CAP 16: Back to Castle Black

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El primer caminante blanco soltó uno de sus horribles sonidos y se abalanzó sobre mí. Traté de imaginarme que era un humano que quería matarme, así que con un movimiento de espada lo partí en dos.

Otros dos se abalanzaron sobre mí y maté a uno, atravesándolo con mi espada en el estómago, y acabé con el tercero cortándole la cabeza. El cuarto saltó sobre mí y lo esquivé, dejando que se pasara de alto. Corrí hacia el quinto y lo partí en dos. Regresé hacia el cuarto que se dirigía hacia mis amigos, y lo apuñalé por la espalda.

Finalmente el caminante blanco explotó en mil pedacitos de hielo, igual que los anteriores cuatro. Solté mi espada y caí de rodillas al suelo, respirando con dificultad. Había matado a cinco caminantes blancos y me había gustado esa sensación de adrenalina que me provocó matarlos.

–¡Sisa! –Hornwood se arrodilló a mi lado y me miró a los ojos.- ¿¡Estás bien!? ¿¡Estás herida!? ¿¡Te hicieron daño!? –Negué con una pequeña sonrisa, para después levantarme.

–¡Los mataste! –Exclamó Grenn, corriendo a abrazarme.- ¿Cómo es posible?

–Es una historia larga. –Dije, separándome de él.- Regresemos al muro. Pude contra cinco de ellos, pero no podré si viene el gran ejército de su rey supremo de hielo. –Solté una leve risa y los tres me acompañaron.

Decidimos no descansar de nuevo y salimos disparados hacia el muro, donde llegamos y aún faltaban varias horas para que amaneciese. Se oyó el sonido del cuerno, y nos abrieron la puerta del túnel. Los cuatro entramos, nerviosos y lo primero que vi al llegar fue el rubio cabello de Tim abrazarme, seguido de Pyp.

Thorne se acercó a nosotros serio y confundido, porque nadie más llegó. Se paró delante de nosotros, exigiendo una explicación. Todos intercambiamos miradas y decidí hablar, porque al ser bastante respetada, era escuchada por al menos el 90% de los hombres aquí.

–Jon fue raptado por salvajes, –Comencé a dar un resumen.- fuimos atacado por una gran horda de caminantes blancos y pocos logramos sobrevivir, en el lugar de Craster hubo un motín, donde nuestros propios hermanos mataron a Craster y al Lord Commander.

–¿¡El Lord Commander está muerto!? –Preguntó Tim, mirándome sorprendido. Asentí, suspirando.

–A la mierda todo. –Musité, para después salir disparada hacia mi habitación, donde me encerré para no salir más.

Caí dormida y cuando abrí los ojos noté que ya era de día. Tomé un baño y me volví a acostar. No tenía ganas de comer o beber nada, y tampoco tenía ganas de ver cómo Thorne se iba a creer el nuevo Lord Commander.

Me quedé ahí hasta el día siguiente, cuando tocaron mi puerta muchas veces. Decidí ignorar a quien fuera que estaba tocando, pero era tan insistente que, finalmente tuve que abrir.

Era Hornwood.

–Sam ha regresado. –Dijo. Abrí los ojos como platos y salí disparada hacia el patio de entrenamiento.

Mi amigo estaba caminando hacia el comedor y corrí hacia él, lanzándomele encima para darle un gran abrazo. Él se sorprendió, pero me correspondió.

–Joder, Tarly. Estoy muy feliz de que estés aquí. –Dije, con una gran sonrisa.

–Me alegra verte a salvo. –Dijo él, sonriente.

Miré detrás de él y vi a una de las hijas de Craster, con un bebé en brazos. Miré a Sam confundida y él me sonrió ligeramente.

–Sisa, esta es Gilly. –Sonrió, señalándome a la hija de Craster.- Gilly, esta es Sisa, la única mujer en el muro.

–Hola. –Saludó Gilly, nerviosa.

–¡Hola! –Le dediqué una gran sonrisa, parecía una buena persona.

–Sisa, el maestre Aemon me está llamando, ¿podrías...? –Comenzó a decir Sam.

–Claro. –Le dediqué una pequeña sonrisa y miré a la chica.- Ven conmigo.

–Puedes confiar en ella. –Aseguró Sam y ella me siguió.

La llevé hasta la habitación de Sam, donde la dejé entrar. La ayudé a arropar a su pequeño bebé y le dije que si necesitaba algo, no dudara en pedírmelo.

Ella agradeció y salí de la habitación. Al estar prácticamente muriendo de hambre, comí algo rápido mi comida en el comedor, y después me levanté, para caminar hacia la habitación de Sam, donde Gilly se encontraba. Me vendría bien tener una amiga.

De la nada oí el sonido de las puertas del castillo negro abrirse y corrí a ver que sucedía desde donde me encontraba. Vi a Pyp nervioso buscar ayuda con la mirada. Observé bien, y vi un caballo que cargaba a una persona, quien tenía tres jodidas flechas clavadas en distintas partes del cuerpo.

Bajé las escaleras mirando al hombre herido, hasta que reaccioné cuando vi la cara del hombre, que estaba semi-consciente. Bajé las escaleras rápidamente y llegué al lado de Pyp y del tipo.

–¡Traigan ayuda! ¡Y al maestre Aemon! ¡Es Jon! –Chillé, alertando a todo el castillo negro.

Edd, Grenn, Pyp y Hornwood subieron a Jon a una camilla, después de sacar las tres flechas de su cuerpo. Me acerqué a él mientras lo movían y sentí que mis ojos se aguaban, pero decidí ser fuerte y no dejar ver que estaba herida al verlo así.

–Descuida, Jon. –Coloqué mi mano en su mejilla y él posó sus grises ojos en mí, aunque creo que no me reconocía, pues estaba mal.- Ya estás en casa.

Los cuatro chicos se llevaron a Jon al despacho del maestre Aemon y lo dejaron ahí. Me quedé parada frente a la puerta del maestre para ser la primera en ver a Jon cuando despertara.

–Princesa. –Giré para ver a Hornwood a mi lado.- Sabes que no te van a permitir verlo hasta que Thorne decida qué hacer con él, ¿cierto? –Asentí, seria.- Ven conmigo. –Tomó mi mano y dejé que me jalara hasta la puerta de la sala común, donde nos quedamos quietos, esperando.

Varios momentos después, se oyeron varias voces provenir del lugar. Reconocí las voces de Thorne, el maestre Aemon, Janos Slynt y dos tipos más, junto a la voz de Jon.

–¿Entonces admites que mataste a Qhorin Mediamano? –Dijo la voz de Thorne. Mis ojos se abrieron como platos y miré a Hornwood atónita. Eso era imposible. Jon no haría eso.

The Crow Girl (Jon Snow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora