CAP 1: Incest

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Desperté temprano por la mañana, y me vestí con uno de mis vestidos favoritos. Me arreglé el cabello y lo dejé suelto, cayendo perfectamente desordenado sobre mis hombros. Me coloqué un poco de perfume y me observé en el espejo. Sonreí al ver el collar con un dije de un león que me había regalado mi tío Tyrion.

Decidí bajar las escaleras al estar lista, pues aún no había amanecido y me encantaba ver el amanecer desde el balcón de una de las muchas habitaciones que había en el castillo. Comencé a tararear la canción típica de los Lannister, que siempre oía cantar a mi tío Jaime, cuando oí unos sonidos extraños. 

Fruncí el ceño, extrañada y decidí seguir esos sonidos, parecía una mujer siendo torturada y un hombre gruñendo o algo así. Mi corazón se aceleró al pensar que estaban torturando a alguien, así que corrí a ver si podía ayudar. Abrí la puerta de la habitación de la que provenían los sonidos extraños y maldije por dentro.

¿Qué hacía mi madre desnuda sobre mi tío Jamie desnudo?

–¡Sisabella! –El grito de mi madre me hizo quedar helada.- Nos vio... nos vio... –Oí que susurró a mi tío.

Tragué con dificultad y salí corriendo a toda velocidad, porque sabía lo que significaba esto. Estaba en graves problemas al haberlos descubierto.

Corrí y corrí por todo el castillo, hasta que me metí en una habitación cualquiera, totalmente nerviosa y exaltada.

–¿Sisabella? ¿Qué haces aquí? –La voz de mi pequeño hermano menor me hizo sobresaltar. Había ido a parar a la habitación de Tommen.

–¡Tom! –Susurré.- Nadie debe saber que estoy aquí, me metí en graves problemas. –Mi hermano asintió, nervioso.- Escucha, tengo que dejar el desembarco del rey.

Pensé en varias opciones, y todas me hacían nerviosas. Ahora todo tenía sentido. Por qué mamá me quería menos que a mis hermanos, por qué mis hermanos eran rubios si todos los Baratheons eran de cabello oscuro, como mi padre y yo, por qué yo era la única de mi familia que se parecía físicamente a mi padre.

Tommen, Myrcella y Joffrey eran hijos del incesto entre mi madre y mi tío Jamie. Yo era la única Baratheon original, y probablemente se iban a deshacer de mí por ello.

–¿Por qué? –Los ojos de mi hermanito de diez años se llenaron de preocupación.- ¿A dónde irás?

–Estoy en serios problemas. Quizás vaya a buscar al tío Tyrion, pero no estoy segura. –Suspiré. Miré a mi hermanito con los ojos cristalizados y le di un gran abrazo.- Te quiero, Tom. Espero volver a verte pronto.

–Yo también, Sisabella. –Me correspondió el abrazo.

Me separé de él lentamente y besé su frente, para después colocarme una capa con capucha y salir rápidamente del lugar. Corrí fuera del castillo por los lugares que mejor conocía, por donde sabía que sería el último lugar en el que me iban a buscar.

Al llegar al pueblo fuera del castillo, corrí hasta una herrería y me metí ahí, en busca de algo para defenderme cuando me vaya o que se yo. En una esquina vi una espada que llamó mi atención, era como una espada cualquiera, pero yo sentía en su esencia que algo no era normal.

La tomé rápidamente y me la colgué a la cintura. También tomé un pequeño cuchillo y salí corriendo de allí, para robar un caballo blanco del establo de los guardias reales. Monté el caballo y comencé a cabalgar por el pueblo, hasta salir del desembarco del rey.

Cabalgué todo el día sin descansar, por medio del bosque y sin mirar atrás. Al anochecer decidí parar en medio del bosque y me dispuse a hacer una pequeña fogata. Suspiré y me acosté para descansar un poco. 

Desperté con los rayos del sol. Monté mi caballo y de nuevo me dispuse a cabalgar al norte, sin rumbo. Podría encontrar refugio en alguno de los pueblos pequeños del norte, si aún no han lanzado alguna noticia que fuera una mentira sobre mí. ¿En qué estaba pensando? ¿Qué carajos va a hacer una chica de catorce años sola?

Cabalgué todo el día, hasta que llegué a un pequeño lugar donde creía que podría pasar la noche. Suspiré e ingresé al lugar, donde habían varios hombres comiendo y bebiendo vino. Tragué con dificultad y me senté alejada del mundo.

–¡Traigan comida y vino para la señorita! –Una voz masculina se sentó a mi lado y maldije por dentro.- Yo invito. –Sonrió.

Giré para verlo y me encontré con un viejo con cara de pedófilo a mi lado. Traté de sonreír agradecida, y asentí levemente.

–Gracias, mi Lord.

–Yo invito, con una condición. –Agregó.- Pasarás la noche conmigo, mi Lady.

–Cuando termine de comer, con gusto. –Guiñe, coqueta. Este tipo me daba asco, pero si quería comer, tendría que seguirle el juego y luego planear algo para no ser vilmente violada.

Minutos después, ya había terminado de comer y de beber un poco de vino, así que el viejo pedófilo me llevó hasta un pequeño establo detrás del lugar. Comenzó a besar mi cuello y fingí que me gustaba, mientras disimuladamente sacaba el pequeño cuchillo que tenía.

Respiré hondo y sin pensarlo dos veces le clavé el cuchillo en la garganta, provocándole una muerte no muy bonita. Limpié el cuchillo con su ropa y lo guardé de nuevo. Salí del lugar procurando no ser vista y sonreí, caminando a buscar a mi caballo para continuar mi viaje sin rumbo.

Dos manos me cubrieron la boca y me llevaron arrastrando hasta el bosque, donde yo apenas podía ver algo.

–Una chica no debería andar sola tan tarde por la noche. –Habló la voz, calmada. Entré en pánico y me liberé, desenvainando mi espada rápidamente. El hombre me desarmó con un movimiento rápido y me miró, serio.- Una chica está siendo buscada por guardias reales, y un hombre sólo quiere ayudar.

–¿Quién eres tú? –Gruñí, nerviosa.- ¿Qué es lo que quieres?

–Una chica no tiene por qué temerle a un hombre. Un hombre puede enseñar a una chica a pelear.

–¿Por qué quieres ayudarme? –Fruncí el ceño.

–Una chica mató a un hombre que violó y mató a la hermana de un hombre. Un hombre quiere ayudar.

–¿Quién eres? –Lo miré, extrañada.

–Jaqen H'gar.

Asentí y recogí mi espada, para guardarla en su lugar. Aunque el tipo era un guardia de Harrenhall, o parecía serlo, subí a mi caballo y el tal Jaqen subió al suyo, ambos comenzamos a caminar por el bosque en medio de la oscura noche. Al menos este tipo me enseñará a pelear.  

The Crow Girl (Jon Snow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora