30. Aquí estoy

3.4K 309 56
                                    


Mis ojos se abren sin ninguna dificultad, casi ha sido igual de fácil que respirar. Me he despertado feliz, no sé si ha tenido algo que ver el cielo. Puedo verlo al completo por el gran ventanal. Está en un azul muy claro, con algunas nubes completamente blancas tapándolo levemente, y unos diminutos rayos de sol postrándose sobre la colcha de la cama. No parece un día de otoño, ni de invierno, y eso que se acerca.

Un vez pongo mis pies sobre el frío suelo, me encamino a la puerta estirándome al completo y la abro. En cerrarla, oigo el golpe el doble de lo que debería haber sonado tras cerrarla, y es que no era la mía. Observo al pasillo del frente y es Bruce, que también se ha despertado. Me mira con una sonrisa a la vez que nos encaminamos para vernos cara a cara.

-Buenos días - sonríe resguardando su manos en los bolsillos -. ¿Café?

-Por favor y gracias - bromeo.

Juntos vamos a la cocina, y sé que de vez en cuando me va echando una mirada, aunque yo hago que no tengo idea. En llegar, para nuestra sorpresa, vemos que Alfred ya se encuentra cocinando con dinamismo.

-Buenos días, Señorita Gruff - me sonríe rápidamente.

-Buenos días a ti también, Alfred - dice sarcástico Bruce, incrédulo por no recibir un buenos días.

-Señor Wayne, la despensa se está quedando ya vacía - dice evitando su sarcasmo con una leve carcajada -. Esta tarde iré a la ciudad a comprar.

-De acuerdo, pero ten cuidado.

Mientras Alfred terminaba de hacer el desayuno de ambos, decidí tomarme una rápida ducha para poder asearme y sentirme algo más despejada. En terminar de secarme el cabello y vestirme de nuevo, volví a la cocina, pero Bruce ni el desayuno estaban. Solamente se encontraba Alfred lavando unos pocos platos.

-El Señor Wayne la espera en la zotea - me sonríe Alfred.

-¿En... la zotea?

-Subiendo las escaleras, el pasillo que hay justo a la derecha y escaleras arriba.

Las indicaciones de Alfred me son algo confusas, ya que no he subido nunca más allá de la planta donde se encuentran las habitaciones. Sin añadir nada y con curiosidad, me voy de camino a este misterio. Subo las escaleras, cruzo el pasillo y a subir más escaleras que tienen forma de caracol. En los poco escalones que queda, puedo ver algo sorprendente.

-Hola - dice con tono de sorpresa Bruce, como si hubiera llegado por mi cuenta a esta zotea cubierta de cristal.

-Em... Hola - río.

Las paredes y techo está hechas de cristal, y cada parcela del material se encuentra sujetada por barras de metal negras que van creando un dibujo a medida que van creciendo hacia arriba. El suelo es completamente blanco, y en la sala se encuentra una mesa con dos sillas y en el fondo unos sofás.

-Pregúntame cuál es mi parte favorita de toda la casa - sonrío.

-¿Cuál es tu parte favorita de toda la casa?

-Ésta - río -. Definitivamente ésta.

Ambos sonreímos mientras tomo asiento. Bruce se encuentra leyendo un periódico local, lo cuál me causa curiosidad.

-¿Qué dicen? - murmuro tomando después un sorbo de café.

-Que tienen miedo - responde, serio -. No con esas palabras, pero sí entre lineas.

La verdad, no quiero saber cómo está la ciudad. Ahora mismo me siento en una burbuja: estoy aquí, a salvo, con Bruce, como si nada de lo que he vivido hubiera sucedido. Creo que el tiempo de hacer algo se acerca, no puedo seguir así... No siento que sea lo correcto, pero tampoco sé qué debo hacer.

Batman: The Dark Is BackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora