CAP 9: He's dead

6.5K 449 41
                                    

Finalmente los nuevos serían parte de nosotros. Se hizo el mismo procedimiento: Mormont pidió voluntarios para decir su juramento en el bosque de los dioses y hubo dos voluntarios: Jon y Sam.

Cuando ambos regresaron, y el resto hizo su juramento, Mormont delegó sus trabajos. Yo simplemente presté atención a los que me importaban: Edd fue elegido para ser explorador. Grenn fue elegido para ser explorador. Pyp fue elegido para ser mayordomo. Sam fue elegido para ser mayordomo. Jon también fue elegido para ser mayordomo, lo cual me extrañó, porque él era el mejor guerrero de la tanda de nuevos y merecía ser explorador.

Miré a Jon y él me devolvió la mirada algo dolido. Suspiré y no pude hacer más que susurrarle un "lo siento" a la distancia.

–¡Lord Commander! –Uno de los miembros más antiguos se acercó a Mormont, preocupado. Le susurró algo al oído, y pronto tres cadáveres fueron llevados hasta su despacho.

Mi corazón se aceleró, e intercambié una mirada nerviosa con Hornwood. Él me miró negando, modulando con los labios "No hagas nada estúpido.", pero lo ignoré y corrí hasta el despacho de Mormont, metiéndome sin permiso. Mormont me miró y suspiró sin decir nada. Comenzó a caminar y yo lo seguí, hasta una especie de cama, donde dos cuerpos se encontraban allí, cubiertos con mantas.

Mordí mi labio inferior y destapé el rostro del primer cadáver. Era parte del grupo de exploración de Benjen. Suspiré, tratando de calmarme. Muriendo de ansias, destapé el rostro del segundo cadáver y mi corazón se aceleró, mis ojos se empañaron y mis dos manos cubrieron mi boca.

Era él.

Num.

Había muerto. Y era mi culpa.

Mormont trató de calmarme, pero lo ignoré y salí corriendo de allí. Salí del despacho del Lord Commander y corrí hacia mi habitación, chocándome con Hornwood a la mitad de mi camino.

–¿Estás bien? ¿Qué pasó? –Me miró con preocupación.

–Num. Es uno de los cadáveres. –Sollocé, y Hornwood me abrazó sin decir nada más. Lo abracé también y escondí mi rostro en su pecho.

Me separé de él y me fui sin decir nada. Él trató de seguirme, pero vi que Mormont lo detuvo, pues sabía cómo me ponía cuando algo malo pasaba con quienes quería. Necesitaba estar sola. Me encerré en mi habitación y me tiré sobre mi cama a llorar.

¿Por qué siempre le pasaban cosas malas a las personas a las que yo quería?

Tres golpes en mi puerta me hicieron enfurecer. Abrí la puerta, furiosa y estuve a punto de gritar a quien fuera que estuviera allí, pero me sorprendí al ver a Thorne.

–¿Qué es lo que...? –Comencé a decir, él simplemente me enseñó un pergamino doblado.

–Del Desembarco del rey. Creí que querrías saberlo. –Dijo, antes de irse.

Tomé el papel entre mis manos y cerré la puerta. Desenvolví el pergamino y comencé a leer.

"Para: Lord Commander de la guardia de la noche
De: Lord Varys, maestro de los susurros.

El Rey Robert está muerto. Un jabalí acabó con él mientras estaba de caza. El príncipe Joffrey ha sido coronado como Rey."

Mi corazón se aceleró. ¿Mi padre, muerto? ¿Joffrey, rey? ¿Cómo era eso posible?

Más lágrimas se hicieron presentes. Puede que mi padre haya sido un estúpido borracho, pero después de todo era mi padre y lo amaba.

Caí dormida más rápido de lo que creí y traté de concentrarme en no soñar con nada.

Desperté con el sonido de varios golpes en mi puerta. Gruñí, me vestí rápidamente, me cepillé el pelo como pude y abrí. Me encontré con Hornwood, Tim, Edd, Pyp y Grenn ahí parados, mirándome. Suspiré y estuve a punto de hablar, pero Sam apareció empujando a todos y me dio un gran abrazo.

Solté una leve risa y lo abracé también. Pronto sentí que los otros cinco chicos entraron a mi habitación también y se unieron al abrazo, creando un abrazo grupal.

–Puedes contar con nosotros cuando quieras, Sisa. –Dijo Grenn, sonriendo.

–Somos tus hermanos ahora, siempre vamos a estar aquí para ti. –Habló Pyp.

–Gracias, chicos. –Sonreí, sincera.- Son los mejores. –Acomodé un mechón de cabello rebelde detrás de mí oreja y suspiré.- ¿Vamos a desayunar?

–¿Desayunar? –Rió Tim.

–Dormiste todo el día, Princesa. Pronto anochecerá. –Dijo Hornwood, dejándome boquiabierta.- Vamos a cenar.

Los chicos asintieron y nos sentamos juntos en una mesa. Varios minutos después llegó Jon y se sentó a mi lado, se veía aturdido y molesto. Estuve a punto de preguntar qué sucedía, cuando Thorne, detrás de nosotros, comenzó a hablar.

–¿Qué les parece? –Dijo, burlón.- Jon bastardo Snow no es solo un bastardo. –Rió.- Es el bastardo de un traidor. ¿Cómo crees que maten al traidor de tu padre por intentar tomar el trono de hierro, bastardo?

Vi a Jon tomar el cuchillo más cercano y se levantó, dispuesto a clavárselo a Thorne. Pyp y Grenn fueron más rápidos y lo detuvieron. Thorne lo miró mal y estuvo a punto de burlarse de nuevo, pero esta vez me levanté yo y me puse frente a Thorne.

–Escúchame, Thorne. –Gruñí.- Que seas el jefe de las armas no significa que te burles de los demás. ¿Entiendes? Lo que haga Ned Stark no es culpa de Jon, ¡así que no quiero escucharte burlarte de él otra vez! –Lo miré tan mal que él tragó con dificultad, intentando permanecer serio.

–Snow, a tu habitación. –Dijo Mormont desde su asiento.

Jon gruñó y se liberó del agarre de los chicos, para luego salir de la sala común hecho una furia. Los chicos se me quedaron mirando y rodé los ojos, para luego salir de la sala detrás de Jon.

Lo vi meterse a una habitación junto al lobo huargo blanco. Esperé unos segundos y me acerqué a su puerta, para tocar tres veces. Esperé varios segundos, hasta que abrió la puerta y me vio.

–Sisabella. –Asintió.- ¿Qué haces aquí?

–Te confinaron a tu habitación, Snow. –Me encogí de hombros y entré a su habitación sin permiso.- Vine a hacerte compañía. –Sonreí y pronto el lobo corrió hacia mí y comenzó a lamerme, mientras yo lo acariciaba.

–Le agradas. –Soltó una leve risa y cerró su puerta.- Se llama Ghost.

–¡Hola, Ghost! –Sonreí acariciándolo.

–¿No deberías estar sentada en el trono de hierro? –Preguntó, sentándose en su cama.

–Yo... prefiero no hablar de eso. –Suspiré.

De pronto Ghost comenzó a gruñir a la puerta, y Jon y yo lo miramos extrañados. Intercambié miradas con el oji-gris y asentí. Él abrió su puerta y dejó salir a Ghost. Pronto él y yo salimos de su habitación, siguiendo al lobo con precaución. Algo iba mal.

The Crow Girl (Jon Snow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora