CAP 42: A good question

2.8K 232 32
                                    

La verdad es que no entendía nada de lo que había sucedido en mi sueño, pero había estado feliz de haber vuelto a hablar con mis seres queridos al menos una vez más.

Me levanté y junto a Hornwood caminamos hacia la entrada del muro.

Se escuchó el cuerno sonar una vez y pocos minutos después, la puerta del túnel se abrió, para dejarnos pasar al castillo negro.

Edd fue el primero en salir y me miró sorprendido.

Olly apareció a su lado y me sonrió, para luego correr hacia mí a toda velocidad y darme un abrazo.

–¡Sisabella! –Susurró, abrazándome con fuerza.

–Olly... –Susurré como pude y lo rodeé con mis brazos también.

Edd se acercó a Hornwood y lo recibió con un abrazo, luego me abrazó a mi como si no quisiera soltarme y me susurró en el oído.

–Tengo que decírselo a Jon. Estará muy feliz.

Thorne fue el siguiente en acercarse a mí, y por alguna razón lo vi con los ojos brillando, era algo extraño ver esa mirada en él, pero traté de restarle importancia.

–Baratheon... –Exclamó, y me rodeó con sus brazos.

Me paralicé y fruncí el ceño.

¿Alliser Thorne, abrazándome? ¿Qué carajos?

–Ya suéltame, Thorne. –Dije, incómoda.

Eso pareció hacerlo pisar tierra, pues me soltó.

–Lo siento, es sólo que había estado preocupado.

Asentí confundida y preferí no hacer comentarios.

–¡Sisa! –La voz de Sam hizo que una gran sonrisa se escapara de mis labios.

–¡Sam! –Grité y corrí a abrazarlo con fuerza.

–¡Estás viva!

Nos quedamos abrazados por varios minutos, hasta que se separó de mí para girar a ver hacia el túnel.

Imité su acción y vi esos ojos grises como una tormenta.

Me estaban mirando desde la entrada del túnel.

Sentí como si el ejército de los caminantes blancos estuvieran dentro de mi estómago.

–Jon... –Susurré al aire, y corrí hacia él.

El pareció no poder creer que había sobrevivido, pues no se movía de su lugar. Al menos, no lo hizo hasta que lo rodeé con mis brazos.

Jon me agrazó como si mañana se fuera a acabar el mundo y me pegó más a él.

–Sisa... Creí que te había perdido... –Sollozó, había roto en llanto.

–No vas a deshacerte de mí tan fácilmente, Snow. –Una pequeña sonrisa se escapó de mis labios.

–Te amo. –Fue todo lo que dijo, antes de besarme con desesperación.

Le correspondí, pero no de la manera que sé que él hubiera querido.

Rompí el beso luego de unos segundos y él me miró con confusión. Pude ver su rostro iluminado por las antorchas.

Sus ojos estaban hinchados, había estado llorando por mí.

¿Y qué estaba haciendo yo?

Besándome con mi mejor amigo y dejando que ese idiota clavara la duda e inseguridad en mí.

Dioses, soy una mala persona.

–Vamos a la habitación, de seguro estás cansada. –Dijo, mirándome con preocupación.

–Creo que esta noche dormiré en mi habitación. –Dije, tragando con dificultad.

–Oh. –Asintió, mirándome de una manera que partió mi corazón a la mitad.

No quise seguir en ese lugar así que caminé hacia mi habitación y me metí allí, para no dormir nada por el resto de la noche.

No pude pegar un ojo, recordando mi sueño de hace unas horas.

¿Realmente aquellas personas que murieron me habían visitado en mi sueño para advertirme sobre algo?

¿Para decirme la verdad sobre Jon?

¿Era eso, o solamente un producto de mi retorcida mente?

No pude dormir, así que me levanté, tomé un baño, me vestí y caminé hacia la sala común, ya que estaba amaneciendo.

Habían solamente siete u ocho personas desayunando, así que me senté sola, en una esquina y me dediqué a comer un poco.

Luego sentí que alguien se sentó a mi lado y yo no quise levantar la mirada porque sabía quién era.

Era Hornwood.

–Princesa, tenemos que hablar. –Dijo, y seguí sin mirarlo.

–No hay nada de qué hablar, Hornwood. –Musité.

–Sisa, por favor... Sobre lo que pasó...

–¿Qué quieres que te diga? –Fruncí el ceño y lo miré, molesta conmigo misma.- ¡Tú deberías estar feliz! ¡Lograste tu objetivo! ¡Plantaste la duda en mí!

–¿Qué yo hice qué? –Me miró sorprendido.

–¡Nada, Hornwood! ¡Nada! –Gruñí y me levanté, para salir de la sala hecha una furia.

Caminé molesta hacia la biblioteca, porque era obvio que nadie se encontraría allí tan temprano por la mañana.

Y entonces oí una voz tarareando y noté que Gilly y su bebé estaban allí.

–Gilly. –Saludé, con una leve sonrisa.

–¡Sisa! –Sonrió ampliamente y me abrazó.- Sam y el pequeño Sam estuvieron muy preocupados por ti...

–¿Pequeño Sam? –Pregunté, confundida.

–Así le puse a mi bebé.

Una gran sonrisa se me escapó.

–¡Sisa! –La voz de Sam bajar las escaleras llamó mi atención.- ¡Tienes que contarme todo!

Asentí y Sam se sentó en una silla mientras Gilly arrullaba al pequeño Sam.

Y comencé a contar todo, desde que aparecieron los caminantes blancos hasta el rescate de Hornwood, lo que pasó en la cueva y una parte del sueño, omitiendo lo que me dijo Ned Stark sobre el verdadero origen de Jon.

–Y Sam, necesito un consejo. –Dije, finalizando de contar la historia.

–¿Qué consejo? –Preguntó.

–¿Qué se supone que debo hacer ahora si estoy confundida? –Pregunté, mirándolo preocupada.

–¿Qué más? –Habló Gilly, interrumpiendo.- ¡Quedarte con Jon porque lo amas!

–Eh, Gilly querida, –Habló Sam, con su voz tierna.- no es tan fácil después de lo que pasó con Hornwood.

–Claro que sí. Dijo que ama a Jon, ¿Entonces por qué se hace tan difícil escoger?

Buena pregunta, Giily.

Buena pregunta.

Pero no tengo tu buena respuesta.

The Crow Girl (Jon Snow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora