52. Desfogo

1.4K 145 8
                                    


Las gotas de lluvia rebotaban y se impregnaban en los grandes ventanales de la habitación de Diane y Bruce. La mañana había llegado con unos nubarrones blancos y de diferentes tonos grisáceos, listos para descargar los litros de agua que les harían bien a muchos de los ciudadanos de Gotham. 

Diane, acurrucada en la almohadas y en la colcha blanca con olor a lavanda, se despierta notando de primeras la ausencia de Bruce en esa misma cama. No se alarma, ya que sabe perfectamente que a esas horas se encuentra en la cueva con Gordon. Entrenando. Y ahora que lo pensaba, le habían entrado unas ganas de ver cómo iban. Es por eso que, después de desayunar, se vistió adecuadamente para entrenar ella también por su cuenta. Había espacio de sobras para más, incluso. Con ropa de deporte, se encamina hacia el pasillo que estaba desocupado de la mansión, el del ascensor hacia la cueva. En llegar ahí mismo, retumba de nuevo el sonido de la cascada en sus oídos. En cuestión de ojos, Diane observa que no había nadie en la planta baja. Oye unos quejidos y gritos de rabia en la planta del gimnasio. Sube las escaleras tratando de no hacer ningún ruido. No quiere ser percibida, por si afecta en algo a Bruce. Una vez las ha subido por la banda de las columnas de piedra, se esconde en una. Ve a Gordon esquivando una y otra vez los movimientos de Bruce, los cuales no son malos pero son lentos. Diane le observa, y ve en su expresión corporal la rabia que éste siente. Sabe que podrá conseguirlo. De la manera que sea, ha superado cosas peores. Sabe que Bruce podrá luchar contra sus miedos.

Tenía intención de irse hacia otro lugar. Había cambiado de idea. Sería mejor no entorpecer todo en lo que Bruce se está esforzando. Decidiendo tal cosa, trata de irse con la misma delicadeza e insonorizad, pero tropieza levemente haciendo que la goma de las bambas chirríen. Definitivamente ambos se giran frenando su movimientos para ver de donde ha venido, y ven a una Diane de espaldas, mostrando un arrepentimiento con los hombros. Ésta se gira viendo a un Gordon riéndose levemente. Bruce, por el contrario, se aleja hacia su toalla y se seca la cara quitándose el sudor.

-Diane, buenos días - saluda Gordon algo cansado -. ¿Fisgoneando?

-Iba a entrenar, la verdad - murmura.

Sus ojos no dejan de bailar en busca del rostro de Bruce, pero éste no deja de darle la espalda a Diane.

-Tranquila, puedes hacerlo donde quieras - sonríe Gordon.

-¿Habéis terminado?

-No, no. Solo hemos calentado. ¿Me oyes, Wayne? - alza el tono para que le oiga.

-Llevamos horas, ¿no podemos dejarlo para mañana? - refunfuña Bruce ya mostrando su rostro.

-No. Venga. No te estorbaremos - sonríe.

Diane se iba a encaminar en busca de unos guantes de boxeo y vendaje, pero sus pasos son frenados por la voz de Gordon.

-Espera... ¿Qué te parece si nos ayudas?

Para Bruce fue la gota que colmó el vaso.

-No - pide de inmediato Bruce.

-Aquí no decides tú ahora mismo, me parece - se mofa de él James.

-No me hables así, Gordon.

-Bruce, ¿qué es lo que te ocurre? - murmura Diane, seria.

Bruce la mira, pero no puede soportar posar más la vista sobre esos ojos llenos de cierta decepción. Aparta sus ojos oscuros de los caramelizados de ella. 

-Me da la sensación de que sobro... - murmura Gordon.

-No, no te vayas - dice directamente Diane, encaminándose hacia Bruce -. Tú. Bruce. ¿Qué te pasa?

Batman: The Dark Is BackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora