-¿Los mantendrás alejados? - preguntó sin entender.

-Me quedaré en la mansión unos días. Tenemos orden del Comisario de escondernos hasta nuevo aviso, somos blancos fáciles ahora mismo.

-Creí que debía enseñarle esto, para demostrarle - ríe levemente Alfred.

-Sí, sí. Me lo creo... - suspira de nuevo al revisar la cueva con un vistazo.

-Em... Respecto a lo de la gente, creo que me quedaré aquí.

-¿Qué quiere decir? - dice Alfred confuso.

-Me buscan, Alfred. Si alguno de los ciudadanos me ven y se les escapa donde estoy, todos de aquí están condenados y yo muerta. Debo esconderme aquí.

Ambos asienten levemente, se miran y sin decir nada están de acuerdo asintiendo de nuevo.

-¿Estabas entrenando? - murmura Gordon.

-Sí, algo de artes marciales mixtas... - responde Diane, sintiéndose rara usando un vocabulario al que no suele recurrir.

-Puedo ayudarte - sonríe Gordon.

-¿Ayudarme?¿Cómo?

-Eh... Aunque parezco un viejo, no he llegado a ser Inspector sentado en una silla de despacho - bromea - Puedo ayudarte con defensa personal, si es lo que buscas.

-¿En serio? Sería genial, Jim. Gracias.

-De acuerdo - sonríe -. Creo que iré a ayudar a instalar a la gente. Aquí hay habitaciones para hacer un hotel, la verdad...

James Gordon va al ascensor, buscando el botón porque no sabe muy bien cómo funciona. Por ello, Alfred va con él riendo para poder salir. No se puede salir de ahí de la misma forma que se entra: con una huella dactilar con acceso. James y Alfred entran, despidiéndose de Diane.

-A las 7 de la mañana, entonces - dice el Inspector antes de que las puertas se cierren.

-¿Qué?¿A las siete? - murmura Diane, ahora para ella sola - Muy bien...

Diane se quita el sudor de la frente con su antebrazo y cae en la cuenta de algo.

-¿Alexander?

-¿Sí?

-¿No habrá por aquí una cama?

-Sí, señorita.

-Bien.

-¿Quiere sábanas o colchas de algodón? - añade.

-Oh... Colchas está genial. Hace algo de frío aquí abajo.

Batman: The Dark Is BackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora