3 meses y medio después...
¿Cuánto tiempo he estado en Gotham? Llegué en noviembre. El invierno estaba al caer. La nieve ya caía. Pasó noviembre. En diciembre fue la aparición del Joker, y el regreso de Batman. Y fue la caída de la ciudad.
Enero, febrero, marzo...
Casi cuatro meses de suspensión en un caos, con la sensación de una cruel eternidad. Sin racionalización ni ayuda. Lo mejor es que resultó ser todo una patraña. No habían tres bombas. Jugó con nuestras mentes. Es cierto que al final sí que había una real, bajo la plaza, justo donde el gran almacén bajo suelo del ayuntamiento. Costó sudor y sangre para desactivarla de cualquier cosa que pudiera detonarla.
En cierta manera, nos ganó.
Engañó a todo el mundo para demostrar algo: cómo de egoísta puede llegar a ser el ser humano. Lo consiguió. Estuvimos encerrados por una mentira.
Afortunadamente, todo eso ha terminado. La ciudad respira alivio. Es algo que nunca se olvidará, quedará marcado en la historia y, en el fondo, será difícil de perdonar. Al tiempo, al gobierno, a la gente, a los que lo provocaron... Sea a quien sea. No obstante, se apreciará cada momento y no se dará importancia a las pequeñas y estúpidas disputas, a los cabreos... Se apreciará la vida. Lo hacemos ahora, todos.
Es 10 de julio. El verano se ha cernido en Gotham, y se ha agradecido tanto, que se puede notar en el ambiente. Como si un girasol se levantara en sentir el sol. No recuerdo nada de lo que pasó después del ayuntamiento, desde aquel momento. Le maté. Maté a alguien. Bruce me ha repetido varias veces que no debería sentirme culpable, que sino era yo, era la justicia. Me ha dado muchas razones creíbles, pero en mí siempre queda la astilla del acto cometido. Sus ojos clavados en mí están gravados en mi mente. Tan pálidos como la nieve cuajada y tan oscuros como la sangre. Trato de no pensar. No quiero que me domine su pensamiento. Quiero olvidarlo, para que muera para siempre.
Recuerdo despertarme en un hospital. Estaba sola en la habitación. Apareció una enfermera y avisó rápidamente a la doctora. Apareció acompañada de Bruce. Me hicieron preguntas de cómo me encontraba, si sentía algo mal dentro o en mi cabeza o cualquier lugar. Tengo más presente de ese momento que no podía apartar los ojos de los de Bruce. No morí. Estaba tan sorprendida que no podía dejar de mirarle como si estuviera buscando una respuesta en sus ojos, cuando en realidad los suyos mostraban las mismas ansias. La misma felicidad. Luego me dijeron que estuve durmiendo por dos semanas, que fue una operación difícil y tuve mucha suerte. En todos los aspectos: material sanitario, doctores... Con ese caos, fue difícil encontrar cirujanos.
Pero aquí estoy.
Fue una recuperación lenta. Estuve mucho en el hospital, al igual que Bruce, Alfred y mi madre. Sí. Bruce la llamó, le dijo lo que me había pasado, omitiendo algunos detalles como Batwoman. Por supuesto.
F l a s h b a c k
Abril fue un mes de recuperación total. Estaba estirada en la camilla, como los otros 23 días. Bruce estaba sentado a mi lado, llevando una camiseta de manga largo oscura y unos pantalones tejanos. Era divertido verle así. No suele llevar tejanos. Estábamos hablando, tonterías. Él siempre hablaba cualquier tontería para distraerme, para sacarme una sonrisa.
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Batman: The Dark Is Back
أدب الهواةDiane Gruff es un mujer que se acaba de mudar a Gotham por negocios, ya que es la hija de uno de los empresarios más prestigiosos de Gotham: Henry Gruff. La heredera de la empresa de su padre aprende a adaptarse a la ciudad de Gotham gracias a las...