CAP 30: Go fuck yourself

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Mierda, Mierda, Mierda.

Me está mirando.

Siento su mirada en mi nuca.

Joder.

¿Qué digo?

¿Qué hago?

¿Salgo corriendo?

Coño, Sisabella. Eres una Baratheon Lannister. Honra tus putos apellidos, tarada.

Deja de evitar lo inevitable.

–Eh... claro. –Asentí, y giré para verlo. Gran error.

Sus grises orbes me miraban de una manera intensa, y no pude evitar sonrojarme. Me golpeé mentalmente para tranquilizarme y suspiré, esperando a que Jon comenzara a hablar.

–Yo... –Comenzó a decir.- Yo...

–¿Tú, qué? –Crucé los brazos, esperando a que continuara.

Si me iba a mandar a la friendzone, más le valía darse prisa en hacerlo, porque no soportaría estar así con él, sabiendo que él no me quería tanto como yo a él.

–Yo... No sé qué decirte, Sisa. –Suspiró.- Anoche, me dejaste con la palabra en la boca.

–Porque no estaba en mis planes decirte lo que te dije, idiota. –Rodé los ojos.

–Bueno, quiero decirte que, –Respiró hondo y no quitó sus ojos de los míos ni por un segundo.- yo creo que siento algo por ti, pero estaba esperando a estar seguro para decírtelo, porque todavía amo a Ygritte, y...

–Calla, no digas nada. –Fruncí el ceño.- Sé que aún la amas, ¿Crees que no lo he notado?

–Lo que quiero decir, es que...

–No me digas que me quieres porque te sientes obligado a hacerlo, Snow. –Solté un gruñido.

–No, no es eso... Es sólo que creo que necesito tiempo para...

–¿Tiempo? –Lo interrumpí, sarcásticamente.- ¿Es en serio, Snow? Y yo creía que la mujer aquí, era yo. No me pidas tiempo, tarado. Porque yo no te voy a esperar para siempre. No soy una cualquiera, y no estoy a tus pies, pendejo. Así que vete a la mierda y que te den. Buenas noches.

–Sisa, yo...

No lo dejé hablar, porque me entré a mi cuarto, cerrando la puerta en la cara de Snow. No tenía ganas de escuchar las estupideces que había comenzado a hablar.

Oí que tocó la puerta varias veces, pero no abrí.

Todo lo contrario, comencé a empacar abrigos, agua y comida para ir hacia el norte del muro y escapar de mi vida de ahora.

Porque, en realidad, ya nada me importaba.

Había perdido a muchas personas. Y todas y cada una de ellas me hacía falta muy a su manera.

Zard.

Num.

Tim.

Grenn.

Benjen.

Mormont.

Pyp.

No tenía nada que dejar atrás. Solo... A Hornwood, Edd, Sam, Gilly y Shireen.

Y ellos podrían superarme y seguir adelante. Ya nada me retenía aquí, y, si Benjen sobrevivió todo el anterior invierno solo, yo también podía hacerlo.

–¿Sisa? –La voz de mi mejor amigo se oyó al otro lado de la puerta.- ¿Quieres dejar de actuar como una niña tonta y abrirme la puerta?

Suspiré y abrí la puerta, mirándolo seria y sin ganas de nada.

–Haremos una fogata esta noche, fue idea de Olly y de la princesa Shireen. –Sonrió de lado.- Y el rey Stannis no va a aceptar un no como respuesta.

–Bien. –Gruñí.- En veinte minutos estaré lista.

Cerré la puerta de nuevo y tomé un baño, para luego vestirme de nuevo y salir de mi habitación.

Caminé lentamente, como si fuera una pequeña hormiga.

Porque era obvio que no tenía ganas de ir.

Pero lo haría, por Shireen.

Y por el pequeño Olly.

Y obviamente, porque mi tío Stannis lo ordenó.

Tardé unos buenos minutos en llegar al patio, donde todos estaban sentados alrededor de una gran fogata.

Suspiré y me senté lo más alejada de Jon posible.

Me senté al lado de Shireen y Olly.

–Tardaste. –Rió mi pequeña prima.- ¿Qué estuviste haciendo?

–Ahorrando valor para verle la cara a Jon. –Susurré, divertida.

Ella soltó una pequeña risa y se levantó rápidamente, corriendo hacia algún lugar.

Fruncí el ceño, confundida, pero sonreí de lado al verla llegar con una flauta y una pequeña guitarra muy bonita.

Le entregó la flauta a Olly, y ella se sentó a mi lado, donde anteriormente estaba, y comenzó a jugar con las cuerdas de la guitarra.

–¿Te sabes alguna canción? –Pregunté, con una sonrisa.

–Sé una canción. Papá solía cantarla cuando era más pequeña y aún estaba enferma, es la canción de amor de nuestros ancestros.

–¿Te la sabes? –Sonreí.

–Sip. Y se la enseñé a Olly para que tocara con su flauta. ¿Cantas?

–Yo... –Pensé unos momentos, pero al final decidí cantar. Porque de todos modos me iría, y todos tenían que quedarse con un último recuerdo bonito mío.- Claro. Toquen.

The Crow Girl (Jon Snow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora