CAP 47: Traitors

2.4K 219 45
                                    

De pronto sentí que mi corazón se aceleró y dejé de abrazar a Jon, para sentarme delante de él.

–Jon, perdóname. –Fue todo lo que pude decir, sintiendo mis ojos aguarse una vez más.- No. Olvídalo. –Dije, luego de pensar unos momentos.- No me perdones, no lo merezco. Sé que te herí, sé que fui una idiota. Pero también sé que no sabes toda la historia. No estoy con Hornwood. Me robó un beso y le correspondí. Eso fue todo.

Sí, y eso es poco, ¿cierto?

Demonios, no sé si seré capaz de enmendar esto.

–Estoy muy feliz de que estés con vida. Si no quieres volver a verme, lo entenderé. Si no quieres saber nada de mí, me iré y no regresaré.

–No. –Fue todo lo que dijo. Esta vez levanté mi mirada y nuestras miradas chocaron.- Me duele lo que sucedió, pero aun te amo. Y siempre lo haré. Quizás no pueda perdonarte ahora, pero creo que lo haré. Solo necesito...

–tiempo. –Lo interrumpí, asintiendo.- Tómate el tiempo que necesites, siempre voy a estar aquí para ti.

Él asintió y ladeó una pequeña sonrisa. Lo abracé por unos pocos segundos y luego salí de la habitación, para que se vistiera.

Esperé afuera de la habitación para que no tuviera que enfrentarse solo a lo que sucedió.

Una vez que salió de la habitación caminamos juntos hasta el barandal de madera, donde todas las miradas se dirigieron hacia Jon, sin comprender qué había sucedido.

Bajamos juntos las escaleras y caminamos entre la multitud, hasta que el pelirrojo se puso frente a nosotros, sin creer lo que veía.

–Creen que eres algún tipo de dios. –Susurró.- El hombre que regresó de la muerte.

–No soy un dios. –Respondió Jon.

–Eso lo sé. –Dijo y se le acercó.- Te vi el pene. ¿Qué dios lo tiene tan pequeño?

Solté una pequeña carcajada ante aquel comentario, porque yo sabía bien que no la tenía pequeña.

Entonces ambos se abrazaron y luego Jon caminó hacia Edd, abrazándolo también.

–Tus ojos aún son grises. ¿Sigues siendo tú allí dentro? –Preguntó.

–Eso creo. –Respondió.

Solté un suspiro casi inaudible cuando ambos se quedaron viendo en silencio, y fue entonces cuando supe que era hora.

Era hora de la ejecución de los traidores.

Intercambié miradas con Edd y Jon, y asentí levemente, como para darle ánimos de que era hora.

Jon asintió y comenzó a caminar. Edd, el salvaje pelirrojo y yo comenzamos a seguirlo en silencio.

El resto de los hermanos habían preparado todo para la ejecución. Los cuatro traidores se encontraban con una soga alrededor del cuello y parados sobre barriles, listos para enfrentar su destino.

Me quedé a un costado, junto a Edd y el pelirrojo, mientras Jon los miraba decepcionado.

Sinceramente, creí que les iba a dar un gran discurso de reflexión o algo, pero me equivoqué.

–Si tienen unas últimas palabras, este es el momento. –Fue todo lo que dijo.

–¡No deberías estar vivo! –Exclamó el primero.- ¡No está bien!

–Tampoco lo estuvo matarme. –Respondió Jon, mirándolo.

–Mi madre sigue viva en Puerto Blanco. –Dijo el segundo.- ¿Podrían escribirle? Díganle que morí peleando contra los salvajes.

Jon se quedó mirándolo pero no dijo nada, avanzó hacia el siguiente: Thorne.

–Tomé una decisión, Lord Commander. –Dijo.- Traicionarte a ti, o traicionar a la Guardia de la Noche. Has traído un ejército de salvajes a nuestras tierras, un ejército de saqueadores y asesinos. Si tuviera que hacerlo todo de nuevo sabiendo cómo acabaría, lo haría.

–Estoy seguro de eso, Ser Alliser. –Respondió Jon.

–Peleé, y perdí. Ahora descanso. Pero tú, Snow, lucharás sus batallas para siempre.

Cuando creí que había terminado, Thorne giró, dirigiendo su mirada hacia mí, y sus últimas palabras fueron dirigidas:

–Sisabella. Si todo hubiera sido de otra manera, quizás hubiéramos podido estar juntos.

Y no dijo más.

Abrí los ojos como platos, atónita.

¿Qué carajos significaba eso?

¿¡Thorne sentía algo por mí!?

Olly fue el único que se mantuvo en silencio y no dijo nada.

Entonces Jon desenvainó su espada y se acercó a la cuerda, dirigiéndome a mí y a Edd una mirada de nervios.

Ambos asentimos, dándole ánimos para hacerlo.

Y entonces la cortó, ahorcando a los cuatro traidores.

Solté una lágrima de impotencia por haber sido tan idiota como para confiar en un niño como Olly.

Jon envainó su espada y caminó hacia nosotros.

–Deberíamos quemar los cuerpos. –Dijo Edd.

–Tú deberías. –Dijo Jon, antes de quitarse la capa de Lord Commander y dársela a Edd.

–¿Qué hago con esto?

–Úsala. Quémala. Lo que quieras. El Castillo Negro es tuyo. Mi guardia ha terminado.

Sin decir más salió del patio de entrenamiento, dirigiéndose hacia quién sabe dónde.

Y entonces comprendí. El hecho de haber muerto, lo liberaba de los votos. Cerré los ojos con fuerza y tuve un debate interno, pero al final del día supe lo que tenía que hacer.

Me quité la capa y se la entregué a Edd.

–¿Sisa...? –Dijo él, sin creer lo que iba a hacer.

–Soy una mujer. –Respondí.- Jamás debí venir al muro, mis votos no son válidos porque son para hombres. Para los hombres de la guardia de la noche. No pertenezco aquí.

Y sin decir más, salí detrás de Jon, siguiéndolo.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

¡Hola!
Me atrasé un día, lo sé. Es porque ayer fue el cumpleaños de mi sobrina, lamento no haber avisado.
Espero que les guste el capítulo:)
¡Nos leemos la siguiente semana!
¡Besos!

Atte:
Lau

The Crow Girl (Jon Snow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora