CAP 57: Uncle Tyrion

2.9K 190 48
                                    

Habíamos acabado de llegar a Dragonstone, y vi dos siluetas aproximarse a nosotros. Una era una mujer con el cabello acomodado de manera extraña, y otra era un hombre muy pequeño.

Reconocí esa silueta al instante y corrí a toda prisa para reencontrarme con él.

–¡Tío Tyrion! –Exclamé llegando a su lado para arrodillarme y abrazarlo con fuerza.

–Mi preciosa Sisabella. –Dijo él, abrazándome con la misma fuerza y con sus pequeñas manos.– Me alegra verte bien.

–A mi también me alegra verte, tío.

Entonces Ser Davos se presentó y Tyrion se movió para dar espacio a la mujer morena con el cabello raro.

–Missandei, ella es la consejera más leal de la reina. –Nos la presentó y ella sonrió levemente.

–Bienvenidos a Dragonstone. –Habló ella.– Nuestra reina aprecia el esfuerzo que hicieron en venir aquí, sabemos que es un camino largo. Si no les importa, ¿podían quitarse las armas?

Miré a Jon por unos segundos, insegura de qué hacer. Miré a mi tío Tyrion, quien asintió con una leve sonrisa. Aquello me tranquilizó.

–Claro. –Respondió Jon.

Los Dothraki se acercaron a nosotros, tomando todas nuestras armas. Me sentí algo indefensa a decir verdad, porque siempre traía mi fiel espada junto a mí.

–Por aquí, por favor. –Dijo Missandei comenzando a caminar. Davos se aproximó a ella para conversar.

Yo miré a Jon.

–Mantén los ojos abiertos. –Susurré, para luego caminar hacia Tyrion.

–No sabía que habías desertado la Guardia. –Dijo él, en cuanto llegué a su lado.

–Debes saber que seguiré a Jon hasta el fin del mundo. –Sonreí levemente, mirándolo.

–Ah, el amor... –Suspiró, sonriendo.– Me alegra verte feliz. Además, el corte nuevo te sienta muy bien.

–A ti la cicatriz. –Bromeé, sonriendo.

Realmente lo había extrañado mucho. Él era mi consejero y mejor amigo cuando yo era una niña.

Caminamos por una especie de puente de piedras.

–¿Y Sansa está viva y bien? –Preguntó mi tío.

–Lo está. –Respondió Jon.

Por instinto miré a mi mejor amigo, reprimiendo una sonrisa.

–De seguro me extraña terriblemente.

–No creo. –Respondí, bromeando.- Consiguió un mejor partido.

–No hay mejor partido que yo. –Bromeó mi tío.- En fin, ¿Cómo es que un bastardo se hizo rey en el norte?

–¿Cómo es que un Lannister se hizo Mano de Daenerys Targaryen?

Mi tío Tyrion estuvo por responder, cuando vi a una bestia enorme abroximarse hacia nosotros con un rugido.

Simplemente sentí la mano de Hornwood en mi cintura y me sentí caer al suelo, siendo jalada por él. Noté que Davos y Jon también se habían agachado al ver al enorme dragón pasar.

Tyrion, Missandei y los otros guardias estaban tranquilos y de pie. Me estremecí.

–Diría que te acostumbras a ellos, pero sería mentira. –Dijo mi tío.

Me levanté junto a los demás y continuamos nuestro camino. Cada vez me sentía más y más nerviosa por haber venido.

Mi sexto sentido me decía que no conociéramos a esta famosa madre de dragones y que regresáramos al norte, donde pertenecíamos.

Entramos al castillo y nos detuvimos frente a una enorme puerta.

–Creo que lo mejor sería que Jon y yo entremos. –Dijo Davos, mirándome.

Asentí al instante, estando de acuerdo.

Digo, yo era una Baratheon Lannister. Era su competencia para el trono de manera indirecta. No quería ser comida de dragón así que me quedé afuera con Hornwood, esperando a Jon y Davos.

Miré a Hornwood cuando unos guardias se nos acercarnos para ofrecer llevarnos a una habitación. Ambos asentimos sin decir nada y seguimos al guardia que nos llevó hasta allí.

Me senté sobre la cama mientras Hornwood comenzó a dar vueltas por el lugar.

–¿En qué piensas? –Pregunté.

–En que fue estúpido que vinieras. –Gruñó, mirándome.- Eres hija de Robert Baratheon, quien mató al padre de esta reina. Eres hija de Cersei, quien está en guerra con esta reina. ¿Cómo no quieres que esté preocupado?

Sonreí levemente al verlo tan nervioso.

–No te preocupes. Jon es elocuente, la convencerá de ayudarnos. –Suspiré.- Además, si nos ayuda, quizás sí sea una buena reina en el futuro, ¿qué crees tú?

–Yo creo que es ridícula la pelea por el trono. –Me miró.- No podemos pensar en eso mientras los estúpidos caminantes blancos vengan a matarnos a todos.

Mordí mi labio inferior. Él tenía razón.

Teníamos que ganar la guerra contra el rey de la noche. Solo así podríamos sobrevivir al invierno.

–Estamos jodidos si esta reina no quiere ayudar. –Dije.

En ese momento Jon y Davos entraron a la habitación. Los miré nerviosa, esperando una respuesta.

–¿Y? –Pregunté.

Jon suspiró y nos contó todo lo que había sucedido en esa reunión. Daenerys no creía ni una sola palabra de lo que Jon decía. Ninguno estaba dispuesto a ceder.

Me disculpé y salí de allí, para salir del castillo por un momento y pasear por los jardines. Digo, no éramos prisioneros ni nada, así que se supone que estábamos en libertad de pasear, al menos.

Me quedé parada al borde de un precipicio que daba al océano, en una verde montaña al pie del castillo. Me sumí en mis pensamientos, pensando en qué íbamos a hacer si esta reina no nos apoyaba. Tener tres dragones para pelear era justo y necesario para ganar la guerra.

Unos brazos me rodearon por la cintura, provocando mi sobresalto. Giré para encontrarme con la gris mirada que adoraba tanto, y sonreí.

–¿Pensando? –Dijo, sonriendo de lado.

–Algo así. –Respondí.

–¿Crees que ella quiera apoyarnos? –Preguntó.

–Honestamente, no. –Suspiré.- Y bueno, me alegro de que aún no me haya buscado para intentar hablarme o algo.

–¿Por qué? –Preguntó, frunciendo el ceño.- No es como si tú fueras a quitarle el trono.

–Eso lo dices porque tú me conoces. –Sonreí de lado.- Sabes que yo realmente no quiero el trono porque quiero tenerte a mi lado.

Jon no dijo nada, simplemente posó sus labios sobre los míos en un cálido beso que seguí sin dudar. La brisa se sentía fría, porque traía consigo algunas gotas del agua salada.

Nos separamos unos centímetros y nos quedamos así, mirándonos y contemplando la belleza de nuestro amor.

A lo lejos vi a mi tío Tyrion aproximarse, y ya sabía que quería hablarle a Jon. Besé sus labios cortamente y deshice el abrazo.

–Te dejaré pensar. –Sonreí.

Sin decir más, lo dejé solo y sonreí a mi tío al verlo pasar. Caminé por los pasillos del castillo hasta quedar quieta, observando a los dragones volar a lo lejos.

Realmente se veían hermosos y nada aterradores a la distancia, lejos de mí.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 22, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

The Crow Girl (Jon Snow)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora