Batman: The Dark Is Back

En Gotham...

-¡Jefe!¡Jefe! - gritaba el hombre grande y musculoso por los pasillos oscuros y estrechos de aquel maloliente y estancado lugar - ¡Jefe!

Entró rápidamente en la habitación donde solo se encontraba el sillón de color vino ya demasiado rasgado para que alguien se sentara en él, pero nadie se atrevía a tocarlo.

El Joker se encontraba sentado en el suelo, apoyado en la sucia pared. No se molestó en gritar, ni siquiera a mirarle. En ese momento estaba en sus pensamientos, unos oscuros y agudos pensamientos.

-Dime - murmuró sin alzar su cabeza.

-Ya hemos hecho lo pidió, Jefe. Ya están listos todos - dijo el hombre grande y musculoso con una sonrisa.

-¿Los de la calle principal también?

-Sí, Jefe.

-¿En las cuatro esquinas?

-Sí, Jefe, todos listos.

-¿El arsenal nuevo?

-También, Jefe.

-Bien... - una sonrisa fue apareciendo en ese rostro escondido, hasta que se alzó de un salto y comenzó a bailar por toda la habitación - Dime algo, Tuck, ¿te gusta bailar?

-Bueno... No he bailado demasiado en mi vida, Jefe - ríe.

-¡Pues practica! Porque dentro de poco... te vas a hartar a bailar cuando las calles de Gotham solo estén ocupadas por seres que no ansia ver la gente manipuladora y falsa que las habita ahora mismo - masculla, frenando sus pasos deliberados -. Bueno... ¡Es la hora!

-¡Por fin! - añade con peloteo Tuck.

-Tuck, tráeme el teléfono.

El hombre grande y musculoso salió de la habitación rápidamente, pero de igual manera volvió con un teléfono móvil plateado. El Joker lo tomó en seguida de las manos de Tuck y comenzó a teclear hasta dar con un número que le sacó una sonrisa aún más amplia. Esperó y esperó, y ay se estaba preocupando. Su respiración iba acelerada de la rabia y la misma preocupación.

-¿Sí...? - finalmente contestó.

-Ya es la hora... - sonrió el Joker, alegre de escuchar su voz y por las ansias de ver como Gotham caía de una vez por todas en caos.