The Crow Girl (Jon Snow)

CAP 17: Jon did what?

–No. –Respondió Jon. Solté un suspiro de alivio.

–¿No? Tú levantaste tu espada contra otro hermano de la guardia de la noche. ¿Cómo le llamas a eso?

–Él quiso que yo lo matara. –Miré a Hornwood confundida y él me miró del mismo modo.

–Bastardo, hijo de un traidor. ¿Qué esperaban? –Habló Janos Slynt, el chupamedias de Thorne.

–Mediamano creía que la única oportunidad que teníamos para descubrir los planes de Mance era si uno de nosotros se infiltraba en su campamento. –Se defendió.

–No hables de Mediamano como si lo conocieras. –Gruñó Thorne.- Era mi hermano.

–Entonces usted sabría que él hubiese hecho hasta lo imposible para defender el muro. El pueblo libre lo habría hervido vivo, pero dejar que yo lo matara...

–¿El pueblo libre? ¡Escúchenlo! ¡Ya habla como un salvaje! –Gruñó Janos. Rodé los ojos, aceptando que tenía razón. Odiaba a los salvajes tanto como cualquiera aquí.

–¡Sí, hablo como un salvaje! –Gruñó Jon, elevando su tono de voz.- Comí con los salvajes, escalé el muro con los salvajes, yo...

–¿Me estás jodiendo? –Susurré, mirando a Hornwood incrédula.

–...me acosté con una mujer salvaje. –Finalizó.

Al escuchar esas palabras, sentí el sonido de diez mil millones de vidrios romperse en mil pedacitos a todo mi alrededor. El tiempo se detuvo y esa frase se comenzó a reproducir sin parar en mi cabeza.

"Me acosté con una mujer salvaje."

¿En serio Jon había hecho eso? ¿Por qué?

Miré a Hornwood y por primera vez en toda mi vida, vi una mirada en él, que jamás me había dado: una mirada de lástima.

–Sisa... –Comenzó a decir.

No dejé que hablara, simplemente me levanté y salí corriendo de allí. No planeaba ir a mi habitación, porque sabía que todos me buscarían ahí. No planeaba subir al muro, porque sabía que Hornwood me buscaría ahí. Corrí hasta una puerta a la que nadie jamás entraba: la alacena, donde guardaban comida y todas esas cosas.

Abrí una de las gavetas y, para mi suerte, se encontraba vacía. Me metí ahí, me hice bolita y cerré las pequeñas puertas. Abracé mis rodillas y hundí mi cabeza en ellas.

Sentí mis mejillas mojadas, y noté que estaba llorando. ¿Por qué estaba llorando?

Quizás sentía que Jon me había traicionado, al meterse con salvajes, con esos mismos salvajes que me obligaron a matar a Zard.

Quizás me dolía haber estado preocupada por él por tanto tiempo, mientras él la pasaba genial, cogiendo con una estúpida mujer salvaje.

Quizás... no lo sé.

Simplemente sentía como si me hubieran apuñalado el corazón. ¿Qué sentimiento era este? ¡Joder! ¡Quítenmelo! ¡No quiero sentirme así!

¡Estúpido Jon! ¡Estúpidos salvajes! ¡Estúpida mujer salvaje! ¡Estúpidos todos!

–¿Sisa? –Me sobresalté al oír una voz conocida hablarme. Levanté mi cabeza y noté que las pequeñas puertas del gabinete en el que me encontraba estaban abiertas, y vi que Pyp y Tim se encontraban mirándome con preocupación.

–¿Qué haces aquí? –La tierna voz de Pyp me habló.- ¿Te encuentras bien? ¿Qué sucedió?

–Estoy bien. Tan sólo estaba... –Busqué alguna cosa para poner como excusa, y tomé una cebolla de una bolsa.- ¡...contando las cebollas!